jueves, julio 28, 2005

todo en común

a pocos centímetros del ídolo, la funcionaria de inmigración, comprendió que llevaba el pelo teñido. ahí quedaron enfrentados, separados por una fina capa de vidrio , el tenista eternamente joven y la regordeta mujer policía del pantalón azul talla 48 a punto de explotar. con el descaro de una mujer que no tiene nada que perder, belinda masculló : preferance 67. entonces el campeón elevó un poco los ojos y se sintió aludido. no te entendí...¿te di la cédula ? tratando de disimular el duro instante en que fue puesto en evidencia por aquella cerdita vestida de azul. listo ! sonrió la gendarme y le acercó el documento a la ventanilla con el sellado correspondiente. el ex príncipe de los courts se alejó con su campera castaño-rojiza y su pelo del mismo color. usa el mismo tono que vos dijo sandra, la funcionaria argentina a la funcionaria uruguaya. si, el mismo preferance 67, dijo belinda y acarició el arma de reglamento que relucía en su cadera.

miércoles, julio 27, 2005

nadie

después de la una, en el bar, están los felices, los que tienen mesa reservada o los que llegaron temprano y ya estan servidos. además, están los entenados que hacen cola, intentan seducir de alguna manera a la recepcionista y también los que quedan con cara de frustración vagando por la zona de la barra. las mujeres, generalmente llegan en barra y enseguida se victimizan. están los tipos prácticos que se arreglan en cualquier lado, igual en la zona de la puerta, donde es más oscuro y a cada rato se cuela un chorro de aire frío. vino además el que mete el pecho y tarta de colarse. el prepotente. la distraída, el pertinaz . la parejita que se manda al salón y cuando son atrapados in fragantti, regresan con la humillación de ser corridos por el servicio. caminan conscientes de su escarnio, imperceptible para el resto que mastica. estoy en uno de esos lugares adonde van las estrellas. mi aspecto, es tan exótico, que algunas celebridades, que pasan por mi mesa y me saludan, para no quedar mal. estoy en la entrada, en la mesa más evidente, junto a la recepcionista. ya pasaron tres, es muy graciosa la situación. ahora veo a dos provincianas que vinieron, como yo, a ver famosos comer. están desorientadas por mi culpa. no pueden parar de hablar de mi, mientras la recepcionista las tortura y las obliga a esperar paradas una mísera mesita. revisan una y otra vez las tapas mentales de las revistas ilustradas que consumen y descartan que sea tal o cual. entonces…¿ quien es ? “ nadie” , concluye la más astuta y me descubre en mi franca impunidad.

martes, julio 26, 2005

hundido

el gigantesco castillo de naipes, construído a su alrededor, se derrumbó sin dejar una sola carta en pie. de nada valieron las invitaciones al palco privado, las rosas y aquel traje de gusto exquisito que se puso para deslumbrarla. la revelación fue tan dura y contundente que no dejo espacio para ningun movimiento. como si ella hubiera visto, través de la cerradura, como él le robaba todos los calcetines del cajon, en pleno ataque cleptómano. aquello habia sido grave y definitivo, sin retorno ni explicaciones. después de varias semanas de cortejo, llamadas oportunas e invitaciones encantadoras, el hombre de su vida, o mas bien, su prospecto, pronuncio la frase asesina : adoro la zarzuela.

lunes, julio 25, 2005

costumbres y servicios

vivo en una ciudad sin subterráneos. por los intestinos de montevideo sólo deambulan cinco millones de ratas elegantes, que también se han ajustado el cinturón por la crisis. tampoco tenemos bares de trampa, el último que quedaba desapareció en su lugar hay una verdulería puesta a todo trapo. en buenos aires hay todo tipo de bares y mis favoritos son los de alterne, sitios extraños, céntricos, con cortinas y perfectos para que entre una desprevenida como yo o el par de turistas canadienses que están a mi lado. a pleno día, jóvenes putas esperan una cita, un llamado, un cliente. seguramente a pocos metros estén las piezas de hotel donde se llevan a cabo las citas. en estos bares nadie lee el diario, no existen los típicos parroquianos que toman una copita. desde la hora del desayuno se sirve whisky o cognac barato. en este bar no cabe un mozo guarango sino uno diplomático y discreto que hace como que no estuviera. las chicas usan y abusan de los celulares, van y vienen. se sientan solas o con las demás. entran y salen, sobre todo al mediodía cuando los empleados tienen la pausa del almuerzo. dos por tres aparecen madamas disfrazadas de amigas, a controlar. aquí, nadie mira para afuera con aire lacónico, nadie escribe un poema en una servilleta. un bar de alterne es un lugar de trabajo donde nadie pierde el tiempo. nuestros bares de putas son también sitios de descanso, pero mezclados con parroquianos comunes. es el caso del maipo, frente al teatro stella di italia. un lugar cálido para tomar un café con un amigo o un cliente reciclado en confesor, que justo paso por el lugar después de cobrar una magra jubilación.

