miércoles, febrero 02, 2005

tabaco y traidores

nací en una casa de fumadores, en una familia de fumadores en la que, inclusive, había un niño con “ permiso para fumar en público “ desde los ocho años. para evitar que cayéramos temprano en el vicio, mis padres no nos enseñaron a prender fósforos. éramos grandes el día que una visita ocasional descubrió esa carencia de nuestra formación y sin dudarlo se instaló por horas en la mesa de la cocina haciéndonos prender fósforos de cerilla de aquellos cortitos y blancos. inmediatamente me dediqué a fabricar bombas con la complicidad de mi amiga la gorda, siempre dispuesta, hasta el día de hoy, a las actividades subversivas. mi hermana directamente se encerró en el bañito del fondo con rayuela y una caja de master con filtro. así empezó su carrera de fumadora empedernida que continua hasta el día de hoy. por mi parte, insistí en el camino pirotécnico hasta que un almacenero de la otra cuadra tuvo la peregrina idea de quemar un judas en el frente de la carpintería abandonada. siempre dispuesta a las tareas colectivas, participé recaudando las ropas viejas, el dinero para las bombas y palos para la figura. no sabia en que consistía esta misteriosa tradición pero cuando vi que estaban quemando la figura de un hombre elevado sobre maderas, casi crucificado, les aseguro que el resultado no me gustó nada. me volví a mi casa totalmente desilusionada por lo que los demás valoraban como diversión. por eso no doy dinero a ningún niño que me pida un peso para el judas. déjense de joder con judas.

martes, febrero 01, 2005

ana gusana

nadie se había atrevido a decirle frígida. de todos modos ana no parecía feliz. se le notaba en cada milímetro de su piel ocre a lo largo de un metro ochenta y tres de huesos largos y desgarbados. seguramente en algún recreo cruel de la escuela algún malvado le había gritado : “ ana gusana “ y ella se había imaginado a si misma como rambo en la jungla, corriendo con el cuchillo apretado en la mandíbula, tras la venganza. el tiempo había pasado y su aspecto de monja en un día franco no había cambiado un ápice a pesar de haber perdido, sin pena, ni gloria, ni orgasmo, la entereza de su himen. seguía siendo la cabeza que sobresalía del grupo de amigas desabridas y ninguna le ganaba en su liderazgo de mujer aburrida. entonces creyó, por un momento, que podría ser una chica de carrera y la publicidad le abrió las puertas como asistente del asistente del encargado de una cuenta. en la agencia ana no combinaba con sus trajecitos amarronadas y sus camisas color crema. en los albores del tercer milenio tener el look margaret thatcher podría verse como un síntoma de exotismo pero el mundo publicitario vernáculo no permite estas licencias. los creativos creían verse irresistibes en botas tejanas con vaqueros negros apretados en el bulto, además de las consabidas camisetas negras con frases “ ingeniosas “ en letras blancas. todo combinado con cinturones de tachas plateadas y una actitud rebelde que podía traducirse en ir un día a trabajar sin afeitarse o juntarse los tres pelos, que habían sobrevivido a la calvicie y llegaban a la nuca, en una colita. los del área de marketing vestían trajes aburridos de cuatro botones y los contables ensayaban los mismos trajes pero en cortes mas anticuados y berretas aun. siempre había un idiota capaz de presentarse a trabajar con una corbata con personajes de disney o warner. en la agencia, para nuestra alegría, siempre hay un idiota. las mujeres tampoco dejaban mucho que desear, estaban las que eran decoración pura y las mulas que trabajaban. adivinen donde entraba ana gusana. a pesar de su vida monótona y deslucida ana guardaba un secreto que la hacía especial y algunas veces, increíblemente feliz. bajo la aburrida blusa ana tenia un crucifijo que apretaba con particular lascivia mientras practicaba el extraño deporte extremo de la constipación. después de largas sesiones con clientes exigentes, asistiendo al asistente a asistir en estas reuniones. después de pasar horas de su vida supervisando a todo tipo de proveedores inútiles. después de esperar durante horas la llegada de un embarque de cajas de algún de un producto sobrante o vencido que sería obsequiado en un estúpido programa de tv. después de un frustrante encuentro con un par de gordas engreídas que habían tratado de socavar su carrera llena de porvenir. después de todo estaba el laxante, el más fuerte, el que le retorcía las tripas hasta convertirlas en las trencitas de bo derek. después de todo, estaba la felicidad.

