sábado, diciembre 22, 2012

enamorarse de un idiota


lo más sencillo que puedes hacer, cuando venga la primavera, es enamorarte de un idiota. no tendrás que caminar mucho para encontrarlo y él, seguramente sienta que le debes algún tipo de favor. el idiota no dejará de hablar de sí mismo en toda ocasión por lo que no tendrás que esforzarte mucho a la hora de conversar. puedes incluso, ir a la peluquería y volver con el pelo estirado y las uñas esculpidas y el idiota seguirá en el mismo tema, como si nunca hubieras salido de su campo visual. el idiota probablemente te compare con su madre a la hora de cocinar así que deja esa tarea para tu prospecto de suegrita. en general, un idiota se acompaña de padre y madre, pero también están los que tienen ex esposas, hijos y personal trainer. muchos idiotas tienen trabajo en sitios de alta visibilidad, por ejemplo, en la televisión. algunos idiotas tienen cierta percepción de su grado intelectual pero no se lo cuestionan demasiado. el idiota es el que no se da tiempo para reflexionar sobre su condición. saliendo con un idiota, tendrás algunos de sus comportamientos, adquiridos sin querer y casi sin darte cuenta. tus buenos amigos te lo harán notar entre ofendidos y risueños. deberán entender lo pasajero del amor y perdonarte. nunca lleves a tu idiota a una cena con amigos que hablen de política o economía. el idiota se meterá de lleno a opinar tu tendrás que soportar el bochorno. el idiota será capaz de opinar sobre ikebana, danza tailandesa, sushi de cerdo, lenguas romance, alfabeto maya y cirugía a corazón abierto. aunque sobreviva de la venta de auto-partes, el idiota siempre tendrá opinión calificada (por él) en cualquier asunto. hay otra serie de ventajas que tiene el idiota con respecto a otros hombres gracias a su exacerbada auto-estima. puedes acompañarlo a una marathon y perderlo sin que se de cuenta. lo que importa querida es que una vez que rompas con el idiota no pienses que has dejado una mina de oro. nadie te culpará de enamorarte de un idiota pero en algún momento, tarde o temprano, será bueno que te espabiles.

sábado, diciembre 15, 2012

camino a manta

somos unos ochenta hamsters en una cabina de clase turista, con asientos que no se reclinan. nos despiertan cuando quieren, sólo con prendernos la luz, como a los pollos. traen bebidas dulces y unas cosas secas, crujientes y muy saladas. ignoro si se trata de una dieta para evitar la trombosis por permanecer tantas horas en la misma posición o una forma encubierta de exterminio para consumistas. la sumisión en el mundo de la aeronáutica comercial es algo básico. algunos pagan más (mucho más) para ser menos sometidos pero se trata apenas de un intento. cuando nos despiertan, veo a lo lejos la cabeza de pablo y la pelada de pedro. la primera, con sombrerito. viajan a bogotá. no tengo esperanza que las cosas mejoren en el transcurso de las horas. nos dieron siete galletas grasosas con un queso de origen no animal. no hay turbulencia pero igual, nos hacen dormir atados. sospecho que este equipo paso por algún hospital psiquiátrico antes de brindar servicios en la compañía aérea. no debería llamarse compañía, es más bien una imposición. todos esos comandantes, azafatos y asistentes de vuelo no son más que una troupe de carceleros encubierta. todo es de riguroso plástico. la patria o el desayuno sin café. todos a rigurosos 22°C, es decir, frescos.

