sábado, mayo 07, 2005

la virilidad del ciruela

me siento en una mesita, a la sombra y veo pasar el traje arrugado pero elegante de un caballero de pelo teñido. no entiendo quien asesora a estos señores de más de sesenta, que ya perdieron algunas chapas del frente del rancho y sobre todo, no logro entender el gusto por aplicarse color ciruela en la cabeza. tal vez, deberían apostar al rubio ceniza, algo más discreto y favorecedor. esta claro que en una peluquería de mujeres nadie se pondría ese tono violáceo, por el simple hecho que el mismo tono denuncia el artificio. quizás, en el misterioso universo de los hombres existan serios motivos para brindarle al color ciruela los mismos poderes del viagra. hay tantas cosas que una desconoce, que resulta arriesgado lanzar una teoría al aire como si fuera un sueñuelo de pato frente a tres tiradores expertos. felizmente el señor del traje arrugado beige y de buen corte no quedó en mi campo visual, sólo tengo hordas de brasileños con hijos que toman café y conversan. desfilan ancianas con diferentes versiones de animal print. las más políticamente incorrectas tienen variaciones sobre fucsia o gris con manchitas de tigre en negro. abundan esta tarde, corrompiendo el equilibrio estético del planeta. la moza, que se acerca a atender una mesa, rezonga a los niños brasileños con una firmeza similar a la de una institutriz galesa. los padres se hacen los distraídos en otra mesa, han perdido por completo el control y tratan de ignorar el zafarrancho infantil. miran cadenitas de oro y otras cosas que se compraron esa tarde. me imagino como serán de adultos esos niños llenos de dinero, descarrilados por la poca atención de los padres, agresivos y desesperados, listos para escarchar autos último modelo como única alternativa de entretenimiento.

5 comentarios:

Tío Jack dijo...

Como en unos años pienso teñirme lo que quede de azul, tu post me ha resultado muy esclarecedor.
Gracias.
;-D

Rebecca Milans dijo...

bueno, sos medio rubión, creo que podría quedarte bien un azul pero mejor el rubiecito ceniza...( mi vida por el peróxido )

Tío Jack dijo...

lamento desilusionarte, pero esa claridad de mi cabello no se debe a una blonda tonalidad (más pronunciada en mi abuela), sino a la presencia creciente de las tan prosaicas canas que llevo con firme orgullo. se agradece el comentario y marcho firme hacia el azul.

Rebecca Milans dijo...

si, las veo las canas pero no sos un morocho de piel, pero si te queres parecer al del abasto, cuando te hagas el azul, pedi el azul del mago que era bien lindo

ivan buenader dijo...

Disfruté mucho la naturalidad de tu texto, y me parece genial el nombre "diario de una dislexica". Salud!