jueves, mayo 12, 2005

gracias herbie

había estado achuchada toda la tarde. como cansada, triste, no muy bien. pero se acordó de una promesa que le había hecho a su amigo, así que a las diez de la noche se vistió y salió otra vez. apenas vio la sonrisa de danny al entrar se dio cuenta que esa noche valdría la pena pasarla lejos de casa. entonces se instaló cerca, para darle ánimo. empezaron a desfilar amigos, algunos más que otros y el ambiente empezó a tener un poco más de color. cuando pasaba la medianoche j mayúscula se hizo cargo de la consola y empezó a pinchar sus discos. el aire se puso primero espeso, después funckeado y por último extrañamente melódico. alguien rapeó desde el bode del área, en una jugada mágica e inesperada. el público se agitó y todos levantamos las manos apoyando el gesto de audacia del solista. hubo una misteriosa comunión entre la consola, el vinilo, el cantante y el gigantesco negro a cargo de animar la noche. pura improvisación y salto al vacío. como debe ser el rap. solo unos pocos en esa cofradía armada especialmente para gozar. me rodaron lágrimas, dos gigantescas lagrimotas por las mejillas. entonces sonó la versión remixada de rockit, un hit de herbie hancok y aquello empezó a temblar. en la barra dos amantes se comían a besos en el medio del estruendo. afuera estaba ale, en su rol de mozo, tomándose los restos de las copas abandonadas por los clientes que entraban a bailar.