miércoles, julio 13, 2005

piquete a las tres de la tarde

de repente se vio en el espejo. la vereda estaba llena de coleópteros que en realidad eran cincuentones de barriga prominente que trabajaban en bancos y oficinas públicas. esa tarde se habían sublevado para celebrar el día del orgullo del hombre gris. lo mas sorprendente era el osado movimiento de cadera de los coleópteros, que en algunos casos llegaba a convertirse en una sentadita al mejor estilo lambada. una provocación publica que hacia sonrojar a la enorme hilera de granaderos vestidos de chaleco antibalas negro que estaban con sus boinas y sus borceguíes tratando de mantenerse serios. esa extraña línea de contención era una auténtica mascarada ya que los coleópteros, eran en gran parte ministros y altos funcionarios, inclusive diputados de esos que les votaban el aumento de suelo a los policías, un par de veces por año. en realidad la fila de guardias no hacia mas que proteger del escarnio público a aquel descontrolado grupo de padres de familia que componían una suerte de carnaval de invierno. del otro lado, las cámaras de televisión intentaban conseguir imágenes para vender al mercado internacional de noticias amarillistas. los coleópteros no se preocupaban, circulaban con sus trajes de tela esponja armados con polyfom y se rascaban sus panzas ralladas con aire bravucón. un combo de trompetas y piano eléctrico animaba el baile desde lo alto de un camión de reparto de expedientes. seis músicos con traje de coleóptero transpiraban sin dejar, un segundo, de tocar hits de los tremendos del vallenato. los trencitos de manifestantes se desplazaban por la avenida apoyándose unos en las caderas de los otros, impúdicamente.