lunes, agosto 29, 2005

duty free

además de una infinidad de perfumes y licores que no tendremos tiempo para probar en lo que nos queda de vida, está el lanzamiento rimbombante de toda una serie de aparatos de uso dudoso que seguramente mejoraran nuestro siempre devaluado estándar de vida. tal es el caso de la estación meteorológica portátil que puede ayudarnos, gracias a su sensor de monitores de temperatura a distancia, a saber si llevamos o no un saquito cuando salimos de casa. con este aparato, la tía clarita queda absolutamente relevada de recomendarnos cualquier tipo de cosa respecto al clima, algo que permitirá que, si el buen tiempo lo permite, se tome unas merecidas vacaciones haciendo topless en una isla griega. todo solamente por 229 dólares, sin impuestos. una ganga.

sábado, agosto 27, 2005

noche de sábado en san juan letrán

empujó la diminuta puerta que comunicaba con el gigantesco altar. pasó agachado, casi gateando, su imponente humanidad. el lugar estaba oscuro pero él, llevaba un par de fósforos por las dudas. conocía el sitio a la perfección, desde sus tiempos de monaguillo almidonado. sin prisa, revisó la caja que había debajo de la imagen de la virgen y sustrajo un abundante fajo de ostias recién horneadas. después agarró sin protocolo la damajuana de vino tinto y la arrastró hasta el borde del escalón. después vació de monedas la urna de las limosnas que estaba junto a la puerta. se metió otra vez, con su botín por la puerta mínima. atravesó cansino la sacristía rumbo al salón que estaba en el fondo, donde había una mesa de futbolito para los feligreses más jóvenes. ahí encontró un par de botas con patines que había donado hace años, al grupo de la legión de maría. volvió a la nave central y se los puso, durante más de una hora patinó impunemente en los pasillos de la gran iglesia, ante la mirada atónita, de yeso, de san antonio y san juan. sus piruetas mas inspiradas contrastaban con la oscuridad del recinto que apenas registraba el sonido de las ruedas metálicas contra el piso embaldosado en imágenes del vía crucis. con la frente transpirada, volvió a la sala de los jóvenes y sin sacarse los patines cenó de un mordisco el grupo de ostias y las regó con un cáliz rebosante de vino sagrado. después, el padre benito se durmió la mona.

jueves, agosto 25, 2005

a las nueve, pasa el hombre de tu vida

salió bajo la llovizna, apenas resguardada por su sombrerito rojo. a unos pasos, iba él, con la camperita levantada que dejaba a la vista los bolsillos traseros, con pespuntes amarillos, del jean. sus ojos lo persiguieron, embelesados. era del mismo tamaño que aquel oso que nunca le habían podido comprar sus padres, el que estaba en la vidriera de la farmacia cuando era chica. un peluche estilo teddy que mediría unos cuarenta centímetros. este juguete no era de peluche, no tenia cuerda, no tenía un mecanismo que le permitiera decir ma-má . era un humano, pequeño al extremo, pero humano. con sentimientos, con emociones, con unas lindas manos. con unos zapatos lustrosos, seguramente un talle 43. lo siguió bajo agua por algunas cuadras, esperando que él la registrara en algún momento. pero no sucedió. dando un saltito se metió en el hall de un edificio y desapareció por el corredor de los ascensores. ella quedó afuera, con la mirada de tristeza del cachorro en la vidriera de una tienda de mascotas.

