martes, junio 21, 2005

made in uruguay

jueves de noche, en la barra de un bar de moda. dos sujetos hablan con detalle de la faena de una chancha. uno toma vodka y el otro whisky importado. enumeran los detalles con fruición. como se segmentaron los ochocientos kilos de carne del animal, cuantas morcillas, chorizos y pedazos de pulpa se rescataron en la tarea. cuantos kilos, al fin, se obtuvieron en chicharrones. lo que más placer les da, es el volumen del trabajo, describir el cansancio de estar ahí cortando carne durante horas. éramos cinco, aclara uno. llegado un momento, hicieron una pausa para tratar el destino de la cabeza del animal, ya que nada sería desperdiciado. queso de cerdo, anunció uno sintiéndose como un personaje de guy ritchie. nada seria desperdiciado. todo iría a parar al torrente sanguíneo tarde o temprano. todo taparía alguna vez las arterias de aquellos personajes. cuando la carne dejó de ser un tema atrapante, entonces empezaron a hablar de una discoteca y lo poco que habían pagado un trago en determinada oportunidad, porque eran amigos de todo el mundo. en otro tramo, de la misma barra, un cliente le hincaba un ojo a un libro de sandor marai.