en un rincón del parque había un campamento de ancianas sentadas en sillitas playeras. todas miraban hacia un viejo que estaba atendiendo la taquilla de los pony. como si fuera un gurú, un inspirador, un guía. en vez de veranear en boca ratón o en piriápolis, las viajas se vestían de tenis y se iban a acompañar al único integrante de su generación que contaba con el beneficio del trabajo. cada domingo se alineaban como si fueran a asistir a la final de un torneo de críquet, para acompañar a su héroe, directamente importado de cocoon. aquella la tarde estaba soleada, los niños chillaban en las hamacas del parque y otros se revolcaban en el arenero. la hilera de viejas damas no descuidaba su objetivo hasta la caída del sol. era entonces cuando airosas, montaban los pony y se volvían con el cabello al viento, cabalgando a casa.
domingo, octubre 16, 2005
jueves, octubre 13, 2005
maldito aparato
volvía a su casa después de pasar, las ultimas cuarenta y ocho horas, fuera. traía el pelo mojado y el cuerpo levemente tibio. el sol se asomaba insultante para aquella tímida primavera. en las paradas de los ómnibus, dos adolescentes se besaban sin parar bañándose en gigantescos lengüetazos. las siete de la mañana y el humo de la ciudad que aun no se intuía del todo. se había olvidado el teléfono, lo había desconectado y lo había dejado en la mesita de luz del casi desconocido con el que había pasado la noche. odiaba ese aparato y siempre que podía lo largaba en alguna parte. aprovecharía esta oportunidad para alejarse de el, para siempre. pero su partenaire de la noche anterior no pensaba lo mismo y la estuvo buscando durante todo el día, atendió sus llamadas y hizo todo lo posible por que recuperara el pequeño aparato. tirano, pensaba ella, cuando tenia que gastar un minuto en atender el celular. lo que podría haber sido un encuentro casual, único y perfecto se había convertido, de pronto, en una pequeña telenovela del desencuentro protagonizada por un teléfono móvil. al mediodía varios de sus amigos y un compañero de trabajo habían tenido charlas con el hombre amable de la voz gruesa que explicaba con sutileza que ella le había dejado el teléfono en la noche anterior. eso inmediatamente generaba una llamada a la casa de ella, con grabaciones llenas de risitas e ironía, grabadas en su contestador. mientras tanto, ella descansaba boca abajo, exhausta, en su cama.
sábado, octubre 08, 2005
no hay salida
recibía todos los días aquellas cartas llenas de intimidades que la intimidaban. por reflejo, respondía con el mismo nivel de familiaridad y destapaba aspectos de su vida de los que se guardan en el cajoncito más recóndito de la mesa de luz. ese grado de desnudez extremo se parecía mucho al que arriesgaba cuando se enamoraba de alguien. pero este no era el caso y sentía que estaba corriendo un riesgo extraño, inesperado e innecesario. abrir el alma en dos a un desconocido con el que solo había tomado un café. ¿acaso ese café era un argumento suficiente para darle tanta información? si, el café habilita todo, es como una puerta sin llave, un candado violado o una barrera caída después de la tormenta. el café puede con todo esto y mucho más. es un vehículo que no admite límites ni guardas. nadie se puede salvar de lo que pasa después del café. después del café solo puede haber sexo. después del café, solo puede haber amor. después del café solo puede haber perdón. después del café solo puede haber rutina. después del café solo puede haber adiós. después del café, solo puede haber olvido.
martes, octubre 04, 2005
intentemos con el gres
allí estaban, paradas frente al mural de gres, haciendo un esfuerzo sobrehumano para que el arte las penetrara al fin. tras el intento de mirar la obra concentradas a una se le escapó un pequeño suspiro. la que estaba a su lado se tentó un poco y la más petiza soltó, definitivamente, una brutal carcajada. la manada de viejos de una excursión que venía arrastrándose por la rampa para inválidos las miró con reprobación. las tres jimenas no podían parar. la risa las había atrapado como una peste y las dejaba en evidencia frente al público afectado del pequeño museo. la guía abrió la puerta del salón de exposiciones y las observó. como si fueran un cardúmen de mojarritas en una botella de chandon brut se empujaron entre ellas, tratando de tomar aire para parar el estruendo, pero no fue muy efectivo. entonces se arrastraron hacia la puerta, riéndose cada vez, más alto.
domingo, octubre 02, 2005
queriamos tanto a joaquin
cuando empezaron a servir la merienda en el jardín ella se fue para adentro, para evitar los rayos del sol. el comedor del palacio estaba fresco, solo lo habitaban las mosquitas de la fruta que no paraban de revolotear sobre las mayólicas. se sentó en el borde de un escalón a descansar. al rato sintió los pasos de alguien que se acercaba. era un niño gordito, de unos diez u once años, medio pelirrojo y con una camiseta amarilla. parecía no estar interesado en la filmación. posiblemente era el hijo o el nieto del portero del palacio. no dudó un instante para iniciar una conversación : venga, le voy a mostrar algo. subió un tramo de la escalera y ella lo siguió. sobre la pared, a pocos metros estaba el sensacional cuadro. es un sorolla, dijo el niño con satisfacción. joaquín sorolla, vale mas o menos un millón de dólares según cotización de christie's, acotó por si había alguna duda sobre la calidad de la información que manejaba a su corta edad. ella se quedó admirando el cuerpo de la mujer retratada y el gordito siguió subiendo hacia el segundo piso. sígame, aquí hay dos más. los cuadros de la planta alta eran más afectados, un poco más complacientes que el primer desnudo. seguramente obras por encargo de los antiguos dueños de casa. mi favorito es el de abajo, opinó el pequeño. ¿ te gustan las cosas antiguas ? si, los templarios sobre todo. ¿ y la pintura ? ¿ te interesa la pintura ? más o menos, me interesa la historia, la edad media, las cruzadas, el siglo de las luces. ella se acordó de la charla de esa mañana con su novio de turno, un auténtico analfabeto, a propósito de un tema absolutamente banal, su marca favorita de ropa. ¿ cuantos años tenés ? siete, dijo el gordito. entonces bajó al patio y se comió un sándwich de pan de nuez y queso.
del reglamento de la abuela en contra de los avaros
1. recuerda siempre que el hombre que teme que un cocodrilo le rebane la mano cuando la mete en el bolsillo, tampoco se sentirá propenso a compartir otra zona del interior de su pantalón. 2. la pérdida del tiempo es uno de los placeres de la vida a los que la mujer, alguna vez debe entregarse. pero eso no implica que lo haga en compañía de un espécimen que solo es capaz de gastar el suyo en contar monedas. 3. las relaciones sexuales y la economía son primas hermanas. quien es generoso con su dinero lo será con su tiempo, su piel y su deseo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)