no puedo evitarlo, me siento en el café y le digo que sé que es un pésimo amante. no tengo rodeos porque soy partidaria de ir de frente con la verdad y que esa será la manera menos dolorosa. no quiero mentirle y estirar la situación, no dejaré que me toque ni un pelo. no puedo darle esperanzas de que mejore, sus antecedentes lo condenan. esta es una ciudad muy pequeña y la información corre presta. creo que le destrocé el ego en menos de seis segundos pero ya se repondrá. quizás tenga un problema de aprendizaje, una suerte de dislexia sexual pero ya esta grandecito para andar así por la vida pensando que es un macho irresistible cuando las minas solo lo recuerdan por su inhabilidad en la cama. a nadie le gusta que le jadeen como un ovejero alemán cansado, sin parar, desde el momento que se quita la ropa hasta cuando finge el primer orgasmo. no querido, no es sexy. no es lindo que te ahoguen la oreja con baba. no querido, no es sexy. pocas chicas querrán que acabes gritando goooooooooooooooool y después saltes en la cama haciendo los gestos de tu goleador favorito. no querido, no es sexy. pero lo peor es el discurso final cuando pedis para dormir abrazados, pensando que te diferencias de todos los que se dan media vuelta y se duermen pacíficamente. ninguna mujer, que tenga una sombra de autoestima, querrá tenderse desnuda para que la uses como un peluche y menos cuando corren el riesgo que sonámbulo, en el medio de la noche, se te ocurra orinarles encima. no querido, no es sexy.
martes, abril 19, 2005
lunes, abril 18, 2005
un día después
salgo, como una larva de mi cama. absolutamente agotada y con los ojos como salchichones en un guisado. apenas puedo moverme porque la cabeza parece querer romperse en mil pedazos, así que voy despacio tratando de evitar cualquier espejo. la fiesta estuvo muy bien, quizás demasiadas personas, demasiadas bebidas, demasiado ruido y tantas cosas más en exceso. la gente hablaba en distintas lenguas y parecíamos todos salidos de alguna parte y dispuestos a cruzarnos en diferentes sentidos, con los demás. al menos había un poco de luz para reconocer las tribus y poder dejar el vaso en un sitio seguro. estuve circulando como un trompo toda la noche, entre conocidos y desconocidos que ya no lo eran tanto. la tribu de brasileños era bastante especial, altos, algunos con peinados punk y uno con un tapado de astracán sintético y la cabeza rapada que resultó un encanto. su delineado de ojos superaba al mío en varios cuerpos. no me atreví a preguntarle si era permanente, es decir tatuado, porque en realidad poco me importa. el anfitrión me presentó a un chico con nombre raro, de apariencia indígena. me dijo que tiene un museo de piedras de uso de los indios, en su casa. me imaginé a un padre loco e infantil, contaminando con su hobbie a los hijos, intentando vivir en una carpa de cueros de vaca y ramas y arrastrándolos a todo tipo de aventura amerindia. como aquel que bautizó a sus niños batman y robin.
domingo, abril 17, 2005
reforma
desconfío más de los arquitectos, que de las mujeres escritoras. y eso es mucho. un ejército de extraños acampa en mi casa. lo más grave es que lo comanda un arquitecto. él se ve amable y por supuesto, tiene una fijación obsesiva por detalles en los que nunca repararé. parte de su tropa la compone un oficial sanitario y dos obreros, además, hay un asistente que hace las compras y transporta a la cuadrilla con sus herramientas letales. después vendrán un revestidor, un electricista y quizás un lustrador de pisos. no estoy segura si esta nube de polvo y escombro es mi casa pero hay varios indicios de que se trata de mi domicilio. después que destrocen mi piso y perforen salvajemente una de las paredes más lindas de la casa – donde cuelga un cuadro sensacional de un pintor coloniense de siete años – se supone que van a sustituir los caños viejos por unos maravillosos que traerán agua clara y pura a raudales. cinco semanas después, mi cocina será otra y el baño será una versión moderna de una terma romana con un piso en damero absolutamente gigante coronado por un juego de grifos comprados en un arrebato de lujuria. será como bañarse todos los días en la fontana de trevi pero sin el molesto fellini con su cámara. a veces, el entusiasmo me juega bromas pesadas porque, si bien es necesario hacer estas reformas en mi casa, convivir con la banda invasora puede ser una experiencia traumática. hago una suerte de duelo por el antiguo baño, nada será igual. las cosas cambiarán tanto que no habrá ninguna posibilidad de recuerdo. la pátina que pintó aquel novio en la cocina y que lustró a pulso con su inigualable talento pronto será historia. cuarenta litros de pintura y treinta metros de caño van a marcar una nueva etapa de mi vida, cubriendo y sustituyendo casi todo lo anterior. detalles que nunca me gustaron ahora son motivo de ataques de nostalgia. me siento como una liebre desalojada de por una jauría de pequineses enanos. miro a mi pequeño brunelleschi de bolsillo disponiendo del espacio como si fuera su coto privado y me vienen ganas de diluirle la melena en aguarrás.