lunes, enero 31, 2005

una chica y su copa

somos dos enamorados tomando un daikiri. hace tres días nos conocimos y no hemos podido separarnos. yo uso el uniforme, una suerte de estigma de colegiala. la barra es roja, de cuero y hermosa. hace sesenta años todo es igual ahí, los mozos con su particular maestría viviendo dentro de esos chalecos y los barman, de lo mejor del mundo. alguien nos confunde y nos arrastra a su mesa para cenar. ahí están también sentados el premio nóbel y otros tipos que no conozco pero son españoles. a mi me toca en el sofá largo de cuero marrón en media luna junto al yanki. nice to meet you. no me animo a iniciar una charla ¿ que le puedo decir ? ¿que me gustó el padrino ? ¿ que vi doce veces la conversación ? ¿ que en montevideo hay un club de fans de la ley de la calle ? ¿ marlon tiene tan mal carácter como lo pintan ? en la mesa juego el papel de la chica joven, así que nadie espera que hable. sorbo mi sensacional daikiri y no entiendo las razones de heminway para irse de este mundo después de haber conseguido que le batieran uno especial para llevar a casa, en este mismo lugar. nadie entiende a los artistas. el nóbel es un auténtico idiota, además de hablar todo el tiempo de si mismo y aburrir a todo el mundo, se las ingenia para prender un habano y adormecer con el humo a los sobrevivientes. y yo tengo fresco el fondito de la copa, que tiene el borde aún recubierto con azúcar, a él me dedico.

domingo, enero 30, 2005

una luna de plata

tal vez me gustaría recordarlo así, como una versión del cuento de o’ henry “the gift of the magi “ en el que una pareja de jóvenes pobres se dan una prueba máxima de amor en la noche de reyes. son las ventajas de tener mala memoria. era diciembre y estábamos ahí, sentados en la casa de subastas, mi novio el falsificador, el venerable anciano y yo. por el estrado desfilaban algunos cuadros de pintura europea de poco interés y algunas pinturas y dibujos de artistas locales devaluados. el rematador revoleaba el martillo, ganaba tiempo, simulaba la llegada de un importante comprador que se sentaba en el fondo y estiraba lo más posible el momento de ejecutar el golpe. nosotros estábamos ahí porque, a mi nombre, se habían recibido tres cuadros de tres autores nacionales que en cualquier momento serían subastados. tres cuadros falsificados en el balcón de mi casa con materiales innobles gracias a la pericia de mi novio, el falsificador. no teníamos previsto encontrarnos en el remate con el venerable, un amigo de toda la vida, una persona maravillosa que se dedicaba a la venta de obras de arte. tampoco teníamos previsto que el venerable estuviera interesado por el cuadro falsificado en tonos plata y que la única razón que tenía para estar en aquel sitio, con el calor de diciembre era comprar dicho cuadro. entre las cosas que no habíamos imaginado nunca estaba el hecho que, en el transcurso de la subasta, el buen hombre descubriera también dos dibujos ejecutados por el maestro de mi novio el falsificador que en realidad habían sido hecho por el alumno “ a la maniera “ del auténtico artista. grande fue la sorpresa cuando el venerable compró con algarabía ambos dibujos y pidió que se los acercaran para mostrárselos a mi novio, el falsificador, con todo orgullo. sentada en el extremo de la fila, veía el transcurrir de este enredo digno de una opereta cuando efectivamente se armó una fuerte puja entre el venerable y una señora con perrito que también quería llevarse el cuadro en tonos plata falso. para nuestro alivio, el venerable logró comprarlo cuando sobrepasó en trescientos dólares la última oferta de su adversaria. de regreso a casa, con la conciencia sucia como pocas veces discutimos sobre el posible destino del dinero que íbamos a cobrar al lunes siguiente . yo era partidaria de devolverle el dinero al anciano pero había que contabilizar la comisión de la casa de remates y ese dinero no estaba sobrando en ninguna parte. entonces mi novio, el falsificador, me dijo que en realidad los cuadros se veían muy bien, tenían un valor de mercado gracias a la cotización alcanzada en el remate, nunca íbamos a poder recuperar la inocencia del amigo venerable y tampoco el dinero, los cuadros ya no eran los mismos. así que preparamos un gran banquete de navidad y ahí entendí que algo finito, se había roto entre nosotros.

