viernes, diciembre 02, 2005

y encima de la basura, alfombra

es japonés y tiene unos diecinueve años. usa unos lentes de aro muy fino y luce una cresta al mejor estilo tin tin. nos guía a toda velocidad por los vericuetos del gran aeropuerto naranja. en su espalda, una leyenda que dice : cuente conmigo. quizás sea hora de pedirle un consejo a alguien y en tal caso, ahí estará ese joven con aire de estudiante de intercambio dispuesto a auxiliarme. vamos trepados en la escalera mecánica mientras él nos mira con seriedad uno por uno, como si estuviéramos por cometer una falta grave. habla a través de un handy. nos está contando. creo que faltan algunos de sus acólitos por obligación pero nadie se rebela. somos, de alguna forma, su ganado personal. movernos, contarnos, embarcarnos en el área correcta, es parte de su trabajo. todos seguimos sus instrucciones hasta llegar a un punto en el que se detiene y con un gesto de humanidad inesperado, comienza a interpelarnos uno por uno. es la despedida, intuyo. la manada se divide según destino y número de vuelo. unos van al veterinario. otros al mercado, otros directo al matadero. a mi me toca el avión que vuela a manaos. pienso en fitzcarraldo, herzog, claudia cardinale, la ópera y el caucho en su era dorada. klaus kinsky ya no será de la partida. a cada pájaro le toca solo un par de alas.