domingo, noviembre 18, 2012

democracia circular

lo mismo de siempre. buscar un hombre trémulo, desgarbado, deprimido o conflictuado. seleccionarlo entre miles que circulan por la ciudad. darle comida, cobijo, discos, abrazos y sexo. hacer chocolate caliente, cocinar pasta y escuchar sus historias. dormir abrazada de ese espectro por varios meses, volver a escuchar sus dolores. ir por una torta gallega y un brazo de gitano. si es necesario, buscar un gato para que lo mire todo el día con franca admiración. elegir una buena rumba para que despierte con el sonido del guitarrón y goce de caricias interminables. darle la habitación más luminosa para que pase ahí todo el día, dedicado a leer, escuchar música o llorar. hacerle una y otra vez masajes. besarle algunas veces los pies. mantenerlo por varios años hasta que logre abandonar la ropa oscura y gane peso. pronunciar su nombre con dulzura. apretarlo por la calle alguna noche, como si fuera un amante desconocido. tal vez un día, a la luz del ejercicio y la comida el hombre al fin empiece a andar ergido, a prender un cigarro con gesto seductor, a mandarse una risotada del fondo mismo de la panza. en ese momento, estará listo para irse a los brazos de una tonta insegura, deprimida o controladora que tenga un limón en el fondo del refrigerador y le de al fin, todo lo que necesita para ser feliz.

sábado, noviembre 03, 2012

no te pareces

eres como el david. estas ahí, quieto, lejano. no tengo ni la más remota idea de lo que piensas. hombre de bronce. metido en tu asunto, en tu maldito centro. no puedo pasearme como una mosca de enero por encima de tu nariz para que me percibas. en realidad puedo, pero no tengo la voluntad de hacerlo. estarás ahí, pegado en el cemento por siempre. edito el libro de hojas negras. todas serán iguales, rectangulares.negras de principio a fin. escritas en una noche, nada más. estaré enamorada del viento. de la sudestada que me arrastra cada poco tiempo. me dejaré llevar por el favor del viento y andaré despeinada por su ímpetu. miraré mis zapatos nuevos hasta cansarme de su imagen. espiaré por el rabillo del ojos tu mundo, fingiendo indiferencia y desinterés.dejaré que pasen muchos vientos. buscaré muchos pares de bellos zapatos nuevos para admirar. sin querer, me iré olvidando de cada palabra, de cada intención, de tu teléfono. sin proponerme nada, iré llevando cada una de tus cosas hacia la nada. hasta borrar tu rostro. tu nombre. tus chistes. aquella bestialidad. no te pareces en nada al david. él, es de bronce. él, es bello. él, es joven.

sábado, octubre 06, 2012

te traje algo


tenía un código secreto para diferenciar a los que iba a dejar en poco tiempo. un regalo. a veces era un presente pequeño, a veces artesanal, a veces era un regalo ofensivo, otras era algo sensacional. libros, tatuajes, comidas, dibujos, manuscritos, cachorros. cualquier elemento que pudiera independizar de su vida era el sutil mensajero del desprendimiento. el procedimiento no seguía ningún protocolo. en general, preparaba el regalo cuando había una cierta duda, una pizca de hastío, cuando detectaba un gesto de brutalidad que no podría tolerar en el futuro o simplemente empezaba a bostezar. un acto de naturaleza mágica, un conjuro no preparado con todos los ingredientes. el obsequio podía incluso contar con un bello envoltorio, porque en el fondo, no era cuestión de insultar a nadie. después solamente había que esperar uno o dos, tal vez más meses hasta que el beneficiario actuara en consecuencia y se mandara mudar.

miércoles, septiembre 26, 2012

patchwork

estamos con las rodillas apoyadas en la hierba. el prado está en silencio, nosotras también. nos pasamos una bebida dulce, hecha en base a vino, azúcar y varias pimientas hasta que el cielo se cubre de noche. extendemos los brazos y tocamos a la que está en el costado hasta quedar enlazadas. nos reímos al principio un poquito, después en forma estridente. iniciamos un murmullo fino, delicado, que cubre el predio y sigue tejiendo un manto hasta espantar a las lechuzas que están en los árboles de un monte lejano. el ritual de la miel, nos envuelve entre flores y estrellas. somos muchas, cientos tal vez. hasta las vacas saben lo que estamos haciendo, y los grillos y otros mamíferos que nos observan a prudencial distancia. nuestro murmullo se convierte en canto, en un hermoso canto de sirenas. cuando sale el sol nos vamos borrachas, desvestidas, hacia la ciudad, en nuestros autos desvencijados.

