lunes, febrero 28, 2005

restos en la nueva atenas

el uruguayo es un ateniense, sin terminar *. si existe algo que nos da un carnet de identificación como sociedad, es la innumerable lista de obra públicas, religiosas y privadas que han quedado por muchos años sin terminar. de la era del hormigón tenemos un puente trunco sobre el arroyo garzón que une o separa maldonado de rocha, a unos kilómetros de josé ignacio. un sitio paradisíaco donde los fotógrafos de gente llevan a las modelos a retorcerse entre los pajonales en temporada estival y donde los automovilistas cruzamos en una simpática balsa. está el gigantesco masacote del palacio de justicia en pleno centro, el sodre, el palacio municipal que se usa hace casi cincuenta años pero nunca fue revestido como en el proyecto original, en cambio, recibió un mural al estilo george de la jungla. son tantos e interesantes, que daría para editar la guía “ montevideo interrupta “ con un mapa de recorrido y la historia de cada uno. es tan rica nuestra cultura de los restos, que deberíamos desarrollar una gastronomía al tono para darle más fuerza a esta manifestación cultural. algunos son magnánimos, otros patéticos y otros surrealistas de la primera hora. es el caso de las entradas para un subterráneo que nunca se construyó. dicen que la obra se vió truncada por motivos políticos, pero el efecto propagandístico fue tan potente que tenemos, en una ciudad sin trenes subterráneos, una pizzería el subte, un casa de arreglo de zapatos el subte y un centro municipal de exposiciones el subte. esta tarde visité otro edificio de montevideo cuya obra tuvo interminables interrupciones : el cabildo. ahí se celebra una exposición de manuel espínola gomez, un pintor excepcional que se murió hace dos años. la muestra rescata la obra gráfica propagandística de manolo entre la que se incluye el diseño original de logotipos como el del frente amplio, entre otros. particular interés tuvo para mi el material de los años sesenta. fotos del " carnaval pop “ del 67 y los recortes de prensa de una histórica ocupación realizada por artistas plásticos en la sala de exposiciones del subte, que duró cuatro meses, fue desalojada por la policía. este hecho intentaba alertar, en forma desesperda, sobre la necesidad de darle un espacio de dignidad al arte. imaginen hoy en día un movimiento así, encabezado por músicos o por pintores o por artistas de cualquier disciplina, tomando un espacio público y bancándose cuatro meses adentro. recomiendo fervientemente que visiten esta muestra que estará hasta el mes de abril porque es una manera de recuperar datos de nuestra historia reciente seguramente desconocida y acercarse al pensamiento de sus protagonistas. controversial como pocos, espínola se hizo cargo de la renovación de algunos salones del palacio estévez o casa presidencial. adelantado al postmodernismo pintó paredes de colorado violento o esmeralda brillante, dejando frisos dorados o módulos de madera tallados que le dan al edificio un aspecto que deslumbra y sorprende al visitante y que tiene por epílogo a un popular ex payaso de tv, el enano fermín, ahora en su carácter de portero. manuel espínola gómez, hijo de un modesto albañil de solís de mataojo, se retiró de la pintura a principios de los noventa para dedicarse en exclusivo a jugar al billar fantasía en el club del entrepiso del palacio salvo, donde no se admiten mujeres. como haría cualquier buen ateniense.
* por si no les queda claro, si quieren usar esta frase deberán citarme

domingo, febrero 27, 2005

certeza en el oasis

mientras te enjabonaba la espalda, me di cuenta que no te amaba. ya no tenia ganas de refregar mi pecho a tus omóplatos, como en otros tiempos y bajar y subir contra la línea de tu columna resbalosa. tampoco me daban ganas de abrazarte, como antes y cruzar mis piernas alrededor de tu tórax peludo y negro. entonces, repetí el ritual de la misma forma que siempre, para que no sospecharas nada. pero se me hizo largo y nada placentero. desee que entrara alguno de nuestros sirvientes con el teléfono y una llamada para ti, servida en bandeja o que alguno de tus hijos se asomara para darte un beso. pero nada nos interrumpió esa tarde. cuando el baño terminó y me calcé las sandalias, sentí una voz que gritaba “ corre “ pero me quedé quieta, en el almohadón de siempre, entre tus otras esposas, como si nada hubiera pasado.

sábado, febrero 26, 2005

algo injusto

a esta altura tengo la sensación que este es un año de mierda. todo el tiempo se muere gente y hoy le tocó a pappo. ustedes dirán que es mejor así, de muerte repentina, violenta y hasta glamorosa porque iba en una de sus amadas motos pero che, igual se murió. lo que más me molesta es que la última vez que lo escuché tocando en vivo eran las seis de la mañana, se asomaba el sol y él estaba despotricando contra un público de idiotas en la fiesta final. pasé por ahí y lo ví con riff, todos tipos grandes, convencidos de su música, bancando un grupete de boludos pasados de rosca. quizás era coherente, suficientemente rockero pero no, para mi fue una injusticia.

alfombras rojas y manicuras

se me rompió una uña. margarita la mira y me dice con aire de neurocirujano que tiene la peor noticia: es desde la raíz. ¿ hace cuanto que circulo por la vida con esa pequeña rasgadura ? varios meses. al principio le puse una curita, ahora me entero que eso fue peor. después me la vendé con cinta de papel, después simplemente la pinté como a las otras, de un rojo fuerte, a veces negro, a veces azul diamantado. en la mesa de la manicura de la calle rivera, el interrogatorio continúa con la seriedad y la gravedad del caso. que cómo fue. es raro, pero siento que me tratan como a una víctima de violencia doméstica en una comisaría. quiero que curen la uña, no que pregunten. así que dejo que el torno mágico trabaje y pula mientras empiezo a recuperar el momento en que tuve el accidente. había quedado sola en el despacho de valijas de un vuelo interno y apareció una suerte de adonis con un teléfono celular. también apareció mi valija italiana de tela, objeto raro en esa plaza tan plastificada. hice un intento por atraparla en la cinta, me enganché en el tejido y se me rompió la uña. lancé un gritito de dolor y retiré la mano de la valija. el adonis se hizo cargo y la bajó. nos sonreímos y le agradecí. tuve ganas de decirle que su celular lucía fantástico, pero me pareció un elogio muy impersonal. él era fantástico. salí del vestíbulo a la parada de taxi y como siempre, hice tiempo hasta que llegara un taxi verde cotorra. creo que me traen suerte. ojalá que yo a él también. hace un tiempo empecé a verlo en las revistas y en los afiches del cine. quizás el domingo le den un oscar por mejor actor, se lo merece además por bien educado.

