jueves, agosto 20, 2009

la breve y triste historia del mal amante

después de un tiempo de riguroso estudio había empezado a entender cual podría ser un buen amante y cual no, tan sólo con mirarlos un ratito. en los últimos tiempos, se había dado cuenta que existían casos irrecuperables, aun siendo muy jóvenes. existen hombres incapaces de aprender nada en el terreno de la motricidad fina y eso, es una de las claves para la técnica y la inspiración amatoria. existe un porcentaje muy elevado de hombres incapaces de aprender nada con una mujer a la que quieren seducir y en lo posible, abandonar en un plazo corto. existe un elevado número de hombres incapaces orgánicos. hay un elevadísimo número de hombres que no podrían ni siquiera reflexionar un minuto sobre toda esta cuestión. porque en el fondo, prefieren vivir con el fantasma de que son malos en la cama y no pasar nunca por al terreno de la comprobación. mentime que me gusta. así funcionan las cosas en el libre mercado del amor. ese nicho lo atienden las profesionales que, para eso están. para fingir orgasmos y reunir billetes. todo sea por conservar la autoestima de nuestros machos intacta. también hay más de una desesperada capaz de quedarse con el clavo con tal que las amigas no digan que "está sola". otras mujeres, nos ganamos el título de frígidas simplemente porque no nos gustan los ineptos. la buena fama de los fontaneros no es en vano. y eso que su trabajo no se caracteriza por estar rodeado de buenos aromas. existen casos extraños pero en el fondo abundantes. un hombre que es un excelente seductor y un besador calificado. pero es incapaz de mover un pie en una pista de baile y pelando una papa podría llegar a hacerse un corte del tamaño de la falla de san andrés. bueno, con esa manualidad limitada no podrá nunca destaparse como un buen acariciador, esta totalmente descartado de la lista de los diez mejores. a veces es triste pensar como dejamos a un novio sin darle una explicación muy concreta solo para no destrozarle el corazón. si nos ven en brazos del fontanero, tal vez esto despierte sospechas pero igual seguirán pensando : siempre fue una perra.