domingo, julio 24, 2005

lindo par

el invierno se hace mas crudo en las calles de la feria. desde un puesto de antigüedades de valor dudoso y cachivaches sonríen las pantuflas de ronald y nancy reagan. ellos están acostados, en sendas camitas, cubiertos de un acolchado con la bandera norteamericana. tienen las cabezas inclinadas sobre un linda almohadita y sonríen. el pie izquierdo es él, el derecho es nancy. aun no olvido el espanto que me causó encontrar su libro sobre la marihuana en la biblioteca de mi madre. nunca me atreví a preguntarle por tan peculiar hallazgo. quizás ahora podría darle una sorpresa y llevarle estas abrigaditas y republicanas pantuflas. para que se sienta protegida y caliente a la vez.

sábado, julio 23, 2005

mont blanc

en general, una vieja es noticia cuando va al banco y un malandrín le roba la bolsa con veinte mil dólares. también sucede cuando un joven le arranca la cartera en la calle y la empuja contra las baldosas de la vereda. entonces la vieja se lastima y su cara ensangrentada es noticia de las siete. es dura, la glamorosa vida de una vieja, ni me lo digan. he gastado horas en consultas con un geriatra que, seguramente, sea accionista o dueño de la farmacia donde me preparan las recetas de los remedios carísimas que me prescribe contra los dolores de huesos. el dentista que siempre me quiere poner coronas de oro. sospecho que pertenece a un grupo de profanadores de tumbas. la otra cara del negocio, un reciclador de oro bajo, que tiene que retirar de las piezas los restos de pollo o costilla para hacer su inmunda tarea y ganar unas monedas. creo firmemente que la sonrisa zalamera del dueño del supermercadito seguramente se deba a alguna desviación o perversión que este tipo tiene por las señoras mayores. no podemos fiarnos en nadie. quien sabe en que piensa ese gallego degenerado. el otro día fui a un bingo en el círculo militar. tengo un hermano que es coronel retirado y por eso puedo formar parte de esta selecta institución. estuve perdiendo durante toda la tarde pero, con la compra de cada cartón, estaba colaborando con un grupo de tejido de señoras del centro y la causa del ocio es algo que tenemos que apoyar. no porque le vayan a llevar la ropa tejida a los pobres, sino porque se las llevaran a sus nietos, que las detestarán y las esconderán en un rincón del ropero. el detalle es que usé, para anotar mis puntos, la lapicera mont blanc que me dejó mi tío eliseo. cuando me fui, me la olvidé. me di cuenta seis días después y cuando llamé no quedaba nadie jugando en la sala. no había nadie que tuviera noticias de mi lapicera. nadie se había quedado esperando mi llamado, para devolverme lo que es mío y vale mucho. así que llamé a mi hermano y el llamó al capitán que está casado con una de las del grupo de tejido y él consulto al alférez que estaba cantando los números durante aquella tarde. nadie sabía nada pero enseguida se pusieron a buscar. al final, alguien la había recogido y se la había dado a la empleada de la ropería y ella la había puesto entre las cosas perdidas, en una cajita de zapatos. mezclada con un llavero, un par de guantes de lana baratos y una bufanda de niño. hice que la despidieran, mi lapicera no podría pasar seis días en una caja de cartón, debería haberla colocado, como mínimo, en una caja fuerte.

