bertita esperaba en la recepción del gimnasio adonis, absolutamente exhausta y con un humor de perros. tenia unas ganas gigantescas de prender un pucho, pero sabía muy bien que no le alcanzaría para calmarse. no había tenido tiempo para darse la ducha obligatoria ni para sacarse su equipo de steps. sentía el cuerpo transpirado y el corazón que palpitaba a toda velocidad. no era una escena de flashdance ni quería serlo. adonis hacia lo posible por complacerla pero aquella tristeza que el mismo le había provocado no se superaría con cien subidas a un escalón escuchando marcha a todo volumen. fijó la mirada en una pequeña escena que transcurría en el estacionamiento cercano. un hombrecito pelirrojo trabajaba con una ganzúa y lograba entrar en un auto plateado. con rapidez desaparecía bajo el volante para hacer el contacto. en minutos el coche se encendería y saldría velozmente por la avenida. en esos mismos minutos adonis le arrebataría el cetro del mal humor.
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