miércoles, agosto 24, 2005

marchando hacia ningun lugar

el sitio esta impoluto, forrado de espejos y alfombrado. adentro, hay una serie de máquinas donde las mujeres caminan como autistas, mirando al vacío de una televisión encendida con el volumen bajo. el mundo de la cinta de correr, un viaje infinito hacia ninguna parte. un viaje con destinos virtualmente previstos, distancias acordadas, velocidades en números rojos y cantidad de calorías consumidas. mucha información en ese universo que no avanza. la ilusión de tener el control, bajo techo, sin días de lluvia, sin piropos obscenos, sin la molestia del sol en los ojos, sin tener el viento en contra. en el recinto sagrado de las luchadoras contra la flacidez, donde se vencen las colas caídas, las panzas incipientes, los brazos flojos, no hay que distraerse para llegar al objetivo. en ese sitio las chicas se saludan y después, sudan. las hay de todas las edades y estilos, jóvenes y viejas. entrenadas e iniciadas. coquetas y sport. las expertas son las que usan guantecitos sin dedos para tomar las pesas. las novatas, las que no usan mallas de marca o zapatillas aeróbicas. todas son cómplices en el asesinato de las gorduras. algunas toman clases de steps, otras hacen localizada, otras no salen de la sala con la cinta. se anotan en una pizarra cuando llegan las horas pico y usan las demás máquinas con aire distraido, tratando de disimular la ansiedad, hasta que les llegue el turno.

domingo, agosto 21, 2005

pertencer, tiene sus ventajas

la casa, está en lo alto de una colina. tiene más seguridad que la casa de laura y george bush. incluye varios sitios donde hay que detenerse y mostrar todo tipo de identificaciones. se asoman toda clase de guardaespaldas, polícias, gendarmes y expertos en relaciones públicas. los elegidos, llevamos una pulserita en la mano, lo que nos hace diferentes a todos los demás mortales. los que no están invitados a la casa de caras. los helicópteros aterrizan en el jardín con invitados muy vip. las modelos jóvenes, de segundo orden, cabalgan por las rutas aledañas para ver si alguien las descubre. un pobre caballo andaluz es obligado a hacer pasos rídículos por parte de un jinete vestido de gaucho. miles de kilos de asado están ardiendo en la parrilla y una mesa gigantesca con ensaladas se deteriora al aire libre. las mesas están ocupadas por famosos y por los que quieren codearse con ellos. miro las gallinas corretando colina abajo, sin necesidad de saludar a nadie ni usar lentes negros o tacos altos. me presentan a muchas personas. mis anfitriones están dispuestos a que la pase bien. elegimos una mesa apartada y empieza el desbande. canilla libre de colesterol y vino tinto. yo no dejo el vaso de agua mineral. disfruto del paisaje. paso por el spa y me anoto para una hidratación de piel. el proceso parece simple. me aplican capas de tónicos de rico olor. desde mi sillón, recibo ese mimo y espío la llegada de otros invitados más, gente con pinta de colados. trato de no perderlos con los ojos. ellos sacan cámaras pocket digitales de ultima generación y acosan a los famosos con sus pequeños flashes. si, algo tienen que pagar por tantos privilegios. tal vez los contrate la revista para que los famosos no pierdan su autoestima. después de tres horas de tomar agua, necesito liberarme de ella. recorro la mansión y me encuentro cara a cara con la puerta del infierno. una cola larga, más larga que la de una ventanilla de hospital en una epidemia. una cola inmensa de decenas de rubias con botas texanas y aire anoréxico, con botellitas de agua mineral sin gas en la mano, todas con cara de pocos amigos. entonces, salgo al patio trasero, siempre hay un patio trasero. donde está la huerta orgánica de la casa de caras. orgullo del anfitrión. un baño silencioso y discreto.

sábado, agosto 20, 2005

seguire tu ejemplo

estoy rodeada de gente que está contra el cáncer. a saber por las miles de pulseritas amarillas de goma de amstrong. entiendo, nadie quiere tener cáncer en los huevos. la pulserita debe ser bastante efectiva porque los hombres la usan intensivamente y se los ve jóvenes y saludables. no crean que soy una bestia insensible, no. algún día inventaré alguna forma de revelarme contra algo sin que se pierda por ello el sentido de lo fashion, claro. es tan fashion ser políticamente correcto que de aquí a poco habrá desfiles en tanga leopardo contra la corrupción. por favor, que los zapatos sean de manolo blahnik.