viernes, febrero 25, 2005

réquiem por el alma de la polla laura

para aquella familia, cenar una mascota en navidad era lo más natural del mundo. el pequeño y variopinto zoológico en el fondo de la casa, se podía convertir, rápidamente, en granja de engorde y centro de faena clandestina de fauna protegida. el adorable conejito pompón, regalado en reyes a las niñas y manoseado hasta el cansancio, podía encontrarse un año después, en versión adulta, sumergido en la cacerola en compañía de papas y perejil. la elegante pareja de faisanes, pico y paca, que había engalanado con su presencia la colección, podía perfectamente ser rellenada con trufas y transportada en una vulgar asadera. aquella mulita, que inclusive había estado en dos clases de la escuela, para que los niños citadinos aprendieran a respetar nuestra fauna autóctona, se convertía en un manjar para regar con vino en una reunión de amigos. federico, el diminuto ganso que acompañaba cual perro faldero a la menor a hacer los mandados al almacén y era la atracción de la cuadra tuvo la mala idea de enfermarse del granito y fue el único capaz de dejar la faz de la tierra sin lucir en el cuero, condimento alguno. el inolvidable carpincho pancho, que bailaba el pericón con el tío bernardo, que lo había criado desde chiquito en el campo y había animado por años las fiestas familiares, fue motivo de un pantagruélico asado con más invitados que lo habitual. nunca me olvidaré cuando llegamos al ultimo día de clase en sexto año y la abuela de mi amiga la gorda apareció con aquel regalo maravilloso para cada uno de sus nietos. pollos de colores, teñidos de furioso verde ó violeta. yo entendía que en mi casa nadie me regalaría un pollo gracias a un prejuicio sustentado en la mala opinión de mis padres sobre el desempeño intelectual de los plumíferos de gallinero. pero pese a ese razonamiento y justificación, cuando vi los tesoros que mis vecinas acarreaban de arriba a abajo, sentí que mi vida podría ser mucho mejor con un pollo verde. cuando los días pasaron empezamos a enterarnos como iban muriendo los pollos de los primos, los violetas perecieron primero hasta que la parca se llevó también a los ejemplares verdes dejando, después de unos meses a un solo ejemplar : la polla laura. fue pasando el tiempo y laura mantuvo su chapa de superviviente a la barbarie fashion que había diezmado a los demás miembros de su familia. ella era un símbolo – al menos para mí – de la resistencia femenina al caprichoso dictado de la moda. como polla joven, laura era blanca. ni rastro de su pasado verde y escandaloso. si bien había animales nuevos en el fondo, laura aún era llamada por su nombre y compartía jaula con algunas otras especies pacíficas que habían llegado a la casa recientemente. confieso que, a la luz de su pasado doloroso, tenia la esperanza que laura pudiera convertirse algún día en adulta y así llegar a vieja después de una larga y productiva vida, caminado oronda, al trote, por el pedregullo rojo. pero a ella le cabían las generales de la ley y si bien sobrevivió a la navidad y al año nuevo, sin casi enterarse de la gravedad de estas fechas hubo un cumpleaños en julio que se la llevó definitivamente. mi amiga me dijo que ese día ella no comió, pero yo, no le creí.

jueves, febrero 24, 2005

desde la piletita

agradecí al cielo por todas aquellas tediosas tardes de vacaciones en el garaje del padre de alejandro rodeada de ejemplares de mecánica popular. hice una bendición genérica por todos los novios motorizados que tuve alguna vez; el rubiecito que me enseñó a andar en su yamaha 50; el que me prestó la java 300, el que me incitó a manejarle la mehari en verano y el que me asoció en la compra de su primer vw cuando entrábamos al liceo. recordé cada vez que mi madre me dejó espiar las fauces de su motor y cada vez que alguien me prestó alguna de las herramientas de su taller. no existe nada peor que quedarse varada en un camino polvoriento, no muy cercano a la ruta 12, absolutamente perdida y con el sol del mediodía clavado en el lomo, como una avispa. conseguí un tacho agua en un ranchito desmayado junto al camino y cuando el motor se enfrió logré volver a arrancar. lo que me hizo más feliz, al entrar en el parador, no fue la chance de comer o tomarme una cerveza helada en la barra, sino la posibilidad de lavarme, al fin, las manos. una vez adentro me vinieron ganas de bañarme y como no había ducha, me fui sacando de a poco la ropa y con unos jaboncitos roger & gallet que tenia en el bolso empecé a despegarme las horas de polvo y sudor. una vez que los pies quedaron perfectos, rosados y frescos seguí mi cruzada higiénica. con el afán perfeccionista que a veces ataca a las mujeres, apoyé una pierna sobre el pequeño lavabo y de paso me depilé con una afeita bic. después me puse un hidratante y una cremita estée lauder. me saqué la camiseta, el corpiño y me lavé alegremente bajo el chorro de agua fría. estaba enjuagándome, prácticamente en bolas, cuando se abrió la puerta y se asomó el camionero más grande que he visto en mi vida. levanté la cabeza y pude divisarlo entre el montón de pelo mojado que me caía sobre la cara. no sé para cual fue mejor la sorpresa, solamente nos intercambiamos una sonrisa y desapareció.

miércoles, febrero 23, 2005

rompí con alejo

¿ les conté que alejo es inventor ? él dice que está de vacaciones desde que empezamos a salir, hace más de un mes. a esta altura, sospecho que es un desocupado. el fin de semana acompañé a un grupo a una excursión por el salto del penitente y villa serrana. me agotaron porque, si bien eran jubilados, querían cantar todo el tiempo y armar relajo en el ómnibus. durante el almuerzo campestre se tomaron todo el vino y dos se agarraron a las piñas. cuando abrí la puerta el domingo, todo parecía igual en mi casa. pero no, alejo había estado trabajando. había chequeado las ruedas de mis muebles, había puesto la chata de la heladera en el lavarropas y había traído una plataforma de su invención, con un sistema de gato, para que mis refrescos pudieran estar más arriba del ombligo. mientra dormía, el lunes, estuvo marcando las paredes para colocar tacos fisher por todas partes y apenas abrí un ojo, el prendió él taladro con silenciador y empezó a hacer agujeros. mientras yo intentaba hacerme un café con leche, alejo colocaba unos rieles de aluminio blanco a lo largo de las paredes y el techo. cuando salí de darme un baño mis muebles se movían por su cuenta. la biblioteca se adelanta treinta centímetros de la pared, la heladera se sube casi diez centímetros, el lavarropas, que ahora usa frenos, puede hacer un baile de más de dos metros y estacionarse otra vez en su rincón. aún faltan unos motorcitos del sistema – aclaró alejo – los traigo esta tarde, cuando todo esté listo podrás apretar un botón del control remoto y los aparatos que quieras correr, no importa donde estén, se moverán solos. me pregunté para qué quiero eso, pero no se lo dije. temía que alejo me dijera algo cruel como : para limpiar . cuando se iba, le pedí que se llevara todas sus herramientas. me quedé barriendo la viruta y los trozos que se habían desprendido de mis paredes. sola y desconcertada, fumaba en el medio del living y tratando de digerir lo que había sucedido. le había dado las llaves para que se pudiera ir sin molestarme en las mañanas y había modificado mis electrodomésticos, en una no requerida prueba de amor robotizado.

