domingo, agosto 16, 2015

la patria o el desayuno

somos unos ochenta hamsters en una cabina de clase turista, con asientos que no se reclinan. nos despiertan cuando quieren, solo con prendernos la luz, como a los pollos. nos dan bebidas dulces y unas cosas secas, crujientes y muy saladas. ignoro si se trata de una dieta para evitar la trombosis por permanecer tantas horas en la misma posición o una forma encubierta de exterminio para consumistas. la sumisión en el mundo de la aeronáutica comercial es algo básico. algunos pagan más (mucho más) para ser menos sometidos pero se trata apenas de un intento. cuando nos despiertan, veo a lo lejos la cabeza de pablo y la pelada de pedro. la primera, con sombrerito. viajan a bogotá. no tengo esperanza que las cosas mejoren en el transcurso de las horas. nos dieron siete galletas grasosas con un queso de origen no animal. no hay turbulencia pero igual, nos hacen dormir atados. sospecho que este equipo pasó por algún hospital psiquiátrico antes de brindar servicios en la compañía aérea. no debería llamarse compañía, es más bien una imposición. todos esos comandantes, azafatos y asistentes de vuelo no son más que una troupe de carceleros encubierta. todo es de riguroso plástico. la patria o el desayuno sin café. todos a rigurosos 22°C, es decir, frescos.