sábado, octubre 08, 2005

no hay salida

recibía todos los días aquellas cartas llenas de intimidades que la intimidaban. por reflejo, respondía con el mismo nivel de familiaridad y destapaba aspectos de su vida de los que se guardan en el cajoncito más recóndito de la mesa de luz. ese grado de desnudez extremo se parecía mucho al que arriesgaba cuando se enamoraba de alguien. pero este no era el caso y sentía que estaba corriendo un riesgo extraño, inesperado e innecesario. abrir el alma en dos a un desconocido con el que solo había tomado un café. ¿acaso ese café era un argumento suficiente para darle tanta información? si, el café habilita todo, es como una puerta sin llave, un candado violado o una barrera caída después de la tormenta. el café puede con todo esto y mucho más. es un vehículo que no admite límites ni guardas. nadie se puede salvar de lo que pasa después del café. después del café solo puede haber sexo. después del café, solo puede haber amor. después del café solo puede haber perdón. después del café solo puede haber rutina. después del café solo puede haber adiós. después del café, solo puede haber olvido.