viernes, octubre 25, 2013

pequeña circunstancia



cuando no estás, o no te veo, dejo la puerta abierta al duende. de ese modo, no estaré esperando tu llegada. podré dedicarme a otra cosa. el ropero quedará al descubierto, desde la cama veré la manga del tapado leopardo y cuando apague la luz y me duerma, quedará esa remota posibilidad de ser raptada por el gnomo lujurioso que habita tras las paredes. debajo de dos capas de empapelado, sumido entre la goma y el revoque estará mi amante. el gato será despedido por la ventana (los gatos y los duendes, no se llevan) y la luz caerá hasta hacerse negra. nadie podrá hacerse del secreto, solo la habitación y mis gemidos. como una película de terror casera, en la que no importan mucho los detalles, será ese ataque fulminante y sigiloso. en una radio de ese inframundo sonará tu nombre, en el texto de un obituario. habrá muchos saludos y reproches de los que no se enteraron a tiempo, estarán los que se lamenten y los que te lloren. estaré yo con el duende enlazados por un dedo. masticando bayas como si fueran chicles