martes, septiembre 25, 2012

vuelve mrs. robinson

él es algo así como un maestro del make up. un súper dotado de la simulación. pocos lograrían esa sutileza en un efecto especial. el problema, es que sus clientes, tal vez sea mejor usar el eufemismo “alumnos” o “fieles discípulos”, creen que el proceso, simple capa con algo de brillo como un esmalte de uñas, es más profundo y elevado de lo que realmente puede ser. no se trata de lobotomía sino de un sencillo recubrimiento que distrae pero no evita la profunda ignorancia. tal vez, la falta de originalidad del maestro los conduce a todos a una misma trampa de autores, citas, conceptos. la condena es repetirse por lo alto y lo bajo, reproducirse ad infinitum como siluetas de cartón pintado sin mayor color o contraste. repetidores de fórmulas, cortadas como por un sastre que está incapacitado para usar otro molde. pero no importa, en el mercado del ego, nadie será crítico. todos se sentirán singulares y mostraran sus hazañas en el barrio, dejando atónitos a los vecinos mientras riegan el jardín o pasean al perro de aguas. no importará nada porque estarán protegidos por una inmunidad superior, la que les otorga un determinado poder. esforzados héroes del mañana, cultores de las batallas ganadas en el pasado, escupidores de frases de un origen dudoso pero un carisma fundamental, griegos truchos y romanos inconfesables, siempre dispuestos a una nueva odisea, a un baile de máscaras, a una fiesta en beneficio de un niño que perdió un ojo tirando cohetes. no habrá quien separe, lo crudo de lo cocido. no habrá manera de seleccionar. todo será una mansa informe y sin sentido, con el fin de impresionar. tal vez alguno, en una noche aciaga, mientras ensaya con sayo ajeno, sentirá tal vez una cosquilla, una sensación extraña en el estómago, una brizna de duda sobre la necesidad de hacer una trampa que posiblemente, ya hizo en el liceo.

sábado, septiembre 08, 2012

dioses y duendes

aquella noche, el jardín había recibido más visitas que nunca. los cuerpos giraban exhaustos por el inmenso césped. de a ratos se oían las carcajadas de las parejas que correteaban desnudas por la glorieta, saltaban a la fuente y se tiraban abrazados sobre los canteros cultivados con calydoreas. los perros estaban en el canil desde mediodía con la panza llena, para no interferir con sus ladridos en la noche estrellada. la dueña de casa había desaparecido temprano en la limusina de unos amigos, tal vez rumbo a la playa a fumar opio. el mayordomo, dormía plácidamente gracias a un somnífero. en la cocina, las mucamas de guardia miraban la repetición de su telenovela en el cable, con auriculares puestos. la orquesta, tocaba en el balcón blanco un himno polaco y el director, borracho como una cuba, apenas lograba mantener el equilibrio. los músicos seguían como hipnotizados unas partituras interminables sin aflojarse el nudo del moño. en un sofá, dormitaba la madre mientras su joven amante surfista le lamía los dedos de los pies. por todos lados había copas de cristal de todo tamaño y contenido, bandejas con restos de petit fours saladas y dulces, chaquetas de terciopelo, mitones, sandalias y escarpines. dos mellizos adolescentes de piel blancuzca, perfectamente vestidos de negro hablaban de nietzsche abrazados en un rincón. en la biblioteca, bajo una abundante cortina color oro se divisan mi torso, mi bolso, mi pelo y tus lentes.

