miércoles, marzo 15, 2006

libertad intestinal

siete y media de la tarde. apenas empieza a inclinarse el sol. detrás de una columna, una señora de unos cincuenta años se baja unas bombachas amarillas y orina alegremente en la vereda. viste un trajecito con chaqueta y pantalón verde musgo, con un buzo de hilo color salmón. se ríe mientras sostiene, alejada de la acción, una carterita de terminaciones en cuero de potro. la columna revestida en granito del portal sobre la calle buenos aires hace muy poco para cubrirla. la veo mientras camino hacia la esquina del teatro, entre el humo de los taxis y los buses que se amontonan, a la hora que todos salen del trabajo, entre el caos del cierre de jornada en la city. a pocos metros una amiga rubia, algunos años más joven, también vestida con elegancia, sonríe y festeja un comentario de su amiga, la desinhibida, que termina su tarea y se lanza una risotada desafiante. disimulo y sigo mi camino hacia el concierto en homenaje a mozart que empezara en unos minutos. recuerdo en la primera vez que vi a una mujer haciendo caca en plena calle. fue hace mucho tiempo, cerca de un balneario, en brasil. pasada la medianoche, por la peatonal de la ciudad, el centro turístico por excelencia. una mujer de piel oscura y pelo abundante corrió delante del grupo en el que veníamos varios compañeros de viaje, se detuvo en un punto, arrolló su vestido y se puso en la posición más cómoda para lograr el alivio de su carga. en segundos dejó su ofrenda entre los adoquines y siguió su camino, más lentamente, más aliviada. entro al teatro solís y me quedo esperando la llegada de unos amigos con los que compartiré la función. bajo las luces, encima de la alfombra roja veo desfilar a la transgresora, haciendo su entrada triunfal. no sé si mirarla con reprobación o envidia.

4 comentarios:

Enigma dijo...

... un caso extraño pero no por ello inverosimil, vela con admiracion, con su acto dio constancia de que su opinion por el mundo o sociedad, vale lo mismo que la de cualquiera.

Saludos

El Enigma
Nox atra cava circumvolat umbra

Tomás Eastman dijo...

No creo en la transgesión. Esa mujer es una perra y está en celo.
Deja la marca.

Rebecca Milans dijo...

que teoría warren !!! seguro que usted tiene muchas experiencias en el canil. a mi, que soy del espiritu gatuno, no se me habia ocurrido esa explicación

Pablo dijo...

es un asco. Yo que soy hombre me aguanto las ganas de mear y ella se pone a cagar como si nada. Dejate de joder es una asquerosa. En fin.