viernes, agosto 19, 2005

otra vez brasil, salimos por el área industrial de la ciudad, usando una vía que se llama canoas, como tantas otras en este país. además del chofer, viene una especie de patovica, un guardacostas lo que evidencia que, no soy una persona importante pero seguramente comparto transporte con alguna celebridad. está absolutamente nublado pero la luz es abundante, estoy medio dormida y medio extraña. filhas da mãe es el nombre de una casa de ropa para novias. me hago un anillo de utilería usando la gotita instantánea y una serie de porquerías que junte en casa antes de salir. un anillo de plástico, de niña, un botón negro gigante y brilloso, todo servirá para mi artesanía salvaje. ahora cambié de vehículo y me conduce un negro muy bonito de unos 23 años, con anteojos de cien dólares. maneja por las alturas una 4x4 y me aclara que esta a mi disposición. es el candidato perfecto para abrocharme en la espalda el corsé, con cintas en la espalda, que me acabo de comprar. ir de compras de lencería erótica en brasil solo trae satisfacciones, todo existe y encima hay sorpresas constantes, prendas creativas, bordados locos, materiales variados, diseños y hasta precios! todas las mesas están forradas de cuero, desde este rincón del café, donde no se sentarían los amantes, controlo en pasaje de la gente por la peatonal. estoy bajo la tiranía de una peluquera que decidió recibirme a las seis de la tarde, fue como pedirle audiencia a un rey. ahora gasto el tiempo en asuntos inútiles y tomo aspirina para despertarme un poco. hice una incursión, quizás demasiado radical, al sauna mixto del hotel. mis ojeras bajan y rebotan en las rodillas. tengo el síndrome del ojo cansado, algo que aun no salio en ninguna revista científica pero que seguro ya lo van a descubrir. esta noche, antes del maquillaje, recurriré al viejo truco de los hielos envueltos en servilletas de tela sobre los parpados. si lo usa silverster stallone, seguro que funciona.

miércoles, agosto 10, 2005

lecturas de agosto

amanecieron cubiertos de libros. la cama estaba tibia y a ellos los separaban las obras completas de shakespeare encuadernadas en papel biblia, formato grande y tapas duras con arabescos en oro y piel. él saco una de sus interminables piernas y se fue al baño, como si despertar bajo una colcha de papel fuera algo de todos los días. ella se quedó quieta , desnuda y cubierta por unos mini clásicos franceses de todos los tiempos. era novata en aquella habitación. apenas conocía a su ocasional compañero, un jugador de basketball aficionado a la lectura. habían tomado copitas de licor en un bar de ambiente intimista y habían terminado en la cama. ella sentía el pudor de una mujer que dejó la ropa en la mesa de la cocina, hacía varias horas y no tenía ningún plan para recuperarla. cerró los ojos y se hizo la dormida. al rato escuchó alguna actividad fuera del baño, un ruidito a caldera en la cocina y sus pasos, entrando en el cuarto-biblioteca. espió su espalda mientras entrecerraba la gigantesca cortina de papel japonés. una mesita con ruedas esperaba junto a la puerta, con su ropa primorosamente doblada y el desayuno en la bandeja superior. fingió despertarse en ese momento y le sonrió. el le pasó la bata con un gesto tierno. era una suerte de kimono destinado a las amantes. después desvistió su cuerpo de literatura francesa, le hizo un masaje en los pies y le dio el desayuno.

los rosales de la memoria

mientras el taxi se acercaba, veíamos la explanada de la entrada cubierta de sillones bkf de lona amarilla que parecían un ejercito de mariposas gigantes en una hora de descanso. era una mañana brumosa, como tantas, en aquella zona extraña con un microclima que contradecía las bondades caribeñas de la temperatura de la isla. hacía diez años que no pisábamos aquel sitio pero todo tenia un color familiar. quedamos paradas allí, en aquel sitio que nos había alojado y hecho amigas también. la misma sensación de ser locatarias y extranjeras que siempre habíamos tenido, ahora nos volvía a invadir. los árboles de la entrada, que alguna vez habían plantado en nuestra presencia y significaban la unión de tres continentes, estaban gigantescos. de repente paso la telefonista, chancleteando como de costumbre y nos saludo como si nos hubiera dejado de ver anoche. aquella mujer que mas que una cabina atendía un club adonde la gente iba a compartir sus penas y también a recibir la alegría de comunicarse con sus parientes en el exterior. aquel sitio donde había migas, termo y a veces cartas españolas para pasar el tiempo. donde la conversación era la moneda de cambio. ahí estábamos, aun sorprendidas cuando paso un anciano que me llevo del brazo hasta un sector del jardín del edificio. se detuvo frente a un matorral de rosas y me dijo : esta es la matica que planto usted. busqué un rato en la memoria, le agradecí el gesto y me quedé pensando toda la tarde, revolviendo en cada cajón del olvido sin encontrar absolutamente nada.

