martes, febrero 28, 2006

asuntos de croma

me gustaría que fuéramos como el marrón y el celeste, dijo ella. estaba segura que él podría entender perfectamente esta simple metáfora que podría ser validada por cualquiera que supiera más o menos pintar. me gusta, dijo él. para mi, es la mejor combinación. si, dijo ella y bajó un poco la mirada. entonces el usó el silencio para cometer un error, ese tipo de error masculino que ella podría esperar pero difícilmente tolerar. ¿ y cual de los colores vendría a ser yo ? ninguno mintió ella. la idea es que la combinación valga, más allá de cada componente. la respuesta falsa y su supuesta astucia la obligó a meditar sobre este asunto. él siempre sería el celeste. el color más brillante y también el menos aguerrido. el más atractivo, pero también el más simple de ensuciar. el que podría degradarse más rápido, él que resistiría peor el paso del tiempo y las circunstancias. el que estaría siempre mas vulnerable a los avatares de la vida. pero no podía mirar para arriba, hasta su metro ochenta y nueve y decirle que él era el color mas débil, si bien el más bello. mejor callar. para que decirle a alguien lo que sabe y no quiere oír. al fin y al cabo, ellos no serían nunca la mejor combinación. mejor que se marchara con su celeste y se mezclara con algún naranjo en algún otro rincón del universo. quizás con un rojo fuego, no importaba. mejor que se alejara en el horizonte. ella estaría allí siempre, con su digno y poderoso marrón. con la modestia de ese color definitivo y al mismo tiempo indeleble.