sábado, octubre 14, 2006

los martes, orquideas. los lunes, asalto.

al llegar al corazón de la plaza se movió una planta y escupió a un niño mugriento, con los ojos inyectados en sangre que le dijo: dame la plata o te lastimo. ella siguió caminado hacia la luz, como una libélula que debe cumplir la misión de inmolarse antes de llegar a la vida adulta. dame la plata repitió el, cortándole el paso en la oscuridad. espera, que tengo que ver donde tengo plata. son solo catorce pesos, mintió mientras le daba las monedas, extraídas del bolsillo menor de su gran bolso, entre una serie interminable de blisteres de aspirinas, vitaminas y pastillas para prevenir el dolor menstrual. dale, dame la plata insistió el niño y ella le argumentó que no tenía más que esa plata y que debido a ello se iba a su casa a pie. ya lastimé a una repetía el niño, que en la oscuridad no aparentaba más de siete. dale, abrí el bolsillo grande. no tengo nada, volvió a mentir ella, que tenia trescientos dólares para las vacaciones que iniciaría esa media noche. dale, abrí, insistió el niño. entonces ella se sacó los lentes que llevaba calzados en la cabeza, unos lentes negros que le habían regalado en un programa de televisión. tomá, estos valen como seiscientos pesos. el los miró con notable desprecio y se los puso en el bolsillo. pero quiero la plata, insistió. es todo lo que puedo darte, no tengo más. entonces el pequeño se sitió cansado y se fue caminando hacia una bolsa de nylon que tenia junto a un banco. se sentó y la miro con desconfianza. ¿como te llamas? walter contestó él ofuscado. ¿que vas a hacer con la plata ? molesto ella. ¿ te vas a comprar pasta ? andate amiga, andate, pidió el asaltante, sin aguantar que lo sermoneara una desconocida y encima, una de sus victimas. a la vuelta de sus vacaciones volvió a la escena. otra vez era lunes y empezaban a caer unas gotas, así que se paró frente a la puerta de la ciudadela y pidió que le buscaran un taxi. en los segundos que quedó sola escuchó una voz amenazante en su espalda : quédate quieta . cuando giró la cabeza se encontró con el matón que se escondía tras una capucha azul y no pudo dejar de sonreírle. walter!!! el niño le respondió con otra enorme sonrisa, entre sorprendido y avergonzado por repetir una escena tan fresca. ¿qué haces…? me vas a agarrar todo los días...? con la luz del día parecía un poco más grande. mientras se subía al taxi y lo saludaba tiernamente con la mano él le dio cuentas, con un acento canchero, de su botín: los lentes, me los quedé .

16 comentarios:

Von dijo...

Me pasó algo muy parecido una vez. Tenía una suma bastante importante en un bolsillo y atravesaba el parque Rodó un día de semana bien temprano. Me aborda una piara de infanto-juveniles (yo por aquel entonces era sub-20) y me comunican su intención de robarme. Cuando el más grande de ellos, iba a meter su mano en el bolsillo en cuestión, no sé de donde saqué la sangre fría para frenarlo y decirle "pará pará, no me toques, yo te voy a dar la plata.." les dí un montón de monedas que tenía en otro bolsillo y quedaron peleándose entre ellos. El buen mentiroso tiene mas chance de resultar ileso en este tipo de situaciones.

Rebecca Milans dijo...

asi es von bom, uno termina acostumbrandose a hacer todo tipo de artimañas porque al final...te pidieron " la plata " no " toda la plata " y esa diferencia semantica...pesa !

Cerillo dijo...

Me pasó también algo muy parecido. Pero no hubo historia, simplemente me alejé como si no existieran. Eran dos y no hicieron nada cuando marché. Ahora pienso que me la jugué demasiado.

Anónimo dijo...

Que cosita! vengo a comentar sobre el excelente post y como las mjeres nos engañan como a unos niños (y todavía quedamos agradecidos) cuando veo que Rebecca y Von se están viendo a escondidas!
Traigan las cámaras!