sábado, enero 29, 2005

en la camioneta del coronel

¿ me permite que me pase para el asiento de adelante ? si claro gracias ¿ hace mucho maneja la camioneta del coronel ? no, hace seis meses llegué al país ¿ estuvo de vacaciones ? no, estuve en una misión ¿ una misión secreta ? no... estuve con los cascos azules en misión de paz ah....en áfrica en el congo ¿ mucho tiempo ? ocho meses ¿ fue la primera vez ? no, antes había estado cuatro meses en mozambique ¿ les pagan bien ? nueve dólares por hora ahhhh mucha plata... ¿ y como es ? yo trabajaba con los camiones, tenia a mi cargo una flota de cisternas ¿ barométricas ? no agua potable, le llevábamos agua a la gente ¿ en una zona de guerra ? no en las poblaciones ¿ y no tienen agua ? por la guerra todo queda cortado ¿ y ustedes de dónde sacaban el agua ? nosotros teníamos las plantas potabilizadoras ahhh... les llevábamos agua para tomar ¿ y era una zona peligrosa ? mas o menos, a veces se escuchaban tiros de noche y de mañana había un montón de cadáveres pudiéndose en la puerta del cuartel ¿ les tiraban a ustedes ? no, se tiraban entre ellos pah ! ¿ y era muy dura la vida para ustedes ahi ? algunos no aguantan y se vuelven locos ¿ y usted ? yo no salía del cuartel ni el día de franco ¿ porqué ? con lo que veía en la calle la pasaba peor ¿ que tipo de cosas ? niños mutilados por las minas, mujeres destrozadas sin un ojo, con una sola pierna, gente desesperada...en la miseria ... no daba para divertirse yo me quedaba tomando mate en el cuartel tirurirú , tirurirú , tirurirú, disculpe, es el celular tirurirú, tirurirú, tirurirú guachi como estás ? si, nooooo....divino, siiii....aquí voy con el sargento, siiiiiiiiiiiiiii, me estuvo contado historias di-vi-nas del congo...si, claro que estuvo allá, después te cuento, si, si, te cuento, chau ¿ en que estábamos ?

viernes, enero 28, 2005

mitos y leyendas de la feria

existe, en el imaginario popular, el mito de un tesoro escondido y vendido a un precio irrisorio en una feria. esto no es exclusivo de las ferias actuales, el mito del tesoro enterrado en la basura tiene antecedentes en los mercados en la antigüedad donde ya circulaba la noticia que una reina había sido vendida como esclava. les expondré dos versiones locales. la primera dice que un plato pintado a mano por picasso se vendió en la feria de piedras blancas a un esclarecido que lo envió a un remate de sotherby's y se forró de dinero. por esa razón, en un humilde puesto de esta feria habitada por ladrones, hay una colección de platos burdamente pintados a brochazos blancos y celestes, en bajo esmalte, que se promueven como “ los platos pintados por picasso “. para los que quieran corroborar este dato o comprar un plato trucho no tienen más que acercase al puesto de los payadores, el que tiene varias hileras de caña con diferentes gustos y tomando a mano derecha son solo ochenta metros hasta el plagio. sin conversación y especulación, no hay mito, así que estuve averiguando con un “ entendido “ que vende cachivaches en la feria y me contó que el trajo ese plato de picasso de la feria del cerro y que por supuesto no sabia del valor que el plato tenía, ni el autor. así que se lo llevó un revendedor con otras cosas de losa olmos para piedras blancas. mas adelante se enteró de la historia del remate y todo el resto. a un nivel un poco más selecto, corre el rumor que una talla original de alberto durero fue encontrada en un puesto por un galerista que reconoció en la madera el monograma con las iniciales del artista. por supuesto que cuando pude hacerlo, consulté al galerista sobre este hallazgo y me dijo que desconocía tal asunto. esa fue una efectiva manera de fomentar mi curiosidad y alimentar, un poco más, el mito.

para terminar tenemos el mito del monstruo, que de los que circulan alrededor de la feria, es el suena más aterrador. dice que una madre joven adquirió para sus hijitos un perrito de raza extraña a uno de esos vendedores que se instalan en la esquina y comercializan varias razas. el animal era muy peludo y tenía un aspecto de bola de pelos muy tierno. los niños juegaron con el bicho durante el resto del domingo, le armaron una camita pero terminó durmiendo en la cama de la señora. al día siguiente lo llevaron a la veterinaria para darle las inyecciones de rutina que reciben los cachorros y grande fue la sorpresa cuando el veterinario le informó que el perrito de los nenes era, en realidad, una rata mutante.