jueves, septiembre 24, 2015

el de la cajita



estoy bailando con una escoba en un rincón del cuarto. el ropero sigue abierto a los duendes.la charla quedó en la mesa, tirada como una servilleta que apenas se usó durante el almuerzo. de fondo, el cajero conversa con el mozo. el resto es un vacío que nunca es incómodo. cada uno de tus pliegues merecería un dibujo chino. como los que llevan las cajitas de fósforos que te regalan en el motel. una selección de fragmentos de ti de esos que pueden recopilarse para que la memoria no los borre en una tarde lluviosa por puro azar. es extraño todo lo que no dicen las fotos cuando solo quieres reencontrarte con algo que prometía ser bueno. es extraño no leer lo que dicen las fotos y puedes reconocer dos semanas después. viajes a mundos cotidianos llenos de dolores que parecen irreparables. pequeños pies. buscando una calma que no podré encontrar, revuelvo el fondo de la cartera de interiores amarillos y sé muchas cosas más. dos, tres desafíos metidos en una bolita de papel. el espanto de lo cotidiano. el misterio de meter cosas en el horno y que se conviertan. la espera. la abulia. el abrazo. las imágenes suspendidas en la cuerda de la ropa. un benteveo que no me dice tu nombre.

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