miércoles, julio 20, 2005

buenos aires

el avión es angosto. poblado por ejecutivos aterrorizados. estamos carreteando por la pista, rumbo al cielo. siento como sudan adrenalina pura detrás de las camisas polo, podría hacerles en este momento un análisis de estómago con una mini cámara y podría ver esa danza de jugos trabajando pos una úlcera perforada que podría figurar en el guinnes. a pesar del perfume del after shave y las sonrisas hipócritas con las que se saludaron en la pista, en la cola de embarque, en el hall del aeropuerto, se puede oler desde lejos ese miedo a volar. somos solo dos mujeres en este vuelo. el asco que tengo por los aviones supera cualquier posibilidad de temor. cada vaso de jugo de naranja sintético que ofrece una azafata con gesto de empleada pública es como un puñal que me clavan en el medio del pecho. ni hablar de unos snacks de maní y castaña que insisten en darme. totalmente salados y con el mayor nivel de grasa transgénica del universo. me saco las botas y descanso un poco, en minutos estaremos bajando. no quiero escuchar los diálogos vacíos de mis compañeros de vuelo, son solo una fachada para ocultar lo que realmente les pasa. por un instante me olvido que mi gran nariz descubrió el olor a vomito antiguo que se oculto con alguna sustancia química en un asiento cercano. me viene un breve sueño en el que sueño que sueño un sueño. es un articulo en espiral, que va y se pierde en si mismo. todo parece tibio y acogedor allá arriba cuando duermo descalza y rodeada de desconocidos.

domingo, julio 17, 2005

día del padre

esto que me regalaste vos, metételo en el culo y le devuelve el frasco de perfume. no me lo dejan pasar. en la mesa, el padre disfruta de su día de licencia de la cárcel con sus dos hijas, su yerno boliviano y sus dos nietos. el ambiente familiar. el tipo tiene la voz rasposa y habla todo el tiempo sin parar . no me acuerdo de que cara tenía . su hija acota estuvo veinte años casado con ella y no se acuerda de la cara. la nieta menor es una bebita de unos meses, preciosa. no hagas como tu madre ¿ oíste ? cuídate eso que tenes ahí. mira a la mesa con coreanitos almorzando. los voy a matar repite. amenaza a la bebé con darle una piña en la nariz la concha de tu madre ríe. flaco le habla al mozo mientras señala a los coreanos con la cabeza, huevos de yeso tenes que tener para aguantar a estos. si no tengo plata, en mi casa no me dan ni la hora. las hijas deciden irse a buscar un pescado y lo dejan solo, con una cerveza. en otra mesa una familia de evangélicos, al mejor estilo de los flanders, almuerza silenciosa y respetuosamente ñoquis.

jueves, julio 14, 2005

el sexo de los otros

vuelvo medio alegre después de una noche de copas en una ciudad que apenas reconozco. de la puerta de un club sale la música de una fiesta, quizás un cumpleaños de quince o algo así. la vereda no es el sitio mas glamoroso del mundo con el farol de lámpara halógena y la basura en la acera. contra una ventana están los amantes. él esta sentado, con las piernas abiertas, sobre el marco y ella esta de espaldas a mí, en el medio, con un vestido de fiesta azul descotadísimo y más fino que un camisón. veo su espalda desnuda, el moño casi despeinado y las manos de él acariciándola en los senos mientras se besan en la boca. una nena se asoma por la puerta y los mira. yo también los miro. ellos están en otra parte. en una parte exquisita.

información confidencial

tenía una cita, algo improvisada pero interesante. un galán extraño, fuera del esquema frecuente. un sirio adaptado a la vida occidental. de esos que tienen un lunar puesto en el mejor sitio del cuerpo. trae un traje sencillo, blando, como el de alguien que se toma vacaciones. zapatos cómodos, un chal de seda fina. ¿ sos casado ? dispara ella y lo deja desconcertado ¿ como te diste cuenta ? responde el tipo, un poco paranoico. no sé.... miente ella se me ocurrió... no podía decirle, que el ajuste de los pantalones denuncia el estado civil, mejor disimular y nunca pasarle al enemigo, los códigos secretos del otro sexo.

