sábado, mayo 06, 2006

servilismo catódico

la vi anoche en la televisión. ah...pero no era procuradora. no, no soy procuradora. ah...como me dijo que era procuradora. no, no creo haberle dicho eso, me parece que se confunde de clienta. se alejó, un poco desconcertado y conmovido a la vez por la revelación. en el camino, se cruzó con el otro mozo, el joven, que sostenía la teoría que soy estudiante. no, no soy estudiante. soy un poco vieja para ir a la facultad. frase con la que había logrado congelar aquel conato de intromisión. en la mañana del domingo había suficientes clientes llenando el salón del bar como para estar ocupándose en nimiedades. los mendigos se superponían a los parroquianos en un desfile interminable hacia el baño del fondo. los dos mozos, el que la atendía en las mañanas y el joven que solo la veía los fines de semana, pensaban que de todos modos valía la pena acosarla. así que iniciaron una singular y silenciosa competencia. el primero le acercó el suplemento de espectáculos, acorde con lo que se había enterado cuando la vio en la pantalla fría. entonces el otro dio varias zancadas con la taza de café y el suplemento dominical para aterrizarle en la mesa aquella ofrenda que cargaba casi la misma ansiedad que las ratas que su gato ofrecía con orgullo en la puerta de la cocina después de arduas jornadas de cacería. mientras trataba de abstraerse y leer toda aquella información vacua impresa en papel ordinario, el más veterano rescató el cuerpo del diario, con portada incluída y lo tiró, enorme y desarreglado, como a la piel de un tigre de bengala encima de la mesa de cármica, el vaso de café y el plato con las migas de la medialuna.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

salió un poco confuso, tal vez sea el desorden de periódico

Anónimo dijo...

Me gusta lo que escribe y la forma en que lo escribe pero, por sobre todas las cosas, me calienta. Sip, usted me calienta.

Pablo dijo...

Como es eso de tener que ser muy grande para ir a la facultad. Soy del clase de tipo que piensa que no hay edad para eso. En el cbc me cruce con viejos artefactos que volvian a cursar materias para hacer otra carrera y no se si es tanto por la edad. Ahora cambiando de tema es tremendo como escribis. Me gusta mucho, es una facilidad dificil de conseguir. Suerte

Rebecca Milans dijo...

a mi los centros de estudio no me gustan, en realidad odie la escuela primaria, los niños y ese olor tan caracteristico de la edad escolar ( que en mi familia se define como " olor a pajarito " ) asi que la posibilidad de entrar a un aula universitaria me acarrearia todo tipo de pesadillas, se lo aseguro. desde los quince que digo que soy demasiado vieja para ser estudiante...nunca quise estudiar !

Rebecca Milans dijo...

usted es un tipo afortunado fede, no creo tener ese efecto en ningun otro lector. si asi fuera, podria hacerme millonaria con una especie de hot line bloggistica

Anónimo dijo...

Afortunado sería si pudiera saciar mis deseos; así, como están las cosas, soy un burdo lector calentón.