martes, febrero 22, 2005

un blister para tia amparo

la tía amparo es una prima segunda de mi padre. tiene una edad incierta en la banda de más de cuarenta o quizás más de cincuenta. es soltera, vive sola y su vida privada es un misterio para el resto de los miembros de mi familia. si bien tiene una coqueta casita en la blanqueda, prefiere alquilarla y ocupar un departamento del centro porque, según ella “ hay más servicios “. más allá de estos detalles, tía amparo es evidentemente, una mujer feliz. da cuenta de ello la sonrisa permanente, la disposición a acompañar cualquier empresa con entusiasmo , su arreglo personal y su alto grado de independencia. generalmente los fines de semana va con sus tres amigas a los bailes de casa de galicia. a veces trae cuentos sobre hombres que la persiguen después de bailar pero siempre los borra con estilo. para tía amparo la noche no es el lugar para empezar “ una relación “. ella prefiere salir del baile a tomar un café con sus amigas, no quiere escenas patéticas con setentones de saco marinero tratando de besarla en la puerta del edificio a la vista del portero de noche. además de administrar su pequeño negocio, tía amparo disfruta al estrenar un nuevo peinado de los que le inventa américo giorgio, su estilista de la calle tacuarembó. también le gusta a veces cambiar de esmalte de uñas, comprarse unas lindas sandalias o tomar una copita de vermouth antes de entrar al baile. nadie ha escuchado a tía amparo hablar de casarse, tener hijos, tener novio o algo similar. está claro que tampoco le dá bola a los galanes que se le arriman en los bailes del lido, aun cuando se toma tres copas de sidra rosada “ frank sinatra “ . sus amigas, las mismas desde el tiempo de la escuela, no son un buen antecedente de la felicidad marital. las tres están divorciadas. una, solo había aguantado una semana en casa con bebe y su madre, una vieja desdentada y demandante que escuchaba todo el día el bolero de ravel mientras intentaba pintarse un ojo como maia plisetskaia. mercedes encontró a beto, su marido, con ramón en el lecho marital. así había perdido al esposo y también al veterano instalador que había puesto líneas de fibra óptica en las paredes de su casa. augusto simplemente se había deprimido y susana, después de aguantar que no se bañara por dos años había armado las valijas. ahora él estaba fantástico viviendo con una novia de diecisiete que trabaja de moza. en la heladera de tía amparo siempre hay refrescos, vino blanco y dos botellas de champagne. si bien no es habitual verla tomando, tiene una cantidad de bellas copas en pares colgaditas sobre el pasa platos de tu departamento. el baño y el dormitorio de tía amparo son dignos de un hotel alojamiento de los años setenta. una mezcla de estilo disco con escenografía glamorosa y unos toques naive. el elemento más llamativo es el espejo en el techo, después está la cama redonda y las luces con dimmer en tonalidades rosa. estoy segura que en el ropero, fiel a su estilo y feminidad, ella tiene unas lindas piezas de lencería, quizás con reborde de plumas y tul en algunos casos. es una deducción que parte del par de vertiginosos suecos al mejor estilo carmen miranda, con pompón rosa de pluma, que una vez encontré en su baño. sobre el supuesto compañero sentimental de tía amparo, en mi familia, se manejan dos bibliotecas. la versión más liberal es la de mi padre. él sostiene que ella es la amante de un empresario de camiones que tiene una doble vida. la línea de los otros primos afirma que tía amparo definitivamente es virgen y nunca le había visto la cara a dios. ambos se equivocan. un día tuve la oportunidad de descubrir el secreto de la tía amparo. pasé a visitarla y repentinamente me bajó la presión. me dio un té, me sentí mejor pero me dolía la cabeza. fiel a su costumbre, tía amparo no tenia aspirinas así que tuvo que llamar a la farmacia para que le trajeran. cuando sonaron los tres timbrazos me pareció algo normal, pero cuando escuche a tía amparo cuchicheando con el cadete en la puerta pude empezar a sacar conclusiones. me arrastré por el living y dije “ gracias ...que divina “ y ahí tuve una buena perspectiva y pude ver los músculos marcados de los brazos del chico repartidor debajo de la túnica celeste. un morocho de ojos grandes, de unos diecinueve años. se despidieron con sonrisas cómplices, con un beso en la mejilla, mientras él le prometía alcanzarle un relajante muscular a las ocho. por fin entendí porque la tía amparo nunca tenía aspirinas en casa.

lunes, febrero 21, 2005

a incendiar la escuela !

había odiado la escuela desde el primer día hasta el último. nunca se había sentido cómoda dentro de aquella comunidad con maestras enormes e hipócritas que masticaban galletas marinas todo el tiempo. odiaba cada detalle de sus docentes, la risa, el perfume barato, la túnica con los bolsillos cargados de comida, las bocas pintadas de rojo, los zapatos desvencijados por el peso del cuerpo. estaba convencida que todo lo que se enseñaba allí era mentira. parte de una conspiración universal a favor de la ignorancia. también estaba segura que el sistema escolar, tras su discurso democrático, fomentaba las más grandes injusticias. como la que le había dado el papel de la bruja en la obra de blanca nieves en jardinera. había tantas niñas... ¿ porque ella tenía que actuar en ese asqueroso papel de envenenar a la buena de la historia, que además, era su mejor amiga ? también había sido injusto que la expulsaran del salón de música, el primer día de escuela en primer año, por un crimen que no cometió. tampoco en segundo y tercero las cosas habían mejorado. durante esos dos años se había visto obligada a compartir banco con un compañero que tenía un sempiterno moco verde pendiendo de la nariz. había aprovechado cada sarampión, varicela o rubeola para estar en su casa, feliz, lejos de aquel martirio. ya en cuarto año y viendo que las cosas no mejorarían se había asociado con los marginales de la escuela, que siempre los hay, solamente para desafiar al orden establecido. en aquel entonces compartía el elástico en los recreos con el niño más grande y peligroso de la escuela, el cua-cuá. una suerte de tarzán negro que se asomaba a los salones desde el marco de las ventanas más altas y saltaba al interior aullando su característico grito “ cua-cuá “. él se las ingeniaba para destrozar cualquier instante de disciplina, sólo con su grito. después ella siguió con su carrera de sparring en las peleas de su amiga la gorda, siempre acompañándola a la puerta del cine y cargando su cartera con los diccionarios, arma que utilizaba cuando había llegado el momento de humillar al contrincante. dedicarse a luchar con los varones no te ponía en lo más alto de la escala del ranking escolar. tampoco pasar los recreos parada, abajo de la palmera del patio chico, por no haber hecho los deberes, durante todo un año. a veces las contrariedades que vivimos en la niñez nos dan la oportunidad de templar el carácter y también algunas sorpresas. como la que recibió una semana antes de terminar las clases, el último año. le iban a hacer un homenaje, en el salón de actos, con sus compañeros y las maestras. desconcertada, tuvo que subir al estrado y recibir el regalo que le habían destinado entre discursos de las maestras y aplausos de los demás niños. durante tres años había ganado el concurso de dibujo escolar y gracias a eso se habían pintado los salones de la vieja escuela. debió imaginarlo, las maestras no la apreciaban por sus dotes artísticas, todo fue por el vil dinero.