miércoles, julio 13, 2005

piquete a las tres de la tarde

de repente se vio en el espejo. la vereda estaba llena de coleópteros que en realidad eran cincuentones de barriga prominente que trabajaban en bancos y oficinas públicas. esa tarde se habían sublevado para celebrar el día del orgullo del hombre gris. lo mas sorprendente era el osado movimiento de cadera de los coleópteros, que en algunos casos llegaba a convertirse en una sentadita al mejor estilo lambada. una provocación publica que hacia sonrojar a la enorme hilera de granaderos vestidos de chaleco antibalas negro que estaban con sus boinas y sus borceguíes tratando de mantenerse serios. esa extraña línea de contención era una auténtica mascarada ya que los coleópteros, eran en gran parte ministros y altos funcionarios, inclusive diputados de esos que les votaban el aumento de suelo a los policías, un par de veces por año. en realidad la fila de guardias no hacia mas que proteger del escarnio público a aquel descontrolado grupo de padres de familia que componían una suerte de carnaval de invierno. del otro lado, las cámaras de televisión intentaban conseguir imágenes para vender al mercado internacional de noticias amarillistas. los coleópteros no se preocupaban, circulaban con sus trajes de tela esponja armados con polyfom y se rascaban sus panzas ralladas con aire bravucón. un combo de trompetas y piano eléctrico animaba el baile desde lo alto de un camión de reparto de expedientes. seis músicos con traje de coleóptero transpiraban sin dejar, un segundo, de tocar hits de los tremendos del vallenato. los trencitos de manifestantes se desplazaban por la avenida apoyándose unos en las caderas de los otros, impúdicamente.

martes, julio 12, 2005

plan insecto

vengo caminando y cargando una gran tristeza. es como un dolorcito en el alma, medio inesperado, que me agarró ayer de noche y no ha querido soltarme. entonces me pongo los lentes de moscardón gigantes y negros y transito por el centro de la ciudad. el aire cálido, a pesar del invierno, me estimula y después de un rato de cruzarme con tanta gente empiezo a sentir un cierto alivio. si estuviera en la casa de mi niñez podría ir al recodo del jardín, donde estuve tantas veces en el mismo plan, para poder llorar despacito hasta que todo afloja y pasa. pero estoy aquí, parada en la vereda de la casa de mario benedetti, revisando un kiosquito de revistas, leyendo chismes sin comprarlos. mientras la luz del semáforo se demora pasa una conocida de mi infancia. hacia mucho que no la veía, era una belleza y aun conserva algo de aquel porte, pero parece que le pasó la lava de un volcán por la cara, esta como hinchada, marcada por la vida. se me ocurre que ha tomado un poco de alcohol de más o la picó una avispa o se fue un poco de control con los dulces. pero mi plan de esta tarde es otro, estoy tratando con mi propio estado de animo. veo salir un solcito tímido y eso me anima un poco. miro al resto de la personas y me siento como una hormiga mas de camino al hormiguero. solamente que soy una hormiga negra, de tapado de cuero negro, guantes negros, cartera negra, lentes negros. ensayo un sonido de hormiga, una suerte de soplido y empiezo a canturrear. el soplido me da una cierta impunidad, una suerte de frecuencia extraña que solo podrán percibir las hormigas obreras que están en la central. unnnnnnnzzzz, unnnnnnzzzzz, unnnnzzzzzz.

domingo, julio 10, 2005

tejido íntimo

la hija menor de los trapecistas había nacido con un pequeño defecto en la columna. nadie hablaba de eso en el circo. todos aparentaban una supuesta normalidad, tal vez por estar acostumbrados a convivir entre mujeres barbudas y enanos. pero valentina era consciente que su futuro no estaría en la arena del circo. por esa razón se había puesto a estudiar griego desde los diez años, pensando en irse lo antes posible a alguna isla del peloponeso a vender jugos de fruta en un chiringuito. mientras tanto pasaba el invierno dedicada al crochet de dos agujas, una extraña técnica que permitía tejer, al mismo tiempo dos piezas idénticas en tiempo record. ella estaba haciendo un par de calzoncillos de lana para los siameses porque el frío estaba colándose en el carromato y después de cada actuación corrían con el riesgo de resfriarse. dos por tres, la adolescente golpeaba la puerta y hablaba con hugo, el más sociable de los siameses. a él le había tomado las medidas y le hacía las pruebas, suponiendo que a su hermano también le quedaría bien el modelito una vez terminado. se había animado a ponerle una hilera de pompones rosa y negro solo en el par de hugo porque entendía que osvaldo era un tipo más sobrio, que preferiría pasar desapercibido aunque fuera en sus interiores.

