volvía a su casa después de pasar, las ultimas cuarenta y ocho horas, fuera. traía el pelo mojado y el cuerpo levemente tibio. el sol se asomaba insultante para aquella tímida primavera. en las paradas de los ómnibus, dos adolescentes se besaban sin parar bañándose en gigantescos lengüetazos. las siete de la mañana y el humo de la ciudad que aun no se intuía del todo. se había olvidado el teléfono, lo había desconectado y lo había dejado en la mesita de luz del casi desconocido con el que había pasado la noche. odiaba ese aparato y siempre que podía lo largaba en alguna parte. aprovecharía esta oportunidad para alejarse de el, para siempre. pero su partenaire de la noche anterior no pensaba lo mismo y la estuvo buscando durante todo el día, atendió sus llamadas y hizo todo lo posible por que recuperara el pequeño aparato. tirano, pensaba ella, cuando tenia que gastar un minuto en atender el celular. lo que podría haber sido un encuentro casual, único y perfecto se había convertido, de pronto, en una pequeña telenovela del desencuentro protagonizada por un teléfono móvil. al mediodía varios de sus amigos y un compañero de trabajo habían tenido charlas con el hombre amable de la voz gruesa que explicaba con sutileza que ella le había dejado el teléfono en la noche anterior. eso inmediatamente generaba una llamada a la casa de ella, con grabaciones llenas de risitas e ironía, grabadas en su contestador. mientras tanto, ella descansaba boca abajo, exhausta, en su cama.
7 comentarios:
Esos aparatos malditos son de cuidado
una célula más en nuestro cuerpo
cancerígena?
sino fuera por esos jueguitos que traen...
Acabo de descubrir está página y es el primer post que leo.
Me gustó mucho y prometo volver.
buen relato!
lamaga
a la larga se trata de un nuevo sistema para esclavizarnos, hay que cargarlo, pagarlo, cuidarlo, en casi tan malo como hacerse cargo de un niño de seis años !
abajo el celular. volvamos al telegrama .stop.
en serio, yo apoyo la psicosis orwelliana, el celular es una pesadilla hecha realidad.
rectifico, un niño de seis años con diarrea crónica ... ( pobres niños )
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