domingo, febrero 20, 2005

para cuando me muera

acostada en aquella camita, a oscuras, percibía la sombra de cientos de peluches, ositos, muñequitos a cuerda. nunca había tenido un dormitorio así. de niña, su cuarto estaba decorado por la copia de un sobrio dibujo de rembrandt . sus juguetes estaban guardados en el arcón de la cocina. en el correr del tiempo el arcón había sido sistemáticamente profanado por una prima irritante y un poco más chica que se llevaba siempre algún juguete en un gesto abusivo e impune al día de hoy. esa niña era considerada una desgraciada en el seno de la familia. había llegado a caminar en cuatro patas por la orilla del mar durante varias cuadras siguiendo a su padre para que este le regalara el perro que le había prometido hacía tres años. un sádico el tipo. el detalle era que la prima desquiciada ya tenía doce años, la apariencia de quince y rellenaba un bikini. pero más allá de la prima, nuestra heroína nunca había sido muy adepta a los muñecos, su universo lúdico se centraba en los negocios, sobre en una empresa de pompas fúnebres cuyos servicios serían capaces de palidecer a los de los propios abbate. si bien nunca la habían dejado ir a un velorio, ella tenía una larga carrera de duelos vistos en el cine y era capaz de crear rituales especiales inéditos ya que a sus funerales asistían solo las hormigas. y como ellas hablan en otro idioma nosotros no sabemos muy bien que dicen. había determinado que el patio trasero, donde el padre había plantado un jazmín del país, una glicina y unos penachos de lavanda, era el lugar perfecto para el camposanto. algunas tardes, después de dar un servicio, se quedaba pensando, a la sombra, en otros posibles duelos que vendrían. la muerte de su gato, la posible muerte de su abuela, de sus padres, de su hermana. entonces se adelantaba y lloraba sola por algunos minutos, preparándose para esas despedidas inevitables, donde siempre había alguna lágrima dedicada a su propia desaparición física. había visto que los entierros de las celebridades incluían el traslado del féretro en cureña y así se veía, con seis percherones blancos tirando de este carro, hecho para trasladar cañones en tiempos de guerra, ahora cargando sus restos. en la misma posición que estaba ahora, intentando dormir en un espacio reducido, rodeada por la mirada admirativa de cientos de peluches desconocidos.

sábado, febrero 19, 2005

garganta profunda

la ultima vez que vi a linda lovelace ella entraba en el bungalow de un anciano enfundada en un traje de enfermera con minifalda. a esa altura ya se había convertido en un símbolo de la fellatio profesional en el mundo. el nombre de su película insignia tenía, además de las connotaciones explícitas del sexo oral, las de la política, la corrupción y los medios masivos. todo por una buena mamada. al pueblo llegó con diez años de atraso, más o menos. la censura y el aislamiento propio del interior del país presentaban como estrenos escandalosos materiales que en el resto del mundo formaban parte del museo del cine. y no siempre por su calidad. lo mismo pasó con el último tango en parís, solo que esta tenía un buen actor y un poco más de argumento. de todos modos, mis amigas y yo nos sentíamos listas para ver, con la mayoría de edad, nuestra primer película porno. saludamos al gerente, el mismo que nos había vendido el pop cuando éramos niñitas y veníamos a ver las películas de disney, también le cabeceamos a la boletera, al acomodador y nos metimos en la sala, seguras de estar suscribiendo un especie de tratado de liberación de la mujer, una consigna contra la censura o vaya a saber que cosa. ver garganta profunda en aquellos tiempos y circunstancias era más que nada, una obligación para las mentes abiertas que consumíamos los mitos sin cuestionarlos demasiado. la copia estaba bastante maltratada, quizás la habían estrenado el año anterior en la capital y ya formaba parte de esas tiras de celuloide que superaron la barrera de las trescientas pasadas. de todos modos la fotografía era luminosa, lo raro fue saber que el mismo que se hizo cargo de las luces fue el doctor que co protagonizaba e intentaba curar el mal de la estrella. la película tenía una narración trepidante y la banda sonora, combinada con la actuación naive de linda daban un resultado absolutamente descacharrante que generó en mí no solo risas sino risotadas fuertes que no pude contener. a los quince minutos fuimos expulsadas de la sala por hacer ruidos molestos. nunca más entré a ese cine, ahora es el gimnasio de un colegio de monjas y también fue iglesia pentecostal. el gerente se jubiló hace años, a veces se cruza con mi padre en la feria y le pregunta por mi.

viernes, febrero 18, 2005

una de lavanderas

hizo una pausa mientras lavaban la ropa en el arroyo jabonería y ahí mismo lo parió. era un machito. le anudaron el ombligo luego de separarle el cordón con el cuchillo para cortar el jabón . ahí quedó envuelto en sábanas limpitas, mientras ellas regresaban a la tarea. entonces cayó la tarde y empezó berrear para que le dieran la teta.

miércoles, febrero 16, 2005

todo todo mal

había empezado el verano y como hacen las chicas de balneario todos los años, había dejado con mi novio de invierno. tal vez por eso me animé a ir hasta la casita en el medio bosque a escuchar un ensayo de la banda. puedo decir que sonaban fuerte y apestosamente mal pero les pedí que tocaran todo el repertorio. no se parecían en nada a hendrix que era uno de mis referentes favoritos. pude darme una idea de cuales serian las canciones salvables y cuales eran realmente inaguantables para el posible público. así que hice una lista de ocho temas y les sugerí que dejaran los otros veinte para el segundo disco. habia llegado ahí precedida por la fama que me había dado la organización de las más exitosas fiestas estudiantiles del año anterior y a pesar de no ir al mismo liceo, mi nombe había corrido como una garantía de calidad y eficiencia. cuando me iba en la bicicleta le confirmé al líder de la banda que si, que podría ser su manager. el se sonrió como si estuviera hablando con un profesional y no con una chica de dieciséis que intentaba aparentar los dieciocho. algunas canciones me avergonzaban más que otras, pero intenté, después de un mes metida en los ensayos, que mejoraran al punto de poder ser interpretadas sin que toda la platea se escapara. entonces salió un toque en un cine a treinta kilómetros de alli . había unas doscientas personas y fuimos en el micro de línea. en ese momento yo ignoraba que el estilo de mi banda, la que yo representaba con tanto orgullo, era absolutamente punk. todo todo mal, todo todo mal era uno de los estribillos mas pegadizos de aquel grupo heterogéneo hasta a la hora de vestirse. a mi me gustaba el batero, mucho. creo que tenia catorce pero yo sabía que no debería confundir negocios con placer y menos mezclarme con el escalón más bajo de la escala de una banda de rock. el trabajo era arduo y se notaban las mejoras así que viajamos a la capital a grabar un demo. el estudio era de esos alfombrados, tenia un piano blanco de cola, totalmente pretencioso y un morenito en las teclas con anteojos y pelos largos que cantaba “ imagine “, tratando de impresionarnos. el que grababa se llamaba blanquito si mi memoria no falla. hicimos dos canciones y volvimos al pueblo con el tesoro. yo planeaba una reunión con el dueño de una super productora argentina, un mito del negocio que había cargado parlantes para recitales de pescado rabioso y ahora representaba todo lo mas de lo mas en el negocio rockero. tenia claro que el país le quedaba chico al talento de mi banda. entonces al líder se le ocurrió tocar el timbre de mi casa e instalarse en el living de mis padres para encararme directamente con fines amatorios. acompañado del batero, claro, porque en el mundo del rock todo se hace dentro del grupo. rechazarlo frontalmente, con el tipo que me gustaba adelante, fue la situación mas incomoda de mi vida. la mas patética. la más loca si la veo el día de hoy. ahí se truncó, prematuramente, mi carrera de manager de rock.

