martes, mayo 16, 2006

que llueva, que pase, que salga

van cuatro días y aun no he visto la montaña. apenas puedo decir que probé el pisco souer, una bebida dulzona e interesante de apariencia a daiquiri. confío en que detrás de todo esto, haya un pedazo de la cordillera y que lo que los locales dicen que es niebla o smog sea efectivamente la razón para tanto ocultamiento. algunos prometen que, si hay lluvia, se ira un poco la contaminación y podré entender mas o menos en que sitio me encuentro. por ahora solo veo el cielo gris y el aire húmedo y espeso y trato de creer que antes de volverme a mi tierra, veré montañas y cerros verdaderos. lo único que he podido apreciar todo el tiempo son autos corriendo a toda velocidad por las avenidas, de día y de noche. como locos, todos los santiagueños parecen ir a alguna parte, en auto y rápido. por eso aparecen los accidentes de sus carros en la televisión casi todo el tiempo. tal vez tenga que ver la inminente destapada de la montaña, cuando pase la niebla, cuando salga el smog, cuando llueva. nadie aspira, como en montevideo, la llegada del sol y con el ese estado de vagancia y lagarteo. no, aquí hay cosas importantes para hacer, para ser, para vivir. aun no las encontré, pero estoy segura que existen. por ahora, no me falta nada para ser feliz. hasta me hice unos amigos en un mini mercado japonés de la esquina. son jóvenes y hay uno que apenas entiende el español pero usa un pañuelo anudado al cuello como un dandy parisino de principios del novecientos. me hablan de punta del este y a mi me da pudor pero les sonrio igual. ellos no parecen esperar que pase la niebla, que corra el smog, que llueva. ellos solo quieren que entre el cliente y en lo posible, que compre.