sábado, abril 16, 2005
nadar al sol
a las siete de la mañana a nadie parece importarle mucho que hacen los demás. este es un asunto que constaté hace años y que no ha sufrido ningún cambio. la mañana es un espacio franco para hacer cualquier cosa, en cualquier parte del mundo. tal vez, esa hora tenga algún certificado de impunidad no declarado, no impreso, pero vigente. aquí estoy, aburrida y sentada frente al único charco de la ciudad que recuerdo. un espejo de agua permanente aun en los días que no llueve. es el charco de la entrada a la terminal de barcos en el puerto. en la fachada del edificio antiguo y banco por donde entran y salen los pasajeros. he salpicado el contenido de ese charco más de una oportunidad en auto, una vez lo fotografié y ahora, en esta solitaria y húmeda mañana de abril espero que el sol entibie el agua para hundirme y nadar un rato.
candombe del plagiador
en estos días el pequeño ambiente montevideano se ha movido levemente a partir de un plagio. alguien copio y lo castigaron. le cortaron todas sus vías de supervivencia. lo quisieron matar y quizás, lo lograron. no se trata de alguien especialmente popular por ser buena gente. es más, un día me puso una lapida. si, una lapida de cartón en un cementerio con gente que no estimo y con mi nombre. no puedo decir que sea un gesto simpático. tampoco puedo afirmar que lo haya perdonado. pero en realidad no quiero hablar de el. porque pensando se llega a roma y yo empecé a alejarme de esta ciudad y llegué a lucca, una maravilla en la toscana donde vagué algunas tardes de abril. entre otras cosas, encontré una exposición de sebastiao salgado. ¿ y saben qué ? me resultó un plagio. una reconstrucción artificiosa de la realidad, de la pobreza, del dolor. no le creo al fotógrafo. no le creo nadita. no me conmueve, intenta manipularme – como un sueco, director de cine que se llama bergman – y eso me saca de mis casillas. me indigna lo que quiere ser bueno y es solo maquillaje. a la larga, me resulta como una suerte de trabajo publicitario en el que se retoca la realidad para que cumpla o no, determinadas proporciones que predispongan a la emoción. prefiero el vacío al esperpento seudo artístico. prefiero, como siempre, el olvido.
viernes, abril 15, 2005
crisálida
se habían ido trenzando como el árbol de la vida y la víbora que tentó a eva. de a poco, por carta. ella había le alegrado un invierno demasiado largo y demasiado solitario contándole sus andanzas en un paraíso soleado. había leído cada una de sus historias, desde las más conocidas hasta las confesiones más dolorosas. habían aprendido a reírse y a intercambiar pantagruélicas cartas donde solamente describían grandes comilonas o desenfrenadas fantasías cumplidas o por cumplir. muchas veces, él le había escrito entre lágrimas. porque siempre tenía bastantes motivos para llorar. era lo que ella había visto en su rostro cuando lo detectó entre una multitud de amigos y desconocidos. lo había descubierto en su dolor y por primera vez le había llamado la atención. con la habilidad de una araña que teje una delicada tela, se había acercado de a poco hasta convertirse en su corresponsal de cabecera desde el mundo libre. él estaba embebido de una sociedad fría, dura y violenta donde una ex amante no es capaz de sonreírte, ni siquiera cuando tienes necesidad de una taza de café caliente. todo parecía siempre a punto de estrellarse en un gigantesco crash . la vida de ella era otra cosa, nunca había tenido esos dolores, esas penas, ese frío. sufrir estaba reservado a los hombres, al menos en su planeta. pasado un tiempo, casi un año de escribirse y también encontrarse, él tuvo otro golpe de esos que estaba acostumbrado a recibir. una suerte de knock out emocional justo cuando estaba levantándote de la lona. entonces desapareció en su abismo de dolor. las cosas no fueron las mismas para ella. suavemente empezó a experimentar cambios. cada uno era mejor que el anterior. empezó a hacer cosas que hacía mucho tiempo no hacía y que la hicieron muy feliz. se empezó a sentir más bella. más abierta al mundo. más feliz. ningún enamoramiento había tenido en ella los efectos de este frustrado amor.
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