jueves, febrero 16, 2006

fragmento de un comportamiento femenino

¿ y como lo supiste ? no sé, me di cuenta. ¿ pero, te dijo algo ? no. pero lo huelo. ¿ que olés ? el engaño ¿ y estas segura de tener razón ? no, muy segura no estoy. ¿ y que vas a hacer ? no sé, vengarme. ¿ con su mejor amigo ? no tiene ¿ con el hermano ? tiene ocho años ¿ y el viejo ? lo abandonó de chico. ah...pobre tipo ¿ no ? si, pobre pero me está corneando. ¿ porque no hablas ? ni loca, capaz que no pasa nada y le meto la idea en la cabeza y termina saliendo con otra tipa. ¿ entonces ? no sé, cuando piense algo te llamo de nuevo. ta. chau, beso. beso. se calzó el pantalón blanco con la tanga que le quedaba incrustada como una lapa en la roca. cómoda no estaba, pero brindaba una imagen capaz de levantar a un muerto de la tumba. se paseó por la calle bamboleando sus encantos. se dejó profanar con la mirada por toda una hilera de operarios en la hora del almuerzo. brindó su imagen a incontables artífices de las artes manuales en toda la ciudad. gastó miles de metros de papel higiénico extra en los baños masculinos. motivó todo tipo de piropos obscenos, vejaciones verbales y diferentes clases de vandalismo simbólico. dejó que se crearan nuevos epítetos dirigidos hacia su figura, casi todo un capítulo del diccionario de la real academia seria necesario para poder atesorar todo aquella caterva de neologismos. se babearon el cura, el maestro, el heladero, el fiambrero y su asistente, el cadete y el gerente. quedó una estela de olor dulzón a lo largo y a lo ancho. después entró en su casa y tomó un baño.