sábado, julio 09, 2005

agéndame

mientras elsa se preparaba una taza de sopa, recordó la charla que había tenido con martín durante el fin de semana. una conversación banal, al menos en apariencia, sobre diferentes tópicos intrascendentes. aquel encuentro le había servido para paliar el tiempo libre de los sábados, algo que generalmente la angustiaba. la simple chance de quedarse un rato sin nada que hacer se había transformado en su principal miedo. en especial si no había una persona que la acompañara y le diera la sensación de no haber pasado el día sola. apenas podía estar un par de horas por día en su propia compañía. las utilizaba para hacer compras o pequeños arreglos en la casa, previos a la llegada de visitas. a medida que su aflicción se iba convirtiendo en obsesión, iba bajando el nivel de los acompañantes. podía incluso quedarse un largo rato en la puerta conversando con el vigilante, un hombre tosco y sin modales al que solo le interesaba su cuadro de fútbol favorito que era el oponente del cuadro de elsa. martín le había hablado de unos grupos de respiración en los que había participado, que hacían reuniones multitudinarias para las que se preparaban con estrictos ayunos y en las que aullaban arrodillados durante toda una noche. ella lo había escuchado con interés, asintiendo con la cabeza mientras pensaba como resolvería el siguiente hueco, el próximo fin de semana.

viernes, julio 08, 2005

diviérteme

había tenido siempre la habilidad para imitar a otras personas. podía pasar horas haciendo un personaje solo para entretener a sus amigos. capturaba la manera de hablar, los gestos del rostro, los tics y vanidades de sus imitados, el resultado era hilarante. aquella noche en el bar, se encontró con un par de personas a las que quiso impresionar. sin saber muy bien porqué, se lanzó a describir a un infeliz que vivía gracias a la caridad de una organización judía, se vestía con gran elegancia y enloquecía a todo el mundo con su megalomanía. el personaje era un tipo insoportable, que no podía parar ni un segundo de hablar estupideces con los más mínimos detalles. al mismo tiempo, era alguien de una vasta cultura y estudios, un desconsolado de esos que las ciudades albergan en los rincones más inesperados. un fracasado que ya no tendría tribuna porque estaba viejo, pobre y solo. entonces empezó a imitarlo, a hablar sobre cualquier tipo de imbecilidad con un detalle exquisito, describió lo que había hecho el personaje en las últimas veinticuatro horas, lo que había leído, lo que había dormido, la manera que se había desvelado y el programa radial que había sintonizado. los demás celebraron con sus risas el logro. no conocían al personaje pero lo estaban viendo en su mejor imitación. entonces el imitador trató de volver a ser el mismo y no pudo. quizo recuperar su tono de voz y seguió hablando como el tipo, intentó olvidar los gestos y tics pero aquel infeliz le había quedado adentro del alma, tatuado para siempre.

a la hora del almuerzo

se abrió la puerta y entró una liliputiense. una dulce ancianita con un tapadito de pelo de camello, unos primorosos zapatitos marrones de taco con una delicada hebilla y unas ondas adorables en el pelo. es una cliente frecuente del lugar, las mozas le sonríen y la reverencian. es absolutamente encantadora, sus ojos brillan como su dorada bijouterie. el vaso de agua, el azucarero, todos son más grandes que su rostro. ni hablar del inmenso plato de risotto que ahora tiene por delante. ella podría usar ese plato, de piscina y reeditar el éxito de escuela de sirenas, ahora en versión senior.

miércoles, julio 06, 2005

gracias por venir

quedamos embutidos en la nave central de la capilla. quietos y apretados. unos encima de los otros. casi sin respirar. son las tres y media de la tarde de un sábado helado. no cabe un alfiler pero siguen llegando oyentes. en el altar, el coro de niños y jóvenes de san ignacio de moxos despliega su maravilla barroca. no vuela una mosca hasta el instante de la ovación. el publico, está suspendido en una alfombra voladora que tejen esas voces, esos solos femeninos, esos vaivenes increíbles que mixturan los coristas. el final es apoteótico. las vestimentas tradicionales del lugar, los instrumentos indígenas, el aire barroco en la composición, el movimiento y los bailes, la gracia del conjunto, el exotismo de las plumas en penachos y los colores vibrantes de la selva. todo suma y se agradece. la experiencia es arrolladora. es como si estuviéramos ahí, en el medio del pequeño poblado, con el calor y las alimañas de la misma selva mirándonos con desconfianza desde la maleza. como si alguien se acercara, en ese paraíso desconocido, a darnos un abrazo y un largo beso en la boca.

