viernes, abril 01, 2005

galán maduro

a veces me detengo, mirando tu cintura y quedo ahí, suspendida, entre el gris de la camisa, el cinto y el pantalón, la línea de la espalda, el pelo semi-cano y un pensamiento me ataca : que pocas curvas tienen los hombres !

nana para teresa, mi nana tuerta

para dormir a un niño, es bueno tener un pecho amplio y mullido, la piel tibia y las manos grandes con dedos calentitos. suele ser muy propicio un pie un poco más corto, para mecerlo lento e inducirlo despacio. tal vez sea necesario, para dormir a un niño, tener el ronroneo de un enfermo cardiaco y la mirada estrábica de un feroz basilisco.