martes, febrero 15, 2005

contra la iniciativa privada

todos los domingos un africano acosa mi fax con el antiguo “cuento del tío “, la herencia que va a cobrar y todo eso. así como hace un tiempo estaban los mails para ganarse un millón de dólares en holanda, ahora el estafador africano esta practicando con el fax. ¿ quien financia a los estafadores cuentapropistas ? este domingo, decidí resistir. me senté junto al teléfono a esperarlo. estuve toda la mañana agazapada hasta que sonó el esperado ring. antes que saliera la señal automática del fax levanté el tubo y pregunté - ¿ quién habla , quién esta ahi ? - después de una pausa escuché su voz gutural - fox, fox.... - a lo que pude reaccionar - no fax, no me gastes más el cartucho del fax ¿ oíste mogambo ? no quiero mas tus fax , no fax no fax no fax !!!! - y le corté.

lunes, febrero 14, 2005

vocación

la domadora de leones seguía pariendo hijos. cada primavera abría su vientre y expulsaba el prospecto de nuevo artista a las arenas del circo. los mellizos habían resultado buenos con los animales, valentín tenía un encanto especial para ayudar al mago pero constanza...ella no había nacido para aquella vida. su único afán era mirarse al espejo y peinarse. incapaz siquiera de bañarse como es debido, transitaba su adolescencia con una costra de mugre en el pescuezo. movía las caderas, de las que caían dos largas patas flacas, con la provocación de una experta en las lides amatorias. gracias a su actitud indolente y desvergonzada, los muchachos la tenían en el primer puesto en sus conversaciones y sus pajas. ella parecía estar en otra parte del mundo, un sitio al que no habían podido acceder los demás. transitaba su breve tiempo inconsciente de lo que causaba a los del sexo opuesto. si bien la madre no parecía preocuparse mucho por su falta de horizontes, algunas tardes, mientras compartía el carromato con la mujer barbuda y se bajaban unos vasitos de anís helado, soñaba con una carrera rutilante, en el mundo del modelaje, para la nena. la abuela era más pesimista, mientras cosía los interminables remiendos en la lona de la carpa, advertía sobre los peligros de que su nieta fuera preñada en cualquier oportunidad. cuando cumplió los trece, se contagió de una fuerte fiebre religiosa que la llevó a asistir a cada misa, confirmación, comunión, homilía, procesión, exorcismo, extremaunción y boda hasta que definitivamente se metió a monja del verbo encarnado y casi nada más se supo de ella.

al fin solo

había llamado a un servicio de acompañantes y había contratado a una puta. ahí estaba ella, linda, joven, italiana y envuelta en un saco de piel bajándose de un auto en la puerta de su casa suburbana. desde que su lujuria había vencido por knock out a su proverbial avaricia y había tomado su tarjeta de crédito para pedir el servicio a domicilio, se había pasado limpiando la casa. el hogar que compartía con un sicótico que al fin se había ido, por unos días, a otra parte. café recién hecho, cerveza en la heladera, sábanas limpias y toallas nuevas. se bañó, se afeitó y se vistió como si tuviera una cena con sus futuros suegros. había imaginado posibles diálogos para cuando prendiera el cigarrillo después de corjérsela. ella era sensacional, pero él no pudo perpetuar su plan. su amigo de todas las horas no quiso salir de su letargo y ahí se quedó deprimido, maldecido y reducido. sólo pudo decir un par de veces “ sorry “.ella pasó al baño y salió calma y arreglada, con el pelo cepillado, rumbo al auto donde el chofer la esperaba para llevarla, tal vez, a la casa de otro cliente. disimuló la lípori como pudo pero cometió un error. se olvidó la agenda en el comedor. para él esta fue la chance de reivindicarse así que llamó presto al servicio y reportó el hallazgo. mientras la esperaba sintió que se había enamorado de esa mujer y esa era la razón por lo que había pasado lo que había pasado. ensayó varias veces como sería esta segunda oportunidad desde la perspectiva del salvador. a las tres horas ella volvió a golpear la puerta de su casita en jersey. él la hizo entrar y después de entregarle la agenda donde contabilizaba a todos los tipos con los que se había revolcado cada día de cada mes del año, intentó invitarla a salir. “ fuera del trabajo “ – aclaró. ella frustró cualquier esperanza sólo con un gesto, puso un billete de veinte en la mesita, junto a los preservativos holden y partió.

sábado, febrero 12, 2005

carácter jodido

desde que sopló la sudestada las cosas no andaban bien en el circo. todos tenían claro que en el carromato de los enanos se estaba gestando una tragedia. pero nadie hizo nada, los límites de la convivencia son así, mejor no te metas. una tarde el traga-fuegos estaba ensayando un número nuevo cuando la enana bata dejó oír sus sollozos desde un rinconcito entre la alfalfa de los caballos. él le ofreció un pañuelito que improvisó con el trapo que usaba de muñequera y se quedó, en silencio, hasta que ella pudo volver a sonreír. esa noche el enano gualdo perdió en el pócker y se emborrachó. estuvo gritando hasta altas horas fuera del carromato hasta que el marido de la ecuyere, que era un tipo inmenso con las manos como acordeones, lo agarró del lomo y se lo llevó para la pista. lo acostó ahí entre unos trapos y se quedó toda la noche cuidándole la mona. los celos no dejaban vivir a gualdo, lo acosaban todo el tiempo. apenas tuvo oportunidad se intoxicó con el instrumento de trabajo del traga-fuegos : diez litros de kerosén se tomó.

viernes, febrero 11, 2005

la princesa corsetera

su alteza serenísima era sorda. me di cuenta de ello sentada en su sala, que estaba decorada con tapices de gobelino bordados en petit point con piedras preciosas e hilos de oro, todos representando escenas de caza. no eran motivos enormes simplemente decorativos. todos los personajes que aparecían destacados en los dibujos eran antepasados suyos. un duque, un gran duque y un príncipe. hasta los perros eran perros que tenían nombre y aparecían retratados con sus dueños en otras obras de arte en poder de la familia. después de siglos de mezclarse dentro de un mismo círculo la sangre empezaba a traicionar un poco los caracteres de los descendientes. entonces se transmitían problemas como la sordera y otros males aunque los miembros más recientes se cruzaran con plebeyos. más allá del título y el escudo familiar, más allá del castillo a treinta minutos de viena su alteza era una simple estudiante del politécnico en la carrera de corte y confección. nuestra entrevista transcurrió entre elásticos y culotes diseñados por la anfitriona que eran cosidos con gran dedicación y buen gusto. camisones, sostenes, fajas, enterizos de encaje y bombachas maravillosas salían de las manos laboriosas de esta mujer que hablaba seis idiomas, cantaba con el laúd y había tenido ama de leche y paje durante toda su infancia.

perdiendo el rumbo

ya no se puede creer en nada en estos días, ahora descubrieron que las máquinas de guerra que diseñó leonardo eran simples intentos de hacer electrodomésticos, aparatos bate-huevos para banquetes y otras trivialidades.

