lunes, agosto 18, 2008

maduros # 5

emprendemos el ascenso por una ruta lisa, llena de curvas generosas y vegetación tupida. nadie baja por este camino hermoso, solo un solitario ciclista se suma, lentamente al esfuerzo. trepado tras la montaña, descubrimos el valle de tierra magnata. a nivel del suelo, todo parece pintado con una brocha gruesa de tonos hierro, grana, púrpura y carmín. por los aires, una cadena de enormes cumbres curvas, como bochas de helado intenso, pintadas con follaje, colocadas en hilera, como en una bandeja de copelia. parecen cascarones de barquillo pintados con azúcar de color verde, como un efecto de repostería llevado al paisaje. dicen que los mogotes son formaciones calcáreas pero prefiero pensar que son de oblea. desde el mirador se ve como una escenografía gigante, llena de pájaros, bestias salvajes y hombres protegidos por sombreros donde caben diminutos carros, caballitos, bicicletas. es en este espacio plano donde se cosecha y se guarda, con celo el mejor tabaco del mundo. hay una misteriosa sucesión de casitas de madera con techo de latón y ventanas religiosamente pintadas en tonos pastel, en su interior habitan y se secan cientos de hojas marrones y perfumadas. son los palacios del secado lento, guardianes del secreto ancestral de la maduración y el siempre necesario transcurrir del tiempo. porque la belleza necesita de cuidados, de mimos, de una mano que sea generosa y delicada y también del movimiento de las agujas del reloj. ordenados con maestría, colgados hacia abajo descansan los cogollos de donde saldrán las hojas seleccionadas de escasas nervaduras que irán directamente al armado de los más prestigiosos cigarros. creados exclusivamente con las mejores hojas de la selección, pegados con esmero y manipulados con especial cariño tarde o temprano se transformaran en sofisticados puros. una vez que descansen algunos serán cubiertos por una última capa oscura y debidamente anillados para convertirse en los maduros numero cinco, en sus versiones genios, mágicos o secretos. en ese momento podrán ingresar a suntuosas cajas de madera con taracea donde se combinan hermosas incrustaciones. tal vez desde ese momento, se alejen para siempre de aquella tierra roja, espumosa y caliente que los vio nacer .

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