martes, junio 20, 2006

una vuelta mas al anillo

era una noche extraña, lluviosa y no muy fría. se arrastraba hacia el café cuando lo vio en la ventana. en aquella mesa y en aquella silla donde ella se había sentado aquel día que se habían vuelto a ver, en una de esas tantas idas y venidas que tenían en sus vidas. todo estaba envuelto en pequeñas acciones casuales, azarosas e inesperadas. ella iba al cine, él volvía del cine. una media hora podría servir de resguardo para la lluvia, de espera, de compañía. según quien redactara la nota. ahí estaban, mirándose poco, como esas parejas a las que se les gastaron alguna vez las miradas, después de tanto amor. ahí estaban, donde todo empieza y donde todo acaba. en el mismo lugar, con los años y esa paz perruna que da el tiempo entre los que se conocen mucho. hablando con confianza de otros amores, de otras vidas que se dieron mientras no estuvieron juntos. hablando de cosas más o menos importantes para dejar de lado las más pueriles, solo dignas de quienes coquetean con el tiempo y el espacio. como tantas veces, hicieron un plan que nunca cumplirian. la última vez, había sido tener un hijo, un plan que había surgido en esa mesa, en esas mismas sillas, entre las risas que acompañaban esos encuentros. dos viejos boxeadores que toman grapa con limón sin tener que recordar nada sobre los buenos tiempos. entonces él le habló de la casa de sus sueños. en un paraíso que habían descubierto casi juntos. un sitio que desaparecería pronto pero estaba lleno de mística. un rincón perdido en el mapa donde pensaba que debía estar. ella pensó un poco y le propuso compartir la compra. al fin y al cabo, no todos los días uno encuentra una casa en la que aterrizó un ovni.