domingo, junio 24, 2012

en el otro mundo

la tarde anterior, había revoloteado en la colección de orquídeas. esas flores llenas de misterio que parecían estar siempre dispuestas a sorprender sin avisar demasiado. frágiles y al mismo tiempo fuertes, extrañas y extranjeras, colgaban de las ramas del jardín y se ocultaban en pedazos de corteza que su dueño había seleccionado. “ todas son robadas” pensó. tal vez por eso, el jardín tuviera tanta alegría. una pequeña celebración de lo prohibido.
interrumpían el sueño a las cinco, para hacerse caricias con la mano, con la voz, con la punta de la lengua.después se envolvían otra vez en sus cuerpos de cáscara de naranja y continuaban ronroneando hasta perderse nuevamente en el silencio.
cuando entró, sintió que algo le oprimía el pecho. no era una emoción singular, sino una sensación producto del ambiente. había entrado a una suerte de templo franciscano, de esos que no han sido, durante siglos, trasvasados por el aroma de una mujer. los muebles, los colores, las personas, los ángulos, habían sido distribuidos en función de un único objetivo: imponer respeto, tal vez inspirar miedo. adusto, austero, serio, severo. casi una celda de castigo. repasó con la memoria el refectorio que había visitado recientemente, en el área de la vivienda sacerdotal donde pueden acceder las mujeres. era un ambiente respirable, comparado con este claustro cívico. quiso escapar, pero la entretuvo la amable charla de su anfitrión.
dos gotas no se parecían más que ellos. las gotas, son todas diferentes. con mucha voluntad, probaron trazar puentes, en un intento de creerse parecidos. como si esto pudiera salvarlos de una posible debacle nuclear.
cuando se fue, no tenía una idea cabal de lo que sentía. se dejó envolver por el aliento de una duda mayor. regresó al gineceo, a las tostadas con mermelada, a las superficies blandas, al calor.
al día siguiente, reconoció que había tenido ganas de abrazarse a la secuoya, la única mujer con la que se cruzó, en un rapto de soledad. un pequeño pudor se lo impidió.

lunes, mayo 21, 2012

mujer


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domingo, mayo 13, 2012

la hoguera de las vanidades

algunas cartas estaban apareciendo bajo montones de papeles. cartas con confesiones, cartas con cuentas, cartas que pedían cosas absurdas, por carta. era muy difícil clasificar aquellos papeles entre insignificantes y necesarios. la mayoría, quedaba en un limbo con un cartel “después resuelvo”. en todos aquellos papeles, debía estar aquel inspirado verso que le había mandado el personaje mítico una noche en un bar, intentando que con ese simple trozo de papel bastara para que lo siguiera hasta la cama de su hotel. en esos tiempos, no era suficientemente rocker llevarse a una mujer con una propuesta en servilleta, si bien ese sistema ya habría funcionado con alguna otra parroquiana de este lado del río, de las que poblaban los candombailes de los ochenta. pero nunca había estado en un candombaile y ni siquiera había mirado al autor de la nota que esperaba acodado en la barra, precedido por su fama musical. era un momento, muy extraño en el que tenía que tomar decisiones drásticas. eliminar las huellas de los últimos treinta años y tal vez, empezar de cero. en sus papeles, estaban las promesas. muchísimas promesas que se había hecho a si misma, que le habían hecho, que había construido con otros ilusos, con otros ingenuos, con vaya a saber cuánta gente. todo lo que era y también todo lo que no había podido ser, estaba en esos papeles. tirar todo eso a la basura, podría ser muy bueno para no tener que pensar más. clasificar, era una suerte de tortura. pensaba en aquellos estudiantes que se la tiraban a biógrafos, aquel periodista sin brillo que se lanzaría a escribir un libro para salir del ostracismo y en todos los que podrían disfrutar de ese archivo lleno de poemas de otros, de originales inéditos, de libros de otros, de guiones sin filmar, de dibujos dedicados y otras tantas cosas. por un lado, le gustaba la idea de dejar todo ordenado, especialmente organizado para que algún día alguien lo leyera. pero esa idea de controlarlo todo, le pareció indecente. cualquier organización sería una forma de editar la historia y no estaba de ánimo para generar esa intervención. tiraría todo al fuego, un invierno alcanzaría para borrar esa historia y empezar rápidamente, a escribir otra.

martes, abril 03, 2012

de a dos

nos detuvimos un segundo, para emparejar el paso. en el tango, lo que importa es entenderse. no existe la figura independiente, ni el apuro por llegar, cuando la música se queda en el umbral, esperando que el abrazo no termine nunca.