jueves, febrero 10, 2005

martha

aparecí con una botella de dom perignon. era lo mínimo que podía llevarle a la anfitriona. ella acababa de recorrer treinta cuadras subida a tacos de veinte centímetros, con una inmensa corona de plumas en el culo y en tanga. a los 79 años le quedaban pilas para recibir a un heterogéneo grupo de amigos en su casa de la calle curuguati. cuando le di la botella, supo apreciarla y como cualquier abuela habría hecho, la guardó cuidadosamente en el bargueño. en ocasiones como esta, ella tomaba un jugo, el alcohol era para los invitados si bien se las ingeniaba para amenizar con la chispa de alguien que va por su cuarta copa. nos contó que después que terminó el desfile, luego de dar varias entrevistas a la televisión, recibir todo tipo de saludos, besos y bombitas de agua de los niños, se había subido a un ómnibus de línea con una amiga, las dos de zapato dorado pero solo ella en tanga. así había vuelto a su casa la reina indiscutida del tambor de todos los tiempos. después de preparar la mesa, se había calzado la peluca que le daba ese aire de glamour de los cuarentas que curtía con tanta naturalidad. del vestido bata salían sus inolvidables piernas las que nadie se habría atrevido a asegurar por un millón de dólares, pero bien que lo valdrían. entre sus preceptos básicos estaba la militancia por dios y los tacos altos. ambos amigos eran inseparables en ella, imposibles de eludir en cualquier conversación más o menos profunda sobre la vida o el espíritu femenino. entre los invitados había un selecto grupo de fans entre los que estaban su doctor, su escribana , un contador, dos fotógrafos y yo. ella por supuesto acaparaba toda nuestra atención haciendo todo tipo de cuentos divertidos, describiendo con detalle personajes coloridos y citando frases desopilantes que formaban parte de su repertorio filosófico de la calle. los temas eran los clásicos, relaciones hombre y mujer, sexo y aventuras en la vida. en el medio de un cuento gracioso se envalentonó y con una velocidad sorprendente sacó del suotien una teta y la mostró desafiante, a los invitados. no era la teta flácida de una octogenaria, era una teta perfecta, redonda, pequeña y marrón, como la de una chica de 13. en medio de sus propias risotadas tuvo una salida elegante lo que evitó que el resto de las presentes tuviéramos que seguir, con armas menos afiladas, su ejemplo.

miércoles, febrero 09, 2005

tuning me

hubiera querido que me trataras como a tu chevette 79 celeste, el que tiene la línea con el cuadrillé blanco y negro en los laterales que le da ese estilo tan deportivo. ese mismo que lavas primorosamente aunque no haya salido del garaje. el que pules ante el mas mínimo pretexto con el esmeril importado que te regalaron tus padres el día de tu cumpleaños. el que justificó que nuestra luna de miel fuera en el chuy, buscándole alfombras de goma con aluminio. el que tiene la palanca de cambios de resina transparente iluminado con leds, la que cambiamos por los electrodomésticos que nos regalaron en la boda. el mismo que se llevó mi alianza de casamiento porque había que pagar el bocheo después de un pequeño accidente en una picada contra beto, tu amigo, el del fiat 600. te hablo de aquel auto por el que no viajamos a florianópolis el año pasado, en nuestras vacaciones, porque había que pagar las cuotas de las nuevas cubiertas patonas. ese que tiene los farolitos halógenos que tu tía enriqueta te mandó de estados unidos, en ocasión del nacimiento de chevy, nuestro primer hijo. al que no hemos podido mandar al psicólogo como nos lo indicó la maestra porque se pasaba todo el día en la escuela haciendo el ruido de un motor moderando. eso fue porque estábamos aun pagando el arreglo de la junta homocinética. por si no te acuerdas, es el que dejamos sin regalo de reyes magos el pasado seis de enero ya que hubo que ir al chapista a recuperar el color original de la puerta del conductor. tal vez se te pasó porque le estabas instalando unos espejos m3 y yo te lo dije rápido pero ya era hora de dejar de vivir en el fondo de la casa de tus padres. cuando estábamos por hacer la reserva del terrenito para nuestra casa, le pusiste la careta del bmw y otra vez el dinero se esfumó. yo te dije que no combinaba, pero no me escuchaste. más adelante tuvimos la discusión porque querías ponerle nuevos vidrios polarizados y yo decía que hacía solo tres meses le habías puesto los otros. ahí empecé a trabajar en la peluquería de esther y vos solo tenías ojos para ver los alerones deportivos que le acababas de instalar. empecé lavando cabezas y como tengo las manos suaves me empezaron a dar buenas propinas que fui guardando en la caja del nuevo caño de escape. un día el dinero no estaba y me confesaste que te habías comprado con el unas pastillas de freno sensacionales. ahí no aguanté más y te dije todo lo que pensaba sobre nosotros, pero vos solo me hablaste de un catalizador que te resultaría indispensable. cuando me fui de casa y te dejé vos estabas entretenido cambiándole el juego de spliters con tu viejo, que siempre esta para ayudarte en los momentos importantes. me dijeron que estabas poniéndole la doble toma de aire en el capot cuando tu madre entró al taller y te avisó que yo estaba reconsiderando mi regreso. una tarde te llevé al nene y juntos le pusieron los sapitos lanza-agua con luz. quedé conmovida por la escena familiar y decidí volver. nos reconciliamos y te regalé, con mi primer sueldo, una semióptica nueva. ahora ya pasaron unos meses y estas bañándote después de pasar todo el día revolcándote mientras le instalabas una luz de neón violeta y verde bajo el chasis. y yo estoy aquí fumando en la puerta del garaje y se me cayó un fósforo justo en un charquito de combustible y miro tranquilamente como todo arde.

martes, febrero 08, 2005

ojo de plástico azul

voy en su mercedes blanco rumbo al cerro. sus dos inconmensurables tetas sobre el volante no son suficientes para que olvide, ni por un segundo, que voy con un hombre. el sutil chasquido de sus múltiples cadenitas de oro, la forma de apretar el embrague, los rebajes previos a cada curva, transpiran una masculinidad imposible de camuflar con simple maquillaje. manejando, es esa mezcla de corredor de pista con camionero joven. de mina, nada, ni una duda a la hora de dominar la máquina. usa el pelo negro y largo batido con el popular " amasado " de finales de los ochenta, tras el que se descubre una nariz fina y puntiaguda que, por encima lleva dos ojos turquesa descartables, por debajo un mentón definido de esos que hay que afeitar con navaja cada mañana. soy un ratón hipnotizado por una bella serpiente. en el viaje repasamos hitos de su biografía. la entrevista de la cnn en la que armó una puesta en escena de su vida privada, un escenario lujoso que incluía extras haciendo de mucamos, choferes, mayordomos y limusina. hablando de su profesión el estilo es serio, respetuoso y eficiente. le gusta el dinero y sabe como ganarlo pero lo pierden las plumas, el espectáculo, el arte. me habla de su hijo, un bebé que alguien dejó con una carta en la puerta de su casa y del ejemplo que aspira darle para que se haga hombre mientras se cría, resguardado de su exótica influencia, en otro hogar. voy a asistir a un acontecimiento frecuente de su vida íntima y cotidiana pero inédito para mi, estoy curiosa y expectante. llegamos. nos espera otro amigo con tetas, pero de rasgos fuertes, carente de producción y sin uñas esculpidas. es un hombretón de pelo crespo de un marrón común, piernas chuecas y tetas mínimas hechas con silicona de ferretería. al no sentirse suficientemente agraciado se hizo profesional : es la depiladora. su vida diaria transcurre sin adorno ni make up, solamente su espátula cargada de cera tibia que no deja ni pelo ni raíz, en la quijada.

