martes, abril 26, 2005

mito

el tipo poseía un refinadísimo pedigrí de mentiroso. tal vez, la sangre que corría olímpica y abundante entre sus venas, no fuera más que agua coloreada con papel crepé. como un auténtico y reputado profesional del universo de lo falso, nadie sospechaba de su pequeño vicio. las madres entregaban a sus hijas envueltas en papel de regalo mientras hacían cuentas sobre el patrimonio generoso del futuro marido que sus nenas acababan de cazar. claro que eran varias nenas las que se preparaban para ir al altar, al mismo tiempo, con el mismo súper marido. varias nenas que buscaban su futuro hogar, su níveo vestido, su servicio de fiestas, su orquesta y su hotel para la noche de bodas. mientras tanto, el mentiroso saltaba todo tipo de barreras para estar presente en las tres casas, atender a las tres novias más sus parientes, figurar en las celebraciones previas de todas y tratar de disimular los kilos que estaba perdiendo devenidos del esfuerzo sobrehumano de hacer lo mismo tres veces por día en diferentes puntos de la ciudad. pero llegó el momento de las tarjetas y los invitados y ahí, no pudo tener todo bajo control. un amigo de una de sus novias lo reconoció como el novio de otros tiempos de una conocida y atando cabos empezó a seguirlo. bastaron dos días para conseguir la evidencia, es decir la otra invitación de boda. cuando lo confrontaron con la verdad, el marido de fantasía simplemente lloró. después, hubo que empezar a devolver los regalos.