viernes, enero 20, 2006

no juegues con la comida

la paloma pichón picotea un aro aplastado de galleta de arroz. lo pica, lo eleva en el aire, lo sigue con los ojos y lo caza de nuevo. sin pudor ni respeto, arrastra el alimento por la acera como si de una cancha de hockey se tratara y ella tuviera el disco y el gol inminente en su pico. avanza, se resbala como tejo, el último resto de la galleta de arroz . ella se pasea y con aire insolente le brinda un picotón. agoniza y suspira la galleta de arroz y la paloma niña la arrastra con desgano como la silla vieja de una casa de muñecas. ni el juez, ni el abogado, ni el fiscal, ni el que vende los timbres del juzgado, defienden los derechos de este digno alimento. ninguno de los cuatro resiste de algún modo el terrible tormento. tiembla la calle piria. viene la topadora y la paloma adolescente se va, indiferente. la lenta aplanadora que viene en retaguardia, se ensaña una vez mas con el último resto de la galleta de arroz.