martes, diciembre 26, 2006

la navidad de sultan

el padre de familia elige con sus dos pequeños hijos las bombas que explotaran en el jardín trasero de su casa de suburbio la nochebuena. frente al negocio improvisado que se instalo en la peatonal frente a la plaza los tres observan extasiados todas las formas posibles de contener pólvora. el padre señala los modelos de explosivo con el dedo y consulta sobre precios y estilos. los niños apenas distinguen entre los colores brillantes de los envoltorios parecidos a los de las golosinas. los vendedores quisieran ser, por esa única noche, pulpos, para poder guardar más rápidamente todos los billetes que se acercan a sus bolsillos. poco les importa si alguno de sus proyectiles en su ascenso hacia el infinito se lleva el dedo de un niño o el ojo de una vecina desprevenida. todo sea por el amor a los petardos. ese momento mágico en el que todo explota y varios quedan con la boca abierta y el pan dulce a medio masticar. ya habrá un día después, las sobras, la basura amontonada en el jardín, los niños con la panza hinchada, la esposa con malhumor fregando los trastos y el perro intoxicado rumbo a la veterinaria.

martes, diciembre 19, 2006

la importancia de tener bigote

esta bien, hablemos de los bigotes. no existe ningún protocolo que nos permita clasificar al hombre o a la mujer en función del bigote pero en estos tiempos de tratamientos con cera virgen, metrosexuales de uña pintada o look geek; un bigote impone un mensaje de cierta ruptura. un bigote morocho, porque un bigote canoso o rubio es solo un accesorio de un gato que creció hasta lograr el tamaño de un hombre. sin ir más lejos el bigote que estudio en este momento es un elemento más de la expresión, del humor y del carácter de un hombre bello. es la continuación de una cresta algo punk, algo moicana, es la extensión de una patilla de aire patricio, plana y sugestiva. una breve señal grafica que remata una barba breve y puntiaguda. es un recurso para ocultar, de a ratos un labio carnoso y para equilibrar un par de cejas juguetonas que trabajan de preámbulo de dos ojazos de enormes pestañas. el bigote sirve si hay sonrisa. si se enreda en la muzzarella. si alguna vez sirvió de límite a un puchero. donde hay un poco de humor, puede haber todo.

sábado, diciembre 09, 2006

mi primer colectivo

las que caminan tres pasos por delante, son un par de piernas cortas, veloces y musculosas. piernas a las que se les ve muy bien cada rincón trabajado en horas de aparatos. se ven levemente extrañas. porque carecen de los pelos, los debidos pelos masculinos. este pequeño ser, que lleva su almuerzo en una bolsa de plástico, se desplaza a toda velocidad por la bajada moviendo su humanidad en un short azul me hace acordar al conejo de alicia, el que iba con el reloj de bolsillo absolutamente acelerado. este tendrá unos treinta y ocho años, esta en un entretiempo del gimnasio y si lo entrevistáramos se declararía amante de la depilación integral. ¿nos gustan los hombres peludos? ¿nos gustan los hombres depilados? con esa reflexión profunda me siento a tomar el café de la mañana, con atilio, los diarios y el fondo de la conversación de algún borracho que se adelantó un poco y empezó a darle al espinillar de punta antes que el sol se ponga perpendicular. el mismo bar de todos los días, ese ambiente en sombras que tan bien me recibe cuando me instalo a perder ahí el tiempo o tal vez a ganarlo. nada resulta interesante en la prensa de la mañana, es una sensación prácticamente garantizada, como el saborcito del café medio oscurón que me sirven. pero siempre podemos detectar algún error, una falta de ortografía enorme en la primera página, una equivocación flagrante en una información de cierta relevancia. ah…parece que alguien bailó desnudo el himno nacional en un museo. uy!!! que escándalo….quemen todo ministro, esto es un insulto a la patria. llévenlo esposado al parlamento. ah…estos artistas de vanguardia, encienden las pasiones más bajas. lo peor no era que bailaran desnudos el himno, el problema fue cuando bailaron la macarena y se equivocaron de paso…y atrás estaba el pabellón patrio…que ignominia. entonces alguien irrumpe en mi lectura con un exótico planteo: ¿no quiere participar del numero de fin de año? mire que si después nos hacemos millonarios…y misteriosamente le digo que si, y allá va mi suerte, por fin materializada en un billete de lotería. ya saben, si gano, largo el blog.