jueves, marzo 22, 2007

el robot, el tonto y la sicopata

aquellos días se preguntaba que lo había alejado de su temprana vocación para la comedia. había hecho un par de malas opciones, algún pequeño traspié como aquel que lo había sentado por ocho meses en el estudio de una sicóloga totalmente chalada que lo acosaba por teléfono para que le prestara los libros que estaba leyendo y se las ingeniaba para no cobrarle. aquella extraña mujer se inmiscuía en sus negocios y le pasaba dos por tres datos confidenciales de terceros desde un hall de distribución rodeado de tres o cuatro ambientes semidestruidos en los que el revoque caía en pedazos que eran alegremente recibidos por alfombras hechas de trozos de nylon transparente. una profesional que como personaje que no tendría cabida mas que en un flm de david lynch o en uno de tim burton. aparentemente era una eminencia pero no le quedaba muy claro en que rama. otro error involuntario había sido sentarse en aquel sillón de la bolsa de valores esperando el inicio de un seminario y terminar a los pocos minutos en una reunión de subsuelo entre funcionarios estatales y empresarios en la que se hablaba de contenedores, fraudes y scanners aduaneros. debía incluir en la lista el encuentro con aquel ser absolutamente imbécil y pagado de si mismo que se creía un autentico genio de la literatura. cuatro horas de su vida intentando perdonarse por haber propiciado aquel exótico encuentro que seguramente, no sería el último. no había podido sincerarse con el sujeto y decirle que no era el personaje que estaba buscando y nunca lo sería. había cometido toda clase de dislates solo por el gusto de contarlo después pero sentía que se pasaba de la raya. quizás la falta de nuevas aventuras, opciones, personajes, le hacían caer en este elenco deslucido y patético. esa tarde caminó por la calle ponce y se subió a un taxi conducido por un japonés de unos cincuenta años. seguramente – pensó – este es un ex ingeniero de la sony que fue sustituido por un robot.

miércoles, marzo 14, 2007

bailando con cascarudos

lo que parecía un bucólico retiro a los limites de la nación se ha convertido en una aventura, una suerte de thriller biológico. solo falta denzel washington. las vacaciones solitarias en un sitio amigable y calmado donde se prefiere la natilla famble a la teve cable se han convertido en una experiencia extraña, perturbadora y con toques de flower power. un inesperado campamento de woodstock integrado por cascarudos negros, de tamaño mas bien pequeño puebla amablemente mi habitación, los corredores, el estar y el baño, por supuesto. cada incursión a la ducha requiere de un pequeño esfuerzo para eludir el pudor porque a la hora de abrir el grifo habrá trece o catorce de mis cohabitantes dispuestos a resbalar en el agua tibia y jabonosa. tal vez un cascarudo incomprendido, un poeta oscuro, un seguidor de lautrémont o de jim morrison es el que flota en el water desde las primeras horas del día. tal vez, sea un aspirante a buzo que se entrena por su cuenta mientras su familia hippie opto hacer, seguramente para ahorrar, un campamento multitudinario en mi cuarto justo en carnaval cuando los precios de las cabañas suben impetuosamente. no hay un jefe, un responsable a la vista de estos desmanes. todos se ven iguales, espero que no se ofendan, no tengo ningún interés en discriminarlos. no le hacen asco al blanco: lavabo, bañera, water, bidet, toallero, piso en damero…seguramente estarán pensando aterrizar en mis sábanas ni bien apague la luz generando un particular diseño de piel de dálmata .