martes, agosto 09, 2005

sportman

atravesaba una noche helada, por el medio . traía en la cabeza un encuentro casual con un joven amante que estaba prendado por su capa verde. sonreía y pensaba le gusta más la capa que yo. se lo imaginó desnudo y chiquito, frente al espejo, cubierto con su linda capa verde. reparó después, en la breve conversación que habían mantenido en ese encuentro casual. él le había recriminado amablemente que no lo llamaba, ni lo visitaba en su trabajo como antes. ella había admitido su falta. en fin, no se sentía obligada pero era simpático fingirse comprometida. dialéctica pura. solamente eso. la tensión estaría puesta en la capa verde. hay cosas irreversibles, pero no era el caso de la capa que tenia un lado de paño liso y otro, igualmente hermoso, de cuadros escoceses. nada esta perdido, nada es para siempre. así se fue acercando hasta la vidriera de un antiguo bar cerrado donde tres mozos, de calzoncillos de sarga color piel, trapeaban el piso con sendos lampazos.

sábado, agosto 06, 2005

de compras

arrastró a alicita hacia el negocio de pompas fúnebres. ahí reprodujo el habitual comportamiento caprichoso, que la caracterizaba a la hora de las compras. mientras coqueteaba sin parar, un lúgubre empleado la seguía, embelesado ante la posibilidad de una venta . el infeliz, abría y cerraba los féretros sin respiro, tratando de complacerla con una pátina hecha con cera especial o un forro de seda natural rosa con pequeños puntos de grantité en blanco. los cajones más caros estaban expuestos en horizontal, rodeados de cirios altos en el salón de exposición. todo estaba previsto para que el cliente entrarara caminando, con el dinero en el bolsillo y el recuerdo de su pariente muerto hace un rato. no era habitual que una cliente se probara su propio cajón con la misma ligereza de quien se prueba un par de zapatitos cubiertos de escamas de cocodrilo. para complacerla, el escuálido buitre ponía en vertical las pesadas piezas de madera y tela y ella entraba a los saltitos y hacía comentarios en el medio de pequeñas risitas coquetas estoy gordita para este pronunciaba y sacaba una puntita del pie enfundada en un primoroso zapatito blanco. el funcionario sonreía y no paraba de transpirar mientras caminaban hacia los cajones más caros. en el medio de la prueba, la tía detectó el caminar de un joven escultural y tatuado que lijaba cajones en el taller y decidió seguirlo para admirar de cerca aquellos muslos privilegiados cubiertos por un mono de jean. por aquí tienen mas anunció y se mandó directamente a la sección de los cajones baratos, entre el aserrín y el polvo, como un gato reo que saborea una sardina robada y podrida. a pesar de estar sana y optimista, tía elvira era una mujer previsora. no iba a dejar nada librado al azar. su entierro estaría pagado, el servicio elegido desde el cajón hasta las masitas del café, el color de las flores, las limosinas, el alto de las velas, las propinas para el maquillador y sus asistentes. todos sus detalles favoritos estarían previstos. una vez le había encomendado el jardín a su hermana. al regreso del viaje por europa, se había encontrado todas sus plantas marchitas y muertas. ahora solo podía confiar en alicita, su sobrina, la que ahora presenciaba toda la escena con su cara tapizada por el acné, con actitud sumisa, embutida en el uniforme del colegio esclavas del divino corazón de jesús.