miércoles, noviembre 09, 2005

conectado

el tipo tiene 590 canales de tv en su casa. cada tarde, se instala en la barra del bar e intenta arrastrar a alguna mujer en aquella dirección. el planteo es directo, no ofrece sexo ni glamour. lo de el, son los 590 canales. en un ataque inesperado de honradez aclara : en casa no permito que fumen. entonces las candidatas, ojerosas de la noche, cuervos que no se desperezan en las primeras horas, rehusan la invitación. él insiste desde su rostro hinchado a fuerza de repetir la misma ingesta de harinas hasta el cansancio : son más de 590... no te da tiempo ni para pasarlos. ninguna adhiere. entonces él pide otro emperador de tomate y queso y queda ahi, tomando una coca diet, agazapado, con la paciencia de un viejo cazador de dorados junto al trampero.

viernes, noviembre 04, 2005

intruso

cuando se miró la mano, descubrió que el anillito de dos diamantes había desaparecido. como si el mismo dedo hubiera tenido el gesto de desvestirse subrepticiamente mientras dormía. ahora solo se veía una aburrida uña, apenas masticada, apenas limpia. una marca bastante mediocre que resaltaba mas ahora, sin anillo. fue entonces cuando los ojos pudieron ver un poco más allá y encontrarse con la ventana abierta, la cómoda con las tripas de la ropa salidas hacia fuera, la montaña de su ropa desperdigada por el piso y la puerta, que cerraba cada noche, absolutamente abierta. ahí se dio cuenta que una fría corriente de aire atravesaba su pequeño templo de la siesta. entonces abrió una bocota bien grande y gritó.

domingo, octubre 30, 2005

domingo 2 a.m.

abajo, aguardan las mortales encerradas en sus remeras con puntos brillantes, prisioneras del brushing, el colorete y los tacos de inspiración arábiga. en el escenario, están ellos. rubios sensacionales, con las costillas marcadas y los músculos trabajados, meneando las caderas de forma inaccesible. al ras del piso, arrastramos los pies al son de la orquesta, intentando ser graciosas, apuntamos los culos al cielo, en señal de aprobación y disponibilidad sexual. en las alturas, ellos ignoran cualquier insinuación y se conectan con su show. a veces, se rozan entre ellos en un juego que parece ir más allá de la coreografía. en las mazmorras ellas aúllan impacientes, anhelantes de un gesto divino proveniente del olimpo de los dioses, mientras se ajustan los sostenes para simular más volumen, en un postrero intento por cotizar. sobre las tablas ellos entonan, corean y giran con una gracia infinita, inmortal. como un largo gusano, se mueve la cola de mujeres por el borde del escenario, reproduciendo pese a los zapatos incómodos, los pasitos de sus ídolos vestidos de blanco y ajustados hasta reventar. una nube de histeria planea sobre el lugar cuando el líder se saca la camisa y la revolea por encima de sus cabezas. hipnotizada por las serpientes que lleva tatuadas en los bíceps, alguna de ellas deja de respirar y directamente cae al suelo. y ahí quedará, estampada en el piso de damero de casa de galicia, hasta la hora en que lleguen los empleados a baldear el fin de fiesta con una buena mezcla de agua y cloro.

martes, octubre 25, 2005

tasa de embarque

el tipo pesa más de ciento cincuenta quilos, a lo que hay que sumarle los 43 de la samsonite llena de chucherias y un saco de cuero de gran porte que lleva sobre los hombros. se desplaza con la agilidad de un viejo ferry en el medio del rio. su simple presencia, anula todo lo demás, tapa, oculta, bloquea el aire con pesadez. ella camina, como el principe consorte, unos pasos más atrás. es muy pequeña y esta vestida con ropa cara, de sus manos florecen bolsas de papel, producto de su inocultable adicción al shopping. lleva la cabeza levantada, levemente apuntando hacia la oreja del mastodonte y con un tono quedo recita un conflicto que tuvo con la tarjeta de credito, algo por la cual su marido ni se inmuta. ella reza su gran pena en solitario,bordandola con cientos de detalles tan insignificantes como su voz. representan, uno mirando a la espalda del otro, las brillantes consecuencias de un matrimonio bien avenido.

domingo, octubre 23, 2005

no estoy desesperado

bastante ajeno a la invasión de un nuevo territorio en conflicto, se puso una corbata gris para asistir a la cita. esa tarde, había visitado al dentista quizás con el extraño deseo de tener, por ese simple hecho, una sonrisa sana y cautivante. el galeno, había aprovechado la ocasión para generarle un cráter de importancia, a la altura del 32. después, lo lleno con pasta mientras canturreaba algo de la radio y le dio la orden : escupa. nada parecía riesgoso a esa altura de sus planes. había encontrado un sitio apropiado para la cita, un traje bastante discreto y encima, llevaría una boca en buen estado por si la chica merecía, en algún momento, un poco de proximidad. en el bolsillo del saco guardo un par de guantes blancos que consideraba útiles pero tampoco indispensables. pasó por las flores que había encargado y se dio cuenta que el ramo era un poco más efusivo que lo que el hubiera querido. mientras caminaba hacia el club con aquel estruendoso arreglo pensaba en cuan comprometido estaría al darle a una mujer, semejante grupo de flores caras. pensará que estoy desesperado. que soy rico. que soy un imbécil. se aprovechará de mi. se reirá por siglos de este esperpento. los socios y mozos del club lo recordarían por siempre, en una mesa, tapado con un ramo, esperando a una mujer. quizás, lo mejor era achicar el ramo, pero estaba tan bien armado que resultaba difícil desprenderse de una flor. además, se sentía imposibilitado para elegir. con esos pensamientos cruzó arlington, se detuvo por tabaco. aprovechando un descuido, dejó en el mostrador del anciano chino el ramo de su vergüenza y se volvió, liberado, a casa.

martes, octubre 18, 2005

reglamento de la abuela para detectar un patán

1.el patán camina con las rodillas levemente flexionadas y arrastra, en general con aire desdeñoso, los tacos de unas botas texanas. 2.un auténtico patán nunca estará a las ocho de la noche vestido con un mono gris manchado de pintura o cal, con un reluciente anillo de casado, comprando carne para la cena. 3.un patán que se precie, fuma y además toma whisky en un vaso largo lleno de cubitos hielo. 4.el patán de pura cepa, puede ir al gimnasio. lo encontrarás cargándose a la profesora de spining o a las alumnas adolescentes, recostado en el aparato de remar o al pie del caminador. 5.el patán certificado, tiene un movimiento de cadera característico e inquietante que, más allá de tus principios de la moral y el buen gusto, puede parecerte atractivo. si los levi's bien calzados son tu perdición te aviso que estarás en problemas.