jueves, octubre 13, 2005

maldito aparato

volvía a su casa después de pasar, las ultimas cuarenta y ocho horas, fuera. traía el pelo mojado y el cuerpo levemente tibio. el sol se asomaba insultante para aquella tímida primavera. en las paradas de los ómnibus, dos adolescentes se besaban sin parar bañándose en gigantescos lengüetazos. las siete de la mañana y el humo de la ciudad que aun no se intuía del todo. se había olvidado el teléfono, lo había desconectado y lo había dejado en la mesita de luz del casi desconocido con el que había pasado la noche. odiaba ese aparato y siempre que podía lo largaba en alguna parte. aprovecharía esta oportunidad para alejarse de el, para siempre. pero su partenaire de la noche anterior no pensaba lo mismo y la estuvo buscando durante todo el día, atendió sus llamadas y hizo todo lo posible por que recuperara el pequeño aparato. tirano, pensaba ella, cuando tenia que gastar un minuto en atender el celular. lo que podría haber sido un encuentro casual, único y perfecto se había convertido, de pronto, en una pequeña telenovela del desencuentro protagonizada por un teléfono móvil. al mediodía varios de sus amigos y un compañero de trabajo habían tenido charlas con el hombre amable de la voz gruesa que explicaba con sutileza que ella le había dejado el teléfono en la noche anterior. eso inmediatamente generaba una llamada a la casa de ella, con grabaciones llenas de risitas e ironía, grabadas en su contestador. mientras tanto, ella descansaba boca abajo, exhausta, en su cama.