lunes, febrero 07, 2005

obituario a los ángeles

para mi los ángeles, son como eran los duendes para eduardo mateo, seres risueños con bellas carcajadas. para mi la única perfección que el ser humano debe alcanzar o al menos aspirar mientras esté vivo, es la de la risa. y tu victoria, tenes tu lugar en mi paseo de la fama desde hace muchos años. destronaste a maría callas porque, después de escucharte, el hábito torturado de la griega me sonó a impostura. has sido grandísima victoria de los ángeles, gigantesca y humilde. no hubo batea en la que no buscara tu nombre. y en cada encuentro esa belleza irreprochable y catalana de tu voz justificó la espera. ahora te veo sentada, en una entrevista grabada en vhs, en medio de una escenografía bizarra del canal 5. hablando de la música y la vida con erico stern y – no te asustes por el piropo - tenes la boca de ramona galarza, ese mismo tipo de sonrisa grandota que aprecio tanto en las mujeres. tus ojos destellan inteligencia. viniste a regalar tu canto, viniste por los amigos, por el recuerdo de otros, a este lugar, al que le das significado con tu gloriosa presencia. que honor tan grande nos diste, victoria con tu coro de ángeles risueños revoloteando alrededor. ahora que dejaste, por un rato, la faz de la tierra, son muchos los que te escribimos cartas de amor, como esta.

domingo, febrero 06, 2005

reflexión en domingo

nunca debí dejar con aquel novio que decía que donald, lou reed y caetano veloso eran cantantes descargados.

más perros azules

acompaño a un venezolano a una incursión por un barrio de mala fama. él tiene unos negocios turbios por allí y a mi me gusta pasear a pie. estamos en un distrito céntrico donde se mueven gran parte de los negocios ilegales minoristas de la ciudad. la mayor parte de los habitantes son negros o mulatos. los balcones escupen música a todo volumen y la gente del barrio se mueve con gracia por las veredas de adoquines. pasan gigantescos y espectaculares culos enfundados en ajustados pantalones violeta, rojo o marrón, los colores que abundan en el paraíso socialista de las telas. las camisetas de los lakers y los yankis son el uniforme de los niños que ensayan pases de beisball con la mano en un recoveco de la calle. nos cruzamos con un thunderbird 58 descapotado y desvencijado que lleva una novia vestida de blanco con velo, ramo y coronitas de azahares. va rumbo al palacio de matrimonios. según me explicaron, si te casas para toda la vida llevas un vestido sencillo, si piensas en una segunda vuelta es mejor un vestido con varias capas, que puedas reformar dentro de unos años, porque ahí te puedes casar cien veces y siempre de blanco. la calle está salpicada de una clase de puerta-ventanas abiertas por las que se puede ver todo tipo de decorado sefl made, especialmente retratos de héroes nacionales revolucionarios a veces tallados en pirograbado, a veces dibujados con birome en estilo puntillista o salvajemente esfumados en pastel sobre una tabla. también hay versiones hechas en fideo y eso da muestra de un gran fervor patriótico porque la comida no se desperdicia en aquel sitio. nos vamos acercando al centro y la calle queda vacía, solo nos cruzamos con un perro tipo “benji” de pelo azul francia violento. según las costumbres locales, el cumpleaños de la quinceañera puede requerir un decorado según los colores del vestuario de la homenajeada y este puede incluir a las mascotas de la casa, por lo que perros, loros, gatos y otros bichos pueden perder, por un tiempo, su identidad cromática.

sábado, febrero 05, 2005

dime el color de tu mascota y te dire a que hueles

gracias a una distracción quedo perdida en el medio de un barrio desconocido en la ciudad que habito hace veinte años. no tengo muy claro como salir, así que camino en dirección sur buscando una calle de referencia. el camino será largo porque voy paralela a una avenida que nunca encontraré. es un sábado de primavera a la hora de la siesta. en un renault 12 hay un perrito rosado rabioso. no nació así, alguien lo pintó. es un caniche no del mejor pedigree que luce una moña grande y un collar dorado. tengo mi mini cámara digital y haciendo gala de una crueldad infrecuente, la preparo y me acerco lentamente a observarlo y retratarlo. el bicho me detecta. lo saco velozmente de sus casillas. tan solo con mirarlo logro que me odie como a su peor enemigo . el exótico animal decorado se transforma inmediatamente en una fiera indomable que ladra fuerte y me desfila sus dos hileras de dientes en señal de evidente amenaza. al fin y al cabo los bichos, más alla de las perversiones de sus dueños, también tienen su dignidad.

viernes, febrero 04, 2005

el amor es ciego y tonto

elmer era un buen policía. siempre tenía el uniforme limpio. aunque no fue a la academia, su madre le enseñó a lavar y planchar bien sus camisas. estaba casado con berta . ella no era una buena esposa, apenas cocinaba unos revueltos asquerosos y tendía la cama con desgano. el resto del día se lo pasaba mirando telenovelas y hablando tonterías con sus amigas. el sexo con berta había dejado existir hacía tiempo y encima ella, dos por tres, le hablaba de un ex novio camionero con el que debería haberse casado. al fin, decidieron divorciarse. elmer juntó las pocas cosas que tenía y se fue a vivir a la casa de su madre. un día, haciendo guardia en la puerta de la comisaría vio pasar a esther. esa chica era una preciosidad, alegre, hermosa y muy joven. entonces decidió cortejarla y para eso, la siguió hasta su casa. cuando golpeó la puerta el que atendió fue benito, el padre de esther, que lo recibió con un poco de desconfianza pero lo dejó entrar por el uniforme. elmer le pidió, con toda formalidad, permiso para cortejar a su hija. después de tomarse varias cañas, benito le contó que esther, era menor de edad y tenía un novio esquilador que se llamaba beto. como él le cayó muy bien, le dijo que podría regresar a la casa cuando quisiera. los días siguientes, elmer vio, desde la puerta de la comisaría, a esther paseándose por sus narices enamoradas en el cuadro de la bicicleta de beto, comiéndoselo a chupones. de todos modos siguió frecuentando a benito y se fueron haciendo, cada día, más amigos. una noche esther golpeó la puerta de la casa de elmer y le preguntó si el estaría dispuesto a casarse con ella. elmer no se atrevió a preguntarle por beto, simplemente dedujo que se habían peleado y ella quería casarse por fin. así que arregló con benito los detalles y celebraron la boda. cuando se iban en ómnibus rumbo de su luna de miel ella se sentó en un asiento más atrás. al llegar al hotel en las termas ella pidió una habitación con camas separadas. elmer aceptó las condiciones de esther sin protestar. el matrimonio no se consumó. a los tres meses de casados elmer estaba pensando que se deberían mudar de la casa de su madre para tener mas privacidad pero esther se fue con un circo y nunca más se supo de ella. a pesar de una infinidad de trámites elmer no consiguió anular el matrimonio. fue por entonces que conoció a elba, una morocha ruidosa que le hizo perder un poco la tristeza que le dejo esther pegada en la piel. pero elba no era una buena chica y le mentía constantemente sobre todo y se reía, a sus espaldas, de él. así que, luego de dos años, elmer decidió volver a separarse. a esta altura tenía un segundo empleo que le permitía tener una entrada extra. estaba conforme con su nuevo status y el jefe que lo valoraba, pero se sentía muy solo. elba consideraba una injusticia que su marido fuera ahora un hombre con recursos, justo cuando no estaban viviendo juntos. un día lo llamó para decirle que estaba enferma y que necesitaba que la ayudara con dinero para los medicamentos, así que elmer le abrió una cuenta en la farmacia que queda frente a la plaza. a los dos meses su jefe le contó que lo llamaron de la farmacia y decidió pagar el saldo y cerrar definitivamente la cuenta. elba y sus amigas se la pasaban yendo a comprarse tintura para el pelo en vez de remedios. habían puesto una peluquería clandestina en los fondos de su casa.

