miércoles, febrero 09, 2005

tuning me

hubiera querido que me trataras como a tu chevette 79 celeste, el que tiene la línea con el cuadrillé blanco y negro en los laterales que le da ese estilo tan deportivo. ese mismo que lavas primorosamente aunque no haya salido del garaje. el que pules ante el mas mínimo pretexto con el esmeril importado que te regalaron tus padres el día de tu cumpleaños. el que justificó que nuestra luna de miel fuera en el chuy, buscándole alfombras de goma con aluminio. el que tiene la palanca de cambios de resina transparente iluminado con leds, la que cambiamos por los electrodomésticos que nos regalaron en la boda. el mismo que se llevó mi alianza de casamiento porque había que pagar el bocheo después de un pequeño accidente en una picada contra beto, tu amigo, el del fiat 600. te hablo de aquel auto por el que no viajamos a florianópolis el año pasado, en nuestras vacaciones, porque había que pagar las cuotas de las nuevas cubiertas patonas. ese que tiene los farolitos halógenos que tu tía enriqueta te mandó de estados unidos, en ocasión del nacimiento de chevy, nuestro primer hijo. al que no hemos podido mandar al psicólogo como nos lo indicó la maestra porque se pasaba todo el día en la escuela haciendo el ruido de un motor moderando. eso fue porque estábamos aun pagando el arreglo de la junta homocinética. por si no te acuerdas, es el que dejamos sin regalo de reyes magos el pasado seis de enero ya que hubo que ir al chapista a recuperar el color original de la puerta del conductor. tal vez se te pasó porque le estabas instalando unos espejos m3 y yo te lo dije rápido pero ya era hora de dejar de vivir en el fondo de la casa de tus padres. cuando estábamos por hacer la reserva del terrenito para nuestra casa, le pusiste la careta del bmw y otra vez el dinero se esfumó. yo te dije que no combinaba, pero no me escuchaste. más adelante tuvimos la discusión porque querías ponerle nuevos vidrios polarizados y yo decía que hacía solo tres meses le habías puesto los otros. ahí empecé a trabajar en la peluquería de esther y vos solo tenías ojos para ver los alerones deportivos que le acababas de instalar. empecé lavando cabezas y como tengo las manos suaves me empezaron a dar buenas propinas que fui guardando en la caja del nuevo caño de escape. un día el dinero no estaba y me confesaste que te habías comprado con el unas pastillas de freno sensacionales. ahí no aguanté más y te dije todo lo que pensaba sobre nosotros, pero vos solo me hablaste de un catalizador que te resultaría indispensable. cuando me fui de casa y te dejé vos estabas entretenido cambiándole el juego de spliters con tu viejo, que siempre esta para ayudarte en los momentos importantes. me dijeron que estabas poniéndole la doble toma de aire en el capot cuando tu madre entró al taller y te avisó que yo estaba reconsiderando mi regreso. una tarde te llevé al nene y juntos le pusieron los sapitos lanza-agua con luz. quedé conmovida por la escena familiar y decidí volver. nos reconciliamos y te regalé, con mi primer sueldo, una semióptica nueva. ahora ya pasaron unos meses y estas bañándote después de pasar todo el día revolcándote mientras le instalabas una luz de neón violeta y verde bajo el chasis. y yo estoy aquí fumando en la puerta del garaje y se me cayó un fósforo justo en un charquito de combustible y miro tranquilamente como todo arde.