martes, julio 05, 2005

te lo recomiendo

me llevó al cuarto y cerró la puerta. el ambiente era cálido. después hizo click y apareció rufus wainwright en la pantalla, cantando algo genial, vestido como para una fiesta de día de brujas. el tipo tiene una voz que sale gigante, como de un caño bañado en platino. juguetea con el público y dice i’m a good dancer y la gente se ríe y no le importa que bailes rufus, ya basta con lo que cantás. escucho otro tema y otro y otro. es imposible no amarlo. el tipo canta con toda una orquesta y se los lleva puestos con una gracia infinita. es un pianoman, un crooner, un showman perfecto. sus coros son impecables, su banda perfecta, todo un marco que él aprovecha para brillar como una gran estrella. cuando uno descubre un nuevo cantante no se olvida de quien nos introdujo, quien nos presentó. nos acordaremos siempre de un cuarto cálido y oscuro y de un click que iluminó la pantalla.

lunes, julio 04, 2005

detras del vidrio

domingo soleado. visito un museo. pierdo del tiempo con premeditación y alevosía. veo padres con sus niños deambulando entre las obras de arte. niños pálidos, que no están jugando al baby fútbol a esta hora, ni circulando en una cancha de hockey sobre césped. niños de pelo corto, algunos con ojeras, niños de vernisagge. no corren por el museo , no gritan ni saltan. miran los cuadros, charlan con sus adultos. a veces tocan, con la punta de los dedos, una escultura. en el jardín, a través del vidrio veo otro grupo. el grupo de los que no escuchan a vivaldi. están trepados en un árbol, a diferentes alturas, tienen las mejillas rojas y no se ven los padres en la vuelta. chillan, compiten, saltan y se entreveran ajenos al vidrio, al arte, a la puerta del museo. de pronto se acerca, galgueando, una abuela. recoge a algunos y se aleja despacio, con sus huestes, hacia el horizonte.

domingo, julio 03, 2005

memoria de adriana

se sentó en la camilla y escuchó el diagnóstico. mientras el médico describía los pasos de su ocaso sexual su cabeza recorría otro tipo de paisajes. baños de noctilucas a la luz de la luna, la primera vez que vio anémonas de cerca, el gusto de aquella cucharada de ambrosía . el cuadro deprimente que pintaba el doctor con detalle y placer, con una especie de puntillismo cargado de fatalismo masculino, no era un brueghel, tal vez a ella le sonaba más bien como un picasso. mientras ella volaba en la cabina de una maseratti azul metalizada en una autopista que no tenía tréboles sino rosas maduras, cargadas de pétalos perfumados. el galeno entonces mencionaba con letanía un periodo de gracia, una suerte de etapa de despedida en la que la mujer se despide de su vida sexual más intensa con bombos y platillos. un aumento del deseo sexual y del placer que anteceden la menopausia. una superproducción de hormonas que genera el mismo interés sexual de un macho a los dieciséis años. ese era el cuadro final, una especie de caravaggio. antes de cerrar la puerta del consultorio oyó el consejo de médico : disfrutá. tenia que devolver el libro de gombrich en la biblioteca pero tomó otra ruta. pasó por un mayorista de condones y hizo un acopio de medidas comerciales. tomó el teléfono y adelantó la cita con la depiladora . no se dio un tiempo para pensar, ni siquiera se detuvo un instante para entender lo que había escuchado. no sabía si sentirse abrumada o aliviada por la noticia.

viernes, julio 01, 2005

visita inoportuna

intento mantener una sonrisa plácida. disimulo mi ansiedad galopante. tengo un maldito fantasma en mi casa. hace tres días. cada vez que salgo, dejo la radio sintonizada en una estación. cuando regreso, esta sistemáticamente, movida del dial. ustedes dirán, entonces porque no apagas la radio. si, ya probé. apago la radio y cuando regreso, no hay ningún sonido. pero si la dejo encendida en una estación, a mi regreso, la música estridente me sorprenderá. tal vez el problema no sea el fantasma, sino el mal gusto del fantasma. la posibilidad de convivir aunque más no sea virtualmente, con alguien tan poco interesante. un fantasma que gusta de la música de supermercado. un fantasma que ama a philip glass y todas las versiones orquestales apócrifas y edulcoradas de la mejor música de todos los tiempos. un adorador de los peores engendros musicales de ayer, hoy y siempre. el asesino de los covers. un devorador de música. una suerte de hannibal lecter de los estilos. no es el primer fantasma que tengo en mi casa. hace diez años, hubo otro. pero no puedo compararlo. aquel era un verdadero dandy, que movía la cortina del baño y hacía temblar un almohadón del sofá. alguien con encanto, no este terraja sin redención.