viernes, junio 03, 2005

una del paraíso

sobrevolamos la playa. veintisiete grados, dice el comandante. el océano se ve mágico desde aqui, los morros oscuros y las franjas de arena limpias y brillantes. a medida que perdemos altitud se ven las olas marcadas como un tatuaje en la epidermis del mar. las alas se mueven con cierta vacilación y quedamos rodeados de agua y cercados por un morro. en cinco minutos la tierra a nuestros pies. estamos dormidos o despiertos soñando. el silencio es absoluto. nos callamos ante la hermosura del paisaje. hasta las azafatas dejan de hablar en este instante. el avión cae y sigue cayendo en ese pedazo del edén y los pocos habitantes del vuelo lo seguimos con los ojos suspendidos y cubiertos por los rayos del sol. es casi imposible soportar tanta belleza. veo la sombra, nuestra sombra de avioncito sobre el agua. veo una isla de piedras coloradas. veo mis pies descalzos metiéndose en el mar y mientras veo todo eso, pienso : gracias.