sábado, agosto 30, 2008

waiting for gustav the hurricane

espero al huracán. como un resto de chicle del free shop. ese que viene en forma de cinta adhesiva. el día transcurre más bien aburrido. en la noche dormiremos todos juntos en un salón que no tiene mucho espacio. nos podremos hacer amigos, estoy segura de ello. hay algunas personas nuevas pero parecen tranquilos. somos pocos y lo pasaremos bien. dicen que el viento es al menos de 210 kilómetros por hora. espero que la selección musical sea propicia. llevare abba para mantener el espíritu en alto. prometieron darnos golosinas. no podremos salir hasta la salida del sol, cuando se hayan despejado los árboles caídos y se hayan retirado los cables eléctricos que estén activos, dicen que ese panorama puede ser desolador. ya están esperando con un camión la caída de las palmeras de la entrada. por el momento aseguramos nuestras ventanas y llevamos los carros a un nido con los vehículos ligeros que quedan rodeados de los transportes grandes, protegidos del viento. traje un bolso con mis enseres de supervivencia, el cepillo de dientes, botas con suela de goma, medias, una muda de ropa, papel higiénico, dos bolsas de residuos grandes, un libro con cuentos de dorothy parker, una mantita y mi lámpara de emergencia que puede funcionar 12 horas con su batería. ahora escucho a tina turner cantando earthquake and hurricane. la luz se va de a ratos, supongo que aun no estamos con el generador de emergencia. afuera llueve suave y pertinaz. alguien explica que después de azotar el primer viento sobrevendrá una calma y enseguida de pasar ese momento empieza lo peor, el paso del ojo o como diría la carta con la que me conquistó aquel chico que aun recuerdo...el vórtice.

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