sábado, diciembre 09, 2006

mi primer colectivo

las que caminan tres pasos por delante, son un par de piernas cortas, veloces y musculosas. piernas a las que se les ve muy bien cada rincón trabajado en horas de aparatos. se ven levemente extrañas. porque carecen de los pelos, los debidos pelos masculinos. este pequeño ser, que lleva su almuerzo en una bolsa de plástico, se desplaza a toda velocidad por la bajada moviendo su humanidad en un short azul me hace acordar al conejo de alicia, el que iba con el reloj de bolsillo absolutamente acelerado. este tendrá unos treinta y ocho años, esta en un entretiempo del gimnasio y si lo entrevistáramos se declararía amante de la depilación integral. ¿nos gustan los hombres peludos? ¿nos gustan los hombres depilados? con esa reflexión profunda me siento a tomar el café de la mañana, con atilio, los diarios y el fondo de la conversación de algún borracho que se adelantó un poco y empezó a darle al espinillar de punta antes que el sol se ponga perpendicular. el mismo bar de todos los días, ese ambiente en sombras que tan bien me recibe cuando me instalo a perder ahí el tiempo o tal vez a ganarlo. nada resulta interesante en la prensa de la mañana, es una sensación prácticamente garantizada, como el saborcito del café medio oscurón que me sirven. pero siempre podemos detectar algún error, una falta de ortografía enorme en la primera página, una equivocación flagrante en una información de cierta relevancia. ah…parece que alguien bailó desnudo el himno nacional en un museo. uy!!! que escándalo….quemen todo ministro, esto es un insulto a la patria. llévenlo esposado al parlamento. ah…estos artistas de vanguardia, encienden las pasiones más bajas. lo peor no era que bailaran desnudos el himno, el problema fue cuando bailaron la macarena y se equivocaron de paso…y atrás estaba el pabellón patrio…que ignominia. entonces alguien irrumpe en mi lectura con un exótico planteo: ¿no quiere participar del numero de fin de año? mire que si después nos hacemos millonarios…y misteriosamente le digo que si, y allá va mi suerte, por fin materializada en un billete de lotería. ya saben, si gano, largo el blog.