jueves, febrero 03, 2005

tabaco y leprosos

volviendo al tema del tabaco, emprendí precozmente mi carrera de fumadora pasiva. en un arrebato descontrolado que me atrajo al espinoso camino de la ciencia terminé preparando un examen de geometría descriptiva con un profesor singular que llegaba en una moto bmw con un morral lleno de pipas y tabaco. mientras yo hacia los ejercicios del libro de tapa verde él meditaba y armaba mezclas en su interminable colección de recipientes exquisitos y me instruía en las afinidades que tenían los tabacos de virginia con las hebras de chocolate traídas de la india. no fumaba todo el tiempo, lo hacía solo al final de la clase, cuando estábamos en la parte filosófica de la matemáticas “ d “. tal vez esa fuera la razón por la cual era tan grato el perfume de las pipas mezclado con la conversación distendida cuando los libros estaban cerrados y el examen se convertía en algo absolutamente secundario en nuestras vidas. más adelante tuve unos amigos marineros y ellos, a pesar de su juventud, sentían la necesidad de cumplir con todo el estereotipo del hombre de mar. chaquetas azules de sarga gruesa, visitas al infectólogo de cabecera para atender algún mal venéreo y tabaco en pipa. en algunas sesiones de pócker en un apartamento de la calle ciudadela reinicié mi romance con el tabaco de pipa y durante solo unos meses fui fumadora activa. pero el tiempo pasó y seguí militando en las filas de los no-fumadores o no compradores de cigarrillos. ahora fumar puede convertirse en una gran trasgresión, al menos en algunos sitios. hace un tiempo estaba en una de esas ciudades donde los fumadores son exiliados a los corredores o a cuartuchos de las empresas donde trabajan , lugares en los que tirar un pucho en la vía pública se paga con multa y al contado. una tarde me escapé después de una serie de reuniones de trabajo en ambiente saludable. salí a caminar por el centro para distenderme un poco. ahí descubrí un negocio de tabaco. a través de la vidriera divisé una suerte de living de cómodos sofás de cuero donde había un grupo de fumadores haciendo uso de sus derechos. eran todos hombres, de diferentes edades, con aspecto saludable y aire desafiante. un club de leprosos sonrientes. entré, me compré una caja de puritos café creme , fósforos y me prendí uno. después me instalé entre ellos, mis nuevos amigos.

miércoles, febrero 02, 2005

tabaco y traidores

nací en una casa de fumadores, en una familia de fumadores en la que, inclusive, había un niño con “ permiso para fumar en público “ desde los ocho años. para evitar que cayéramos temprano en el vicio, mis padres no nos enseñaron a prender fósforos. éramos grandes el día que una visita ocasional descubrió esa carencia de nuestra formación y sin dudarlo se instaló por horas en la mesa de la cocina haciéndonos prender fósforos de cerilla de aquellos cortitos y blancos. inmediatamente me dediqué a fabricar bombas con la complicidad de mi amiga la gorda, siempre dispuesta, hasta el día de hoy, a las actividades subversivas. mi hermana directamente se encerró en el bañito del fondo con rayuela y una caja de master con filtro. así empezó su carrera de fumadora empedernida que continua hasta el día de hoy. por mi parte, insistí en el camino pirotécnico hasta que un almacenero de la otra cuadra tuvo la peregrina idea de quemar un judas en el frente de la carpintería abandonada. siempre dispuesta a las tareas colectivas, participé recaudando las ropas viejas, el dinero para las bombas y palos para la figura. no sabia en que consistía esta misteriosa tradición pero cuando vi que estaban quemando la figura de un hombre elevado sobre maderas, casi crucificado, les aseguro que el resultado no me gustó nada. me volví a mi casa totalmente desilusionada por lo que los demás valoraban como diversión. por eso no doy dinero a ningún niño que me pida un peso para el judas. déjense de joder con judas.

martes, febrero 01, 2005

ana gusana

nadie se había atrevido a decirle frígida. de todos modos ana no parecía feliz. se le notaba en cada milímetro de su piel ocre a lo largo de un metro ochenta y tres de huesos largos y desgarbados. seguramente en algún recreo cruel de la escuela algún malvado le había gritado : “ ana gusana “ y ella se había imaginado a si misma como rambo en la jungla, corriendo con el cuchillo apretado en la mandíbula, tras la venganza. el tiempo había pasado y su aspecto de monja en un día franco no había cambiado un ápice a pesar de haber perdido, sin pena, ni gloria, ni orgasmo, la entereza de su himen. seguía siendo la cabeza que sobresalía del grupo de amigas desabridas y ninguna le ganaba en su liderazgo de mujer aburrida. entonces creyó, por un momento, que podría ser una chica de carrera y la publicidad le abrió las puertas como asistente del asistente del encargado de una cuenta. en la agencia ana no combinaba con sus trajecitos amarronadas y sus camisas color crema. en los albores del tercer milenio tener el look margaret thatcher podría verse como un síntoma de exotismo pero el mundo publicitario vernáculo no permite estas licencias. los creativos creían verse irresistibes en botas tejanas con vaqueros negros apretados en el bulto, además de las consabidas camisetas negras con frases “ ingeniosas “ en letras blancas. todo combinado con cinturones de tachas plateadas y una actitud rebelde que podía traducirse en ir un día a trabajar sin afeitarse o juntarse los tres pelos, que habían sobrevivido a la calvicie y llegaban a la nuca, en una colita. los del área de marketing vestían trajes aburridos de cuatro botones y los contables ensayaban los mismos trajes pero en cortes mas anticuados y berretas aun. siempre había un idiota capaz de presentarse a trabajar con una corbata con personajes de disney o warner. en la agencia, para nuestra alegría, siempre hay un idiota. las mujeres tampoco dejaban mucho que desear, estaban las que eran decoración pura y las mulas que trabajaban. adivinen donde entraba ana gusana. a pesar de su vida monótona y deslucida ana guardaba un secreto que la hacía especial y algunas veces, increíblemente feliz. bajo la aburrida blusa ana tenia un crucifijo que apretaba con particular lascivia mientras practicaba el extraño deporte extremo de la constipación. después de largas sesiones con clientes exigentes, asistiendo al asistente a asistir en estas reuniones. después de pasar horas de su vida supervisando a todo tipo de proveedores inútiles. después de esperar durante horas la llegada de un embarque de cajas de algún de un producto sobrante o vencido que sería obsequiado en un estúpido programa de tv. después de un frustrante encuentro con un par de gordas engreídas que habían tratado de socavar su carrera llena de porvenir. después de todo estaba el laxante, el más fuerte, el que le retorcía las tripas hasta convertirlas en las trencitas de bo derek. después de todo, estaba la felicidad.