Rebecca Milans dijo...

asi es warren...pero no solo las mujeres mienten sino preguntele a von bom

Robertö dijo...

A mi la unica vez que me afanaron yo estaba en primero de escuela, tenía un fajo enorme de figuritas y se ve que lo mostraba con orgullo a diestra y siniestra. Aprendí de golpe que el mundo no era perfecto. Unos grandulones de quinto me invitaron a mostrarselas en el recreo para cambiarme algunas. Noté el gesto despiadado en uno de ellos y me rehusé, acto seguido uno de ellos me metió la mano en el bolsillo y a continuación fue como una lluvia de docenas figuritas y grandulones juntando a dos manos. Yo lloré amargamente. A lo mejor de ahí salí perfil bajo. Nunca en la vida me volvieron a afanar por suerte.

Fedosy Santaella dijo...

Esa mentira abrió una puerta, y te salvó de otro asalto. Las dulces propiedades de la mentira, ¿no?

Anónimo dijo...

Qué lindo post. Me pareció una ternura.

Stirkoff dijo...

dejando de lado el trasfondo social... no, imposible: qué feo que te intente robar un niño.

a mi también me pasó algo parecido a lo de von, solo que dije "pará pará" y largué a correr, ellos se quedaron mirando con cara de "y este pirado...?", como si fuera algo extraño. Pero no eran niños, claro.

Anónimo dijo...

La verdá, muchachos, no sé cómo se ponen a comentar tan tranquilamente ese relato, como si fuese una crónica de las que reportan la inseguridad nuestra de c/día. Es como si vieran "ladrones de bicicletas" y salen hablando de los choreos de bicis que suceden en su rioba o en la facu. Pa mí, es una pieza de fantasía heroica "a pocos metros de la seccional", una poesía en prosa sobre la psicología de la convivencia forzada, una declaración de amor contra la barbarie... y así (iba a poner un canto a la vida, pero me parece que eso ya se escribió en alguna parte). Rebecca, they said she came in a pale horse, but I’m sure I hear a blog (a dislexic blog). Rubén

Rebecca Milans dijo...

quizas el blog tiene esta chance, la de ser protagonistas de algo ( aunque sea de una autopsia, como dice mi sabio padre ) y la gente no se la puede perder. es el defecto-virtud de los medios participativos ! ¿ me recomienda que directamente anule los comentarios y termine de una vez con esta farsa autocomplaciente ?

Anónimo dijo...

No se me ponga totalitaria, señorita. Si me hace esa cara, la veo parecida a Blumberg. No, no: Ud. siga escribiendo esas maravillas, y no se ponga a legislar. Y ya que está, podría escribirse algo sobre el protagonista de una autopsia. El sujeto-objeto de nuestra historia, mmm... Se le ocurrió a Rebecca Milans.

Rubén

Rebecca Milans dijo...

bueno, mi padre aspira a morir de " muerte violenta " un deseo que solo escuche de sus labios. me imagino que si sus pedidos al cielo se cumplen, pasara por una autopsia y al final...quedara enredado en su propio designio. ahora bien...si me gustaran las autopsias hubiera estudiado para forense y en realidad amigo mio...me dedique a otra cosa. gracias por el apoyo de todos modos y vere si escribo sobre un granito que me salio en la punta de la nariz y me tiene obsesionada

Anónimo dijo...

Ha dado ternura leerla.

Anónimo dijo...

Lo del granito es por NoCo. Y yo sé quien tiene la culpa ¡Von Bon!

Rebecca Milans dijo...

que extraño eso de la mirada agria. para mi las cosas agrias son...la leche de cabra despues del mediodia (si se ordeño al amanecer y se dejo al aire libre) y otras cosas asi, con las que se puede hacer queso...milans es el nombre de mi fundador, digamos y es un pintor por supuesto. despues de mi encuentro con walter, tuve al richard robandome y hace pocos dias a un enano aun sin nombre en la puerta de mi casa. en proximas entregas de este blog estara la visita a la comisaria de menores a la